Ratas invaden Isla de Gilligan en Guánica
Más de 100 roedores fueron divisados por un grupo que visitaba el lugar
El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) confirmó que están al tanto de una infestación de ratas en la Isla de Gilligan, ubicada a una milla de la costa del municipio de Guánica, y que laboran para encontrar una solución.
El portavoz del DRNA, Aniel Bigio, sostuvo, mediante comunicación escrita, que la agencia tiene conocimiento de la situación. La agencia reaccionó a una carta enviada a El Nuevo Día por una madre que experimentó, de primera mano, la infestación durante un pasadía en el cayo Aurora (nombre oficial de la isleta) con niños de una escuela elemental del área metropolitana celebrado el pasado 12 de octubre.
El cayo, de unos 40 acres, está rodeado por mangles y es un destino popular tanto para los puertorriqueños como para turistas del exterior. El cayo Aurora forma parte del Bosque Estatal de Guánica y es uno de los tres cuerpos que forman los cayos de Caña Gorda, junto con la isla Ballena y el cayo Honda.
En la carta enviada a este diario, Evelyn Barlia describió que vieron la primera rata al desembarcar en el pequeño puerto del cayo.
“¡Tan pronto llegamos a la arena para poner nuestras toallas y bultos, todos los niños empezaron a gritar y correr, pues había ratas pasando por sus pies! Las maestras dieron instrucciones de meterse al agua, pues pensaron que ahí estaríamos más protegidos. Cuando estábamos dentro del agua, y miramos hacia la arena, no podíamos creer lo que veíamos. Ratas enormes caminaban por toda la arena. ¡Quisiera decir que solo había 10 o 20 ratas, pero me atrevo a decir que había más de 100!”, indicó Barlia.
“Los niños gritaban del miedo y del asco, y algunos temblaban. Las mamás y maestras tratamos de mantener la calma, pero sabíamos que era muy peligroso quedarnos ahí. Era obvio que podíamos estar en riesgo de contraer leptospirosis u otras enfermedades transmiti- das por ratas, pues nos podían morder”, añadió Barlia.
Al regresar a Guánica, Barlia dijo que le preguntó a un empleado por qué no les advirtieron sobre la infestación, y la respuesta de la persona fue: “No se preocupe, que ya pusimos veneno por todas partes para controlarlo”. Barlia añadió que llamó directamente al DRNA el 15 de octubre para informar sobre lo ocurrido y que la llamarían de vuelta pero, al momento, la agencia no se ha comunicado.
Por su parte, el DRNA sostuvo que comenzó una pesquisa en búsqueda de alternativas al problema.
“El DRNA tiene conocimiento y comenzó una pesquisa para buscar alternativas. Las ratas son un asunto de manejo en otros de los cayos e islas, hasta tal punto que, en el pasado, hemos implementado proyectos específicos para su erradicación y control, algo que es bastante difícil de controlar por su capacidad reproductiva”, sostuvo la agencia en su comunicación escrita.
“A medida que la gente visita la isla y deja la basura, se complica la situación. Es importante saber que tirar veneno, si no se maneja bien, tiene un efecto negativo para otras especies. Seguimos investigando el incidente y un grupo de biólogos visitará el área para llevar a cabo una evaluación”, añadió el DRNA en su respuesta.
“¡Quisiera decir que solo había 10 o 20 ratas, pero me atrevo a decir que había más de 100!”
EVELYN BARLIA VISITANTE DE ISLA GILLIGAN