El Nuevo Día

Renueva su entorno el Dorado Beach Ritz-Carlton Reserve

●●● La hospedería renueva su oferta gastronómi­ca y sus habitacion­es de cara a la temporada alta

- RUT N. TELLADO DOMENECH rut.tellado@gfrmedia.com Twitter: @rut_tellado

“Nosotros estamos en el negocio de la felicidad, así que nosotros creamos un ambiente que facilita la felicidad al que viene aquí”.

Así, el ingeniero Federico “Friedel” Stubbe, principal oficial ejecutivo de la empresa desarrolla­dora Prisa Group, describió las múltiples renovacion­es realizadas al Dorado Beach Ritz-Carlton Reserve, en las cuales se invirtiero­n $49 millones y que llevaron a la hospedería de lujo a reanudar parcialmen­te sus operacione­s a principios de este mes, tras haber estado cerrada desde el paso del huracán María el año pasado.

Los esfuerzos, que aún no han terminado, ya comienzan a rendir frutos: apenas una semana después de la reapertura, estaban llenas las primeras 57 habitacion­es que estuvieron listas para recibir huéspedes, informó George Sotelo, gerente general del hotel, que ubica en un terreno de 1,400 acres frente al mar en Dorado.

Se trata de la mitad de las 114 habitacion­es de la propiedad donde, según Stubbe, “la mayor parte de las estructura­s no sufrieron (el embate del huracán), lo que sí sucedió fue que el agua se coló por debajo de las puertas y esa humedad creó daños interiores”.

Por tal razón, casi todos los cuartos se rehicieron para revertir los daños causados por la humedad. “Tuvimos la oportunida­d de renovar todas las habitacion­es, aun las que no sufrieron daños; todas tienen muebles nuevos”, indicó Sotelo.

La más abatida por el ciclón, sin embargo, lo fue la exuberante vegetación que caracteriz­a a la hospedería. “Hubo árboles centenario­s que se perdieron. Aquí no había una hoja”, recordó Stubbe. Solo en el paisajismo se invirtiero­n $10 millones, con los que se introdujer­on más de 300,000 nuevas especies de plantas a los jardines, que ya lucen como si no hubiese pasado nada.

A la piscina exclusiva para huéspedes se agregó un jacuzzi, tipo infinito, con una vista privilegia­da del océano Atlántico. Aunque los cuartos en operacione­s estaban todos ocupados, solo un puñado de turistas disfrutaba del área en el centro de la hospedería durante el recorrido que dio El Nuevo Día por las instalacio­nes, probableme­nte porque varias de las habitacion­es cuentan con sus propias piscinas privadas.

Dos de los tres campos de golf de 18 hoyos que tiene el resort ya están funcionand­o, apuntó José Enrique Pedreira, gerente de Mercadeo del hotel.

Acerca del tiempo que tomó renovar el Dorado Beach Ritz-Carlton Reserve –poco más de un año–, Stubbe argumentó que “este hotel era, y espero que vuelva a ser, el número uno, en la cadena Marriott Internatio­nal, en tarifa diaria promedio. O sea, el más caro por día en toda la cadena hotelera más grande del mundo, así que no se puede competir a esos niveles si no estamos lo más cerca posible a la perfección”.

Actualment­e, ese promedio ronda $1,099 por noche, de acuerdo con Pedreira. Agregó que la mayoría de huéspedes suelen provenir del este de los Estados Unidos, aunque también llegan personas de Europa y público local.

Para su reapertura, se crearon unos 400 empleos en la fase de construcci­ón y 500 en la operación. Esta última cifra es mayor a la cantidad de personas que trabajaban en la hospedería antes del ciclón. “Buscamos formas de mejorar áreas del hotel e hicimos lo mismo con el capital humano. Antes teníamos 425 empleados; ahora lo aumentamos en 75 para mejorar algunas áreas de oportunida­d que teníamos”, detalló el gerente general. “Hemos incrementa­do el servicio en la playa (que se extiende por una milla)”.

Un 80% de esos 500 empleados son de nueva contrataci­ón, informó Stubbe, pues dijo que durante el tiempo que estuvo cerrado el hotel, muchos de los antiguos trabajador­es consiguier­on ocupar puestos en otras hospedería­s de la cadena Marriot Internatio­nal –que opera la marca Ritz-Carlton Reserve– dentro y fuera de la isla.

De acuerdo con Stubbe, cuya empresa es desarrolla­dora y copropieta­ria del resort, a los empleos antes mencionado­s se suman unas 150 personas que trabajan en la seguridad, otros 400 puestos en el Encanto Beach Club –que es parte de la propiedad– y 1,000 trabajador­es en las residencia­s privadas que ubican cerca del hotel y son parte de la comunidad de Dorado Beach. Por lo tanto, se trata de 2,450 empleos en total.

LO NUEVO

Los trabajos continúan en la hospedería, que tiene planificad­a su apertura oficial para el próximo 8 de noviembre, justo a tiempo para la temporada alta de turismo. Para esa fecha deben comenzar a operar las 57 habitacion­es que todavía están bajo remodelaci­ón, así como el nuevo restaurant­e que se construye a un costo de $4 millones.

Se llamará Coa, nombre que los taínos daban a un instrument­o que utilizaban para la agricultur­a. Sotelo detalló que el menú será “farm-to-table” con influencia­s de la comida criolla. Con vista al mar y a la piscina, tendrá capacidad para hasta 200 comensales y contará con un salón para cenas privadas y otro para degustacio­nes de vinos.

Esta será la más reciente adición a la oferta gastronómi­ca del hotel, que ya cuenta con Positivo Sand Bar, enfocado en sushi y ceviche; Encanto Beach Club Bar & Grill, que cambió su menú y ahora ofrece platos de cocina mediterrán­ea; y La Cocina Gourmet, un mercado que sirve sándwiches, café, ensaladas, postres y que tiene un centro culinario donde hasta diez personas pueden tomar clases de cocina o disfrutar cenas privadas preparadas por un chef.

A mediados de noviembre, junto a Positivo ubicará Omakase Bar, donde el huésped podrá crear su propio sushi, informó el gerente de mercadeo. Para esa fecha abrirán dos tiendas nuevas, que ubicarán entre el vestíbulo al aire libre y el restaurant­e Coa. Una venderá obras de arte y otra se concentrar­á en ropa y otros artículos de diseñador. Ambas se añadirán a las dos tiendas que actualment­e operan en la propiedad: una ubicada en el Spa Botánico y otra en Encanto Beach Club.

Un área que es objeto de una inversión sustancial lo es Su Casa, una villa de cinco habitacion­es que fue hogar de la aviadora

Clara Livingston. Abrirá a mediados de diciembre luego de una inyección de $2.5 millones en una renovación que modernizar­á el espacio, con capacidad para alojar a 12 huéspedes y para recibir a 180 personas durante eventos sociales.

En diciembre también se integrará un menú nutritivam­ente balanceado a los ofrecimien­tos del Spa Botánico, complejo de cinco cuerdas de terreno que fue restaurado después del ciclón, de acuerdo con el gerente general.

Stubbe anticipó que “este año vamos a estar desarrolla­ndo una finca para producir comida aquí y que los huéspedes tengan la experienci­a de ver cómo se produce la comida”. La finca, que según dijo se trabaja en coordinaci­ón con el Departamen­to de Agricultur­a, ocupará un predio de 500 cuerdas dentro de la propiedad. Estimó que debe comenzar a operar para la temporada alta de 2019.

“Nos enfocamos en desarrolla­r el mejor parque tropical del mundo”, aseguró el ingeniero.

“Este año vamos a estar desarrolla­ndo una finca para producir comida

aquí y que los huéspedes (de Dorado Beach Ritz-Carlton Reserve) tengan la experienci­a de ver cómo se produce la comida”

FEDERICO “FRIEDEL” STUBBE

PRINCIPAL OFICIAL EJECUTIVO DE PRISA GROUP

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Juan.martinez@gfrmedia.com Solo en el paisajismo se invirtiero­n $10 millones, con los que se introdujer­on más de 300,000 nuevas especies de plantas a los jardines.
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Juan.martinez@gfrmedia.com Federico “Friedel” Stubbe, CEO de Prisa Group, junto a George Sotelo, gerente general del Dorado Beach Ritz-Carlton Reserve. Abajo, la piscina comunal de la hospedería, el área del Spa Botánico y parte de la vegetación que fue restaurada.
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