Boricuas que han dejado su huella en la historia de las Series Mundiales
Han sido 69 años de historia donde los puertorriqueños han logrado gestas significativas en las Series Mundiales
La presencia y aporte de puertorriqueños en el Clásico de Otoño se remonta desde finales de la década del 1940 hasta el presente.
De acuerdo con el historiador de béisbol y autor salinense Jossie Alvarado desde que Luis Rodríguez Olmo, de los Dodgers de Brooklyn, conectara el primer indiscutible en el segundo partido de la Serie Mundial ante los Yankees de Nueva York comenzó una rica historia que pasa por los premios de Jugadores Más Valiosos de Roberto Clemente y Mike Lowell, y que se ha extendido hasta el histórico campeonato logrado por Alex Cora
como dirigente de los Medias Rojas de Boston, el domingo.
“El Jíbaro Olmo”, el primer boricua en jugar en un clásico, debutó en el segundo partido de la serie de 1949 donde los Dodgers cayeron 4-1 ante los Yankees. Entró a jugar en sustitución del jardinero Marv Rackley y en la parte alta de la séptima le bateó un sencillo al izquierdo. En el tercer partido de esta serie le conectó un jonrón a Joe Page en la novena entrada.
Para Alvarado, en la historia de los clásicos de otoño, la “gesta más importante de un pelotero boricua fue el premio al Jugador Más Valioso (JMV) de Clemente en el 1971”. Logro que fue igualado en el 2007 por Lowell, quien fue el JMV de la Serie Mundial donde sus Medias Rojas barrieron a Colorado.
Pero Alvarado recordó que no solo en el terreno de juego los boricuas han dejado su huella. “La del 1968, cuando José Feliciano cantó el himno de Estados Unidos”, resaltó el historiador refiriéndose a que el toque personal del artista boricua que le puso al Star Spangled Banner al entonar el himno previo al quinto partido de la Serie Mundial, entre los Tigres de Detroit y los Cardenales de San Luis, recibió duras críticas.