Insta a procurar buenas decisiones para el país
La toma de decisiones es similar a como cuando uno va por un camino y nos encontramos que el mismo se divide en dos. ¿Cuál tomo? ¿El que está lleno de flores o el empedrado? Lo importante es saber a dónde quiero llegar y qué riesgos puedo o estoy dispuesto a tomar.
Cada decisión trae a su vez, unas consecuencias. ¿Las puedo asumir? ¿Estoy dispuesto a asumirlas? Sin embargo, no se puede culpar a nadie de los resultados. Únicamente el que toma la decisión es el responsable de hacia dónde dirige su vida. Hay una infinidad de decisiones, pero las más comunes son las decisiones económicas, las vanas y las sentimentales.
Hay decisiones que estamos posponiendo en el ámbito político. Por ejemplo, ¿Qué quiero para Puerto Rico? Qué camino debemos tomar para sacar a nuestro país del hoyo en que se encuentra. ¿El camino de la izquierda o el camino de la derecha?
Pensemos y analicemos las mismas. No dejemos que otros tomen las determinaciones por nosotros. Somos, los únicos responsables de nuestra vida, de nuestro destino. No siempre las decisiones salen como uno piensa o desea, sin embargo, podemos volver a tomar nuevas determinaciones.
La vida es hermosa con todas las situaciones buenas o menos buenas, esperadas o no esperadas que nos tocan vivir. Hoy tomo la decisión de ser yo el que decida.