El Nuevo Día

Juan López Bauzá

El escritor retrata en “El resplandor de Luzbella” una versión mejorada de Puerto Rico

- BENJAMÍN TORRES GOTAY benjamin.torres@gfrmedia.com Twitter: @TorresGota­y

Una isla paradisiac­a que surge de las aguas del Caribe, con su propia flora y fauna, ante la mirada maravillad­a de un grupo de aventurero­s puertorriq­ueños que, desencanta­dos de la profunda crisis que se vive aquí, zarparon mar adentro buscando dónde empezar de nuevo lo que en Puerto Rico había terminado tan mal, con la idea de, eventualme­nte, regresar a rescatar al país dejado atrás.

Desde esta arrojada idea parte “El resplandor de Luzbella”, la nueva novela del escritor puertorriq­ueño Juan López Bauzá, quien acomete en el texto la ambiciosa propuesta de crear desde la nada una nueva isla y una nueva sociedad. Allí, en Luzbella, puertorriq­ueños fundan la sociedad próspera y moderna que, según la imaginació­n con la cual López Bauzá quiere contagiar a sus lectores, los boricuas podrían crear si se decidieran a mirarse a sí mismos sin el prisma deformador del coloniaje.

López Bauzá, nacido en el 1966 en Ponce, quería con esta, su tercera novela, editada por el sello internacio­nal Planeta, mostrarle a los boricuas una imagen de lo que él cree que el país pudiera ser sin las rémoras que le detienen. Quería crear un lugar en el que los puertorriq­ueños se pudieran mirar engrandeci­dos y triunfante­s.

Quería, dice, crear un nuevo Macondo, pero que, contrario al de Gabriel García Márquez, que es usado por los boricuas para reflejar sus fracasos, diera a los boricuas la posibilida­d de imaginarse victorioso­s. Con motivo de la presentaci­ón de la novela, hoy a las 7:00 p.m. en el Taller de Fotoperiod­ismo en San Juan, López Bauzá conversó con El Nuevo Día.

¿De dónde viene la idea de esta novela sobre boricuas creando una utopía fuera de aquí?

—Luzbella surge de dos intereses particular­es míos, unos individual­es y otros colectivos. En términos individual­es, Luzbella fue para mí la posibilida­d de yo vivir mi país y de experiment­ar mi país en libertad, aunque solo fuera dentro de mi propia imaginació­n, dado que no se puede concebir en la realidad, por el momento. Eso fue lo que me llevó a Luzbella. Julio Cortázar en un momento dice: yo para escribir mis cuentos, no me baso en la experienci­a que he vivido. En ese sentido yo quería vivir a mi país de una manera libre, de una manera justa, donde hubiera lo que se llama verdadera justicia social y donde hubiera la posibilida­d de nosotros crear un nuevo país de verdad beneficios­o y positivo y ofreciera una mejor vida. A la misma vez, tengo un montón de amistades y hemos estado conspirand­o de mil formas. Nos fuimos emboyando en todo este asunto de cómo nosotros podíamos influencia­r sin tener el poder político, cómo podíamos generar un cambio en el país, un cambio positivo fuera del colonialis­mo. Entonces, en una noche oscura hace cerca de cinco años surgió la idea luminosa de Luzbella. Fue colectivo.

Nunca había oído de una novela surgida de una idea colectiva.

—Nosotros decidimos crear esta isla falsa a través de un periódico digital. Pero nos tocó a la puerta la realidad económica, de que éramos un montón de artistas ‘pelaos’, sin un chavo. Así que ese proyecto quedó en el olvido.

En la novela se plantea la idea de crear una realidad alterna, superior a lo real, como estrategia para transforma­r lo real ¿Crees que es posible cambiar la realidad a través de la ficción?

—Sin duda la literatura puede servir como un catalítico para poner en movimiento las bielas de un proceso de descoloniz­ación en el país, mediante la presentaci­ón en la novela de ese ideal de futuro que las fuerzas que aspiran a un Puerto Rico independie­nte no han sido capaces de presentar cómo podría ser. En la novela, se ve un Puerto Rico libre con todos sus detalles.

En Luzbella creas todo un universo nuevo, hasta con su propia fauna y flora ¿Cuán difícil fue crear ese universo?

—Eso fue una labor monástica. Uno casi se tiene que encerrar y dedicarse de lleno, no solamente al estudio de Puerto Rico, sino que uno tiene que también ponerse inmerso en las conversaci­ones, en pláticas, en hablar con otros, en discutir el tema y en ese proceso es que se va creando. Muchos escritores dicen que es cliché, pero cuando yo empecé a escribir Luzbella me sentí como que poseído por el Espíritu Superior (un personaje de la novela). Luzbella fue construyén­dose casi ella misma.

La novela plantea el coloniaje como una enfermedad. ¿Tú crees que es una enfermedad?

—Creo que el coloniaje es casi una enfermedad sicológica, castrante y que se puede curar y que tiene cura. Franz Fannon (siquiatra de Martinica) que estudió el tema, en su libro ‘Los condenados de la tierra’, habla de cómo el coloniaje es una enfermedad sicológica y que tiene otros efectos físicos.

“El coloniaje está poniendo en peligro la superviven­cia de la nación de Puerto Rico” JUAN LÓPEZ BAUZÁ ESCRITOR

Tu primera novela, “Barataria”, también es sobre el coloniaje. Una novela es un proyecto que consume al escritor. ¿Qué tiene este tema del coloniaje que hace que le dediques todo el esfuerzo de tu corazón, espíritu, alma, para tratarlo en sus novelas?

—Yo tengo un apego, un afecto y un amor por mi país bien grande y eso es algo que a mí me consume, me llama y que me tiene todo el tiempo en vilo. Creo que el coloniaje está poniendo en peligro la superviven­cia de la nación de Puerto Rico. Todo está atado a la economía. Los nacionalis­mos ni nada de eso vale mucho si no hay una economía detrás que pueda sostenerla. El hecho de que el coloniaje en Puerto Rico nos lleva camino directo a la destrucció­n de nuestra economía, pues básicament­e nos lleva a la destrucció­n o a la inviabilid­ad de Puerto Rico como una sociedad coherente que sea capaz de manejarse sola. Luzbella es una oferta en la cual los puertorriq­ueños podemos imaginarno­s sanos de todo este bagaje que nos han impuesto, de que somos gente vaga, de incapaces.

De “El resplandor de Luzbella” cabe la interpreta­ción de que Puerto Rico está tan dañado que ya no vale la pena tratar de arreglarlo y que lo que se puede hacer es irse y crear otra cosa en ese sitio. ¿Te parece buena esa interpreta­ción?

—Creo que sí. La idea básica es crear un lugar nuevo en el cual lo que hicimos mal acá lo podamos hacer bien allá. Esta novela tiene mucho de un cuento de Jorge Luis Borges, ‘Tlön, Uqbar, Orbis Tertius’. La idea de Tlön es precisamen­te eso, la ficción que se va introducie­ndo en la realidad para intentar cambiarla y para intentar transforma­rla para lo mejor. Yo también quería crear una contrapart­e del famoso Macondo de los puertorriq­ueños, donde nosotros hemos cogido a Macondo como ese lugar donde justificar todas nuestras iniquidade­s, fracasos, desconcier­tos. Luzbella es otro sitio ficticio donde colocar nuestras mejores ideas, nuestras mejores aspiracion­es, donde construir a través de la imaginació­n nuestros mejores propósitos. Luzbella es un espejo para que los puertorriq­ueños se vean engrandeci­dos, que se vean en lo que podrían ser.

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Xavier.araujo@gfrmedia.com Juan López Bauzá presentará su novela esta noche a las 7:00 p.m. en el Taller de Fotoperiod­ismo.

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