Busca renovar el fatigado clero latinoamericano
El pontífice habla con franqueza sobre las presiones, frustraciones y ansiedades que encaran los sacerdotes y monjas
PANAMÁ.- El papa Francisco trató ayer de inyectarle un vigor renovado al clero de América Latina tras reconocer que puede haberse fatigado de las cargas de su trabajo y de una Iglesia “herida por su propio pecado”.
“Sería imposible tratar de abarcar todas las situaciones que resquebrajan la vida de los consagrados, pero en todas sentimos la necesidad urgente de encontrar un pozo que pueda calmar y saciar la sed y el cansancio del camino”, manifestó Francisco, quien visita por primera vez un país de América Central y con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de la Iglesia católica.
El primer papa latinoamericano habló ayer durante una misa en la catedral principal de la ciudad de Panamá, la basílica de Santa María la Antigua, cuyo altar fue consagrado por el pontífice después de una renovación de un año. El papa frotó aceite sagrado en la parte superior de mármol del altar.
Fue el punto intermedio de la visita de cuatro días de Francisco a Panamá para la jornada.
En ediciones anteriores, el festival ha congregado a cientos de miles de peregrinos, pero la versión de Panamá atrajo a menos. Solo alrededor de 100,000 personas acudieron este fin de semana, menos de las 400,000 personas que, según los organizadores, acudieron al vía crucis celebrado por el papa el viernes.
En su homilía, Francisco habló con franqueza sobre las presiones, frustraciones y ansiedades que enfrentan los sacerdotes y las monjas, que se enfrentan en un mundo en rápido cambio donde a veces el mensaje católico no tiene lugar.
El papa advirtió que su cansancio a veces puede ser paralizante, pero los instó a recuperar la alegría y la fe que los inspiraron originalmente.
El profesor de estudios religiosos en la Virginia Commonwealth University, Andrew Chesnut, dijo que la fatiga del clero panameño y latinoamericano en general no solo se debe a los “pecados” de la Iglesia mencionados por el papa, sino “también por un cansancio más palpable por la falta de sacerdotes en la región más católica del mundo”.
“Muchos sacerdotes son responsables por miles de párrocos y se les imposibilita atender a las necesidades espirituales de todos”, planteó a The Associated Press Chesnut, quien sigue de cerca el viaje del papa.
Francisco arribó temprano a la catedral de Santa María La An- tigua, en el sector conocido como Casco Antiguo, para oficiar una misa con los religiosos del país. Después, presidió la última vigilia previa a la misa de cierre de la Jornada Mundial de la Juventud hoy.
Un grupo de peregrinas de Guatemala esperó al pontífice en las afueras de la restaurada catedral con el coro: “Francisco, amigo, ‘Guate’ está contigo”. Otros jóvenes de diferentes nacionalidades coreaban: “¡Esta es la juventud del papa!”. Las campañas del templo doblaron a la entrada del obispo de Roma, que se bajó del papamóvil y saludó a un grupo de peregrinos.
Es la segunda vez que un papa visita la catedral metropolitana, consagrada en 1796. Juan Pablo II se reunió allí con enfermos y religiosos durante su gira por Centroamérica en 1983.
El viernes, Francisco llevó la JMJ a los delincuentes juveniles, con una emotiva liturgia de la penitencia dentro del principal reclusorio juvenil del país.
“Todas reclaman, como grito silencioso, un pozo desde donde volver a empezar”
PAPA FRANCISCO OBISPO DE ROMA