Reformar o deformar impuestos
La reforma contributiva propuesta por el Ejecutivo (Proyecto de la Cámara 1544) tiene como objetivos principales reducir la carga impositiva a los ciudadanos para que estos tengan mayor poder adquisitivo, estimular el consumo y el ahorro. Se propone una reducción en las tasas impositivas tanto a individuos y a las corporaciones; lo que supuestamente hará que Puerto Rico sea más competitivo ante el impacto de la Reforma Contributiva Federal. El proyecto propone reinstalar el crédito por trabajo como un estímulo económico y reduce la tasa del IVU a los alimentos preparado en un 7%.
A pesar de los “objetivos loables” que persigue la propuesta, los mismos no parecen que puedan lograrse al igual que en reformas contributivas previas. Primero, debemos aclarar que la reducción de la carga contributiva a individuos por $915 millones parece ser algo ilusorio, ya que el efecto neto será de solo $148 millones en el segundo año de implantada, según el Departamento de Hacienda. Esto es así ya que las rebajas propuestas en las tasas marginales del impuesto a los individuos, viene acompañada de la eliminación de la exención personal y el crédito por dependiente; unido a un tope de hasta $20,000 a la deducción de los intereses hipotecarios. Se añade un límite a los gastos ordinarios para la operación de un negocio o servicios profesionales, lo que hace aún más costoso el costo de cumplimiento. Por ejemplo, se requiere que los gastos ordinarios declarados sean certificados por un contador público autorizado (CPA). Este nuevo requisito aumentaría los costos de cumplimiento contributivo, lo que a su vez propiciará una mayor evasión de los impuestos. La teoría impositiva nos indica que las personas por naturaleza tienden a evitar o evadir el impuesto y a medida que le es más costoso su cumplimiento culminan en una conducta evasora (tax mentality).
Por otro lado, la reforma propuesta no parece ser neutral en términos fiscales (revenue neutral) ya que su financiamiento depende de los ahorros proveniente de la implementación del nuevo Código de Incentivos. El impacto fiscal del nuevo Código de Incentivos se basa en los Multiplicadores de la Matriz de Insumo - Producto del 2002 de la Junta de Planificación. Esa matriz, por estar atrasada, no recoge el cambio estructural completo que ha tendido nuestra economía por la pérdida de la Sección 936 y tampoco la recesión de la economía que lleva 12 años. Estos recaudos serían una de las fuentes principales para financiar la reforma, por lo que es muy probable que los objetivos delineados no se logren.
La reforma contributiva propuesta no tendrá un impacto significativo en la economía del país y nos parece que terminará deformando el sistema impositivo, en vez de reformarlo.