La final de la NBA apunta a Golden State y a Boston
En los pasados años, la NBA se ha tornado algo predecible, pero no por ello menos interesante. Me explico.
La temporada que arranca este martes presenta a un claro favorito para conquistar la corona: los actuales monarcas, Warriors de Golden State, ganadores de los pasados dos campeonatos y de tres de los últimos cuatro en disputa.
En la Conferencia Este, tras la salida de LeBron James de los Cavaliers de Cleveland —finalistas los pasados cuatro torneos y campeones en el 2016—, los Celtics de Boston lucen como el equipo llamado a dominar. Ya la campaña anterior le dieron dura batalla a los Cavs de LeBron sin Kyrie Irving y Gordon Hayward, por lo que si hay salud, esta temporada deberían encabezar la más débil de las conferencias.
El talento y profundidad en sus plantillas es lo que hace de Golden State y de Boston apuestas bastantes seguras para que terminen viéndose las caras en la final.
Pero es a partir de aquí que se ponen las cosas interesantes, con la aparición en la ecuación de equipos con posibilidades reales de torcer los pronósticos, como son, en el Oeste, los Rockets de Houston, o, en el Este, los Sixers de Filadelfia, conjuntos con la calidad suficiente para cambiar el libreto a Warriors y Celtics, respectivamente.
A estos serios aspirantes a luchar por el pase a la final se unen otros equipos con elencos mejorados o con un año adicional de experiencia como es el caso los Lakers de Los Ángeles, que sumaron a James y a un grupo de veteranos que incluye a Rajon Rondo y Lance Stephenson; el Thunder de Oklahoma City, los Raptors de Toronto, que trajeron a Kawhi Leonard en cambio; los Jazz de Utah y los Bucks de Milwaukee.
Por ello, aunque en la posición de salida de la campaña 2018-19 de la NBA, haya dos ‘caballos’ con etiqueta de favoritos, una vez más no podremos despegar los ojos de una liga que nos encandila, aunque al final el título se vuelva a quedar en Oakland.