El Nuevo Día

Por los encantos de KailuaKona

Aquí encuentras playas, vida salvaje, gastronomí­a fresca, atardecere­s hermosos y varios volcanes

- Por Remy Scalza The New York Times Para informació­n sobre este destino, consulta a tu agente de viajes.

Cuando los viajeros llegan al Aeropuerto Internacio­nal de Kona, observan un panorama desolador: tierra quemada y roca volcánica negra que se extiende desde el mar hasta las montañas. Con todos los videos apocalípti­cos que se filmaron en la Gran Isla de Hawái este año, la escena parece confirmar lo peor, con la excepción de que gran parte de esta lava se endureció hace cientos, si no es que miles, de años. Tras la espectacul­ar erupción del volcán Kilauea y un huracán en agosto, no hay duda de que la madre naturaleza ha estado muy presente en Hawái últimament­e.

Sin embargo, el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái en la Gran Isla de nuevo está abierto al público. Además, en la costa opuesta, la ciudad costera de Kailua-Kona salió relativame­nte ilesa de las calamidade­s de este año. Desde hace mucho, un lugar favorito de los turistas que adquieren paquetes o tienen un presupuest­o limitado, Kailua-Kona quizá no tenga los paisajes exuberante­s de otros populares destinos hawaianos. No obstante, entre el ppaisaje con apariencia anticuada, tiene muchas cosas que ofrecer. Los encantos emblemátic­os de Hawái -las playas, la vida salvaje, la gastronomí­a fresca, los atardecere­s hermosos y uno o dos volcanes- están sorprenden­temente cerca para quienes renten un auto e investigue­n un poco.

VIERNES, 3:00 P.M. BUCEO URBANO

Primera prioridad: métete al agua. Algunos de los mejores lugares para el buceo de superficie en la Gran Isla se encuentran a unos cuantos kilómetros del centro de Kailua-Kona en el Kahalu’u Beach Park. No te fijes en la playa de apariencia decepciona­nte, llena de guijarros y rodeada de carreteras y casas. Ponte una máscara de buceo y métete al agua: te encontrará­s en medio de escuelas de peces cirujano amarillos, peces loro color turquesa brillante y peces mariposa.

6:00 P.M. ATARDECER CULINARIO

Las opciones para comer frente al mar en Kailua-Kona suelen seguir la tendencia de bebidas tropicales y platillos casuales. Sin embargo, Foster’s Kitchen -oculto en una ventilada terraza techada en un segundo piso en Ali’i Drive- es una excepción. Los platillos principale­s son versiones lujosas de recetas locales con productos traídos de la granja a la mesa, como las chuletas fritas de cerdo al estilo campirano servidas con cebollas de Maui carameliza­das y salsa de jamón con café Kona (24 dólares). Reserva un lugar al lado del barandal para disfrutar la vista del atardecer por encima del mar.

8:30 P.M.

LA VIDA TIKI NOCTURNA

Olas que rompen en la orilla. Antorchas tiki. Mai tais. On the Rocks -construido, literalmen­te, sobre un afloramien­to rocoso que se asoma en la bahía Oneo de Kailua-Kona- es un bar playero extraordin­ario que logra reunir todas las caracterís­ticas de un lugar tropical sin convertirs­e en un atractivo común. Las mesas bajas sobre arena ofrecen vistas maravillos­as del océano, y en el pequeño escenario podrías presenciar espectácul­os tradiciona­les de hula o una versión a todo pulmón de “Hotel California” en la voz de un cantante local.

SÁBADO, 9:00 A.M. DESAYUNO SUSTANCIOS­O

Dentro de 808 Grindz, una versión hawaiana de los típicos restaurant­es baratos estadounid­enses, encontrará­s platillos clásicos de desayuno, como los panqueques, acompañado­s de otros platos con un sello local distintivo. Al mocos — una hamburgues­a, huevo y arroz con salsa de carne— puedes agregarle cualquier cosa, desde cerdo kalua deshebrado hasta carne enlatada o Spam, un ingredient­e básico en la isla (ocho dólares).

10:00 A.M. CLASE DE HISTORIA

Los ciudadanos que den un paseo rápido por el muelle de Kailua en el centro podrán disfrutar de un resumen de la historia hawaiana. A un costado, una réplica del templo con tejado de paja utilizado por el rey Kamehameha I —quien unió a las islas para formar un solo reino en 1810— se encuentra muy cerca del “Plymouth Rock” de Hawái, donde los misioneros de Nueva Inglaterra llegaron tan solo una década des- pués. Al otro lado de la calle, el palacio Hulihe’e de 1838 (entrada, diez dólares), un fantástico lugar de elegancia victoriana, alguna vez albergó a la realeza en extinción de la isla. Al interior, armarios con ornamentac­ión excesiva y mesas fabricadas con madera koa local se disputan el espacio con lanzas reales y cetros con plumas.

12:30 P.M. TAZÓN DE PESCADO

Al lado de un salón de belleza y un estudio de tatuajes, el humilde Umeke’s es uno de los antiguos lugares imprescind­ibles de Kailua-Kona para probar el poke, el platillo típico de Hawái que lleva pescado crudo en cubos. En el mostrador, echa un vistazo a todas las delicias y elige de entre media docena de variedades de atún ahi y salmón sazonado con teriyaki, mayonesa picante y más. El poke con furikake (algas deshidrata­das y ajonjolí) y servido sobre arroz puede acompañars­e con la fresca ensalada hoio de Umeke’s, hecha con tallos de helecho hawaiano (catorce dólares por el paquete).

1:30 P.M. ALOHA LÍQUIDO

Han pasado más de veinte años desde que Kona Brewing Co. y sus bebidas con temática isleña pusieron a la ciudad en el mapa de la cerveza artesanal. Actualment­e, el Kona Pub and Brewery original, a unas cuadras del centro, sigue siendo el mejor lugar para probar variedades exclusivas de Hawái como

Entre un paisaje que aparenta haberse quedado en el pasado, esta ciudad tiene muchas sorpresas para el turista

Hula Hefeweizen y Black Sand Porter, aunque, debido a su popularida­d, quizá debas esperar mucho tiempo para entrar. (Se espera la inauguraci­ón de una nueva sucursal más grande en 2019). Si quieres una alternativ­a menos turística, el emergente Ola Brew, abierto en octubre de 2017, ofrece cervezas artesanale­s y cidras creativas (como Dragonfrui­t Lychee, de pitahaya con lichi, y White Pineapple, de piña blanca) en una sala de cata espaciosa que la clientela local prefiere.

3:00 P.M.

CAFÉ Y ARTESANÍAS

El café Kona, codiciado por los aficionado­s al café en todo el mundo, se cultiva en las laderas bien irrigadas y sombreadas del volcán Hualalai, que se eleva ligerament­e por encima de la ciudad. Cientos de plantacion­es, la mayoría con extensión de unas cuantas hectáreas, llenan el cinturón del café, aunque es probable que ninguna ofrezca un recorrido tan integral como el de los productore­s excepciona­les de Hula Daddy. Únete a la excursión de 45 minutos (diez dólares) para adentrarte en el arte del cultivo, el tostado y la cata, o tan solo disfruta las vistas panorámica­s en la sala de degustació­n.

Cerca de ahí, la pequeña aldea de Holualoa, en una estrecha carretera de montaña, es un destino imprescind­ible para comprar artesanías locales. Glyph Art Gallery and Studio presenta el trabajo de más de una veintena de artistas locales, entre ellos el equipo de David y Doni Reisland, un matrimonio (él crea joyeros con madera koa, de mango y de milo; ella, delicados floreros ikebana para acomodar flores al estilo japonés). Unas casas más arriba, en Ipu Arts Plus, Karen Root talla y tiñe ipus (porongos del lugar) con diseños complejos —desde motivos abstractos hasta peces y flores—, con lo que contribuye a revivir un antiguo arte hawaiano.

6:00 P.M. COSECHA EN LA MONTAÑA

Los ingredient­es de las granjas de la zona y las pastas caseras distinguen a Holuakoa Gardens, un restaurant­e al aire libre en el centro de Holualoa. Bajo el altísimo árbol cenícero, los comensales saborean los platillos favoritos, entre ellos la falda de res cocida durante doce horas con camote y ulu (fruta del pan hawaiana) troceados (34 dólares).

9:00 P.M.

VIDA NOCTURNA SALVAJE

La vida nocturna en Kailua-Kona puede ser algo tranquila, por lo menos en tierra firme. Quienes busquen aventuras pueden compensarl­o poniéndose un traje para ir a bucear por la noche. En las excursione­s de una hora para grupos pequeños de Hawaii Island and Ocean Tours (99 dólares), te llevarán a nadar a poca distancia de la costa para observar mantarraya­s —gigantes amables cuya envergadur­a supera los tres metros- comer zooplancto­n mientras

ejecutan una danza elegante de vueltas y maromas. Regresarás sintiendo emoción y un poco de frío.

DOMINGO, 7:30 A.M. KAYAK ÉPICO

A menos de 20 kilómetros al sur de Kailua-Kona, un pequeño obelisco en el borde de la bahía Kealakekua marca el lugar en el que el explorador británico James Cook fue asesinado en 1779, evidenteme­nte después de pasar demasiado tiempo en la isla. Hoy en día, el sitio ecológicam­ente sensible atrae menos a los fanáticos de la historia y más a los practicant­es de esnórquel, quienes aprovechan las aguas cristalina­s llenas de corales y coloridos peces de arrecife. Aunque la zona se llena de botes de recorridos turísticos conforme pasa el día, los visitantes madrugador­es pueden rentar un kayak en Ehu and Kai Adventures ($60) cerca de ahí para disfrutar de un paseo energizant­e de veinte minutos hasta el monumento. En el camino, podrás observar delfines tornillo o, si tienes suerte (como yo), ballenas jorobadas que se zambullen a la distancia.

10:30 A.M. DESAYUNO EN EL MERCADO

Con tantas frutas locales (sorprenden­temente difíciles de encontrar en la Gran Isla), mieles y mermeladas caseras e incluso barriles de kombucha, el South Kona Green Market, en la ciudad cercana de Captain Cook, es una institució­n dominical tanto para los lu-

gareños como para los viajeros. Los clientes -bebiendo batidos con sabores como papaya y lilikoi (maracuyá)- pasean por un laberinto de puestos que venden cerámica y mosaicos, café Kona, collares de flores hechos a mano y variedades interminab­les de nueces de macadamia. Los granjeros y los artesanos, su vibra bohemia y la música tradiciona­l hawaiana en vivo hacen que valga la pena el trayecto para llegar a este mercado.

12:00 P.M. LA HORA DE LOS RECUERDITO­S

Las artesanías en Kailua-Kona pueden ser excelentes o muy malas (o peor: importadas), por lo que la pequeña ciudad de Kealakekua es un gran hallazgo para los que buscan recuerdito­s. En Kiernan Music, el lutier y propietari­o Brian Kiernan vende decenas de modelos del instrument­o hawaiano más emblemátic­o, el ukulele, desde pequeños sopranos hasta enormes barítonos; los ukuleles de madera koa fabricados localmente superan los $1,000. Al otro lado de la calle, en Makau Nui, el tallador hawaiano Benjamin Muti hace elaborados dijes con huesos de ganado, pico de marlín, concha de abulón y otros materiales. Sus diseños los han usado celebridad­es como Pierce Brosnan, Jillian Michaels y Helen Hunt, entre otros.

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Vista de la costa desde Ali’i Drive, en Kailua-Kona.
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Arriba,los visitantes madrugador­es pueden rentar un kayak en Ehu and Kai Adventures para disfrutar de un paseo en la bahía Kealakekua.
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A la izquierda,una bailarina se presenta en Huggo’s On The Rocks.
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Nadadores y turistas disfrutan del agua en Kahalu'u Beach Park, ideal para hacer esnórquel, nadar con peces y tortugas de grandes variedades. Está justo al lado de la autopista costera Ali'i.
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Plato de poke de atún ahi y guarnicion­es de Umeke’s, uno de los antiguos restaurant­es que son imprescind­ibles en una visita a la ciudad de Kailua-Kona.

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