Aboga por diálogo de pueblo para actuar sin protagonismos
De la columna de Jacobo Morales, publicada el domingo en este diario, tomo la siguiente cita: “No podemos continuar siendo guiados por la desconfianza y el temor a la hora de tomar decisiones, sobre todo entre los que estamos convencidos de que el propósito de unidad puede ser incompatible con la discrepancia responsable.” El pensamiento que encierra esta oración refleja el deseo de tener una sociedad tolerante de las diferencias y trabajar para forjar una sociedad resiliente, justa, solidaria, feliz y sostenible.
Sin embargo, en los últimos años hemos visto como se ha ido descorriendo el velo que ocultaba las malas decisiones que toman en las esferas de poder, en especial en las gubernamentales: federales, territoriales y municipales. Fueron decisiones que seguían intereses político partidistas e ideológicas que sirven a un grupo reducido de personas, en especial a los que tienen dominio del capital.
Por eso, nuestra patria necesita un verdadero diálogo, nacional, donde todos los sectores tengan la oportunidad de escucharse, entenderse y, si posible, llegar a consensos. Todas las fuerzas vivas de las comunidades deben de ser integradas aldiálogo. El formato de los encuentros debe ser abierto y con una agenda de trabajo sencilla. La convocatoria puede venir de un grupo, sector o unidad de varios. Hemos visto llamados que ha hecho la Coalición Ecuménica y el Concilio de Iglesias de Puerto Rico. ¿Qué impide el que se logre? Debemos hacerlo, necesitamos unidad de pueblo.
A lo que Jacobo Morales describe, yo añadiría que necesitamos tomar decisiones sin protagonismo, que es lo que no permite que se hagan los diálogos que son tan necesarios y apremiantes. Son necesarios para comenzar a definir una ruta social y comunitaria. También apremiantes, ya que la situación de crisis humanitaria no exige menos.
José Carrión y Andrew Biggs, miembros de la Junta de Control Fiscal, escribieron un artículo que, de acuerdo a la escritora Mayra Montero, concluye que han hecho “lo que se ha podido” y que “con lo que hay, no se puede hacer más.” Opino que esas palabras reflejan actitud insensible. Dan impresión de pesimismo, algo que no refleja la fuerza de la gente humilde del pueblo, que lucha cada día.
El verdadero pueblo puertorriqueño trabaja por construir el mejor país, donde toda persona es necesaria: empresarios, trabajadores, industriales y educadores, religiosos y políticos; cooperativistas y banqueros, todos mujeres y hombres de buena voluntad.
La invitación a dialogar hay que repetirla. Hagamos posible el diálogo nacional (#PRDialogoNacionalYA). Se lo adeudamos a nuestros nietos, que se merecen un país solidario, sostenible y soberano. Estamos invitados por la historia a dejar una huella indeleble, una que nos permita sentir que caminamos en el sentido correcto, como un solo pueblo.
Felipe Lozada Montañez
San Juan