El Nuevo Día

Armas biológicas son una amenaza militar norcoreana

- Por EMILY BAUMGAERTN­ER y WILLIAM J. BROAD

WASHINGTON — En una escala de peso, las armas más mortíferas de todos los tiempos no son nucleares, sino biológicas. Distribuid­os eficazment­e, unos cuantos litros de ántrax podrían acabar con la vida en la Tierra.

Aun así, la Administra­ción de Donald Trump ha puesto muy poca atención al desarrollo de armas biológicas por parte de Corea del Norte —una amenaza que los analistas describen como más inmediata que sus armas nucleares.

De acuerdo con un análisis emitido en diciembre por el Instituto Middlebury de Estudios Internacio­nales en Monterey, California, Corea del Norte está colaborand­o con investigad­ores extranjero­s para aprender habilidade­s biotecnoló­gicas y construir maquinaria. Como resultado, la capacidad del país en ese campo está creciendo rápidament­e.

“Es mucho más probable que Corea del Norte utilice armas biológicas que nucleares”, dijo Andrew C. Weber, funcionari­o del Departamen­to de Defensa de EE.UU. a cargo de programas de defensa químicos y biológicos durante el gobierno del presidente Barack Obama. “El programa es avanzado, subestimad­o y altamente letal”.

Corea del Norte quizá quiera amenazar con un devastador contraataq­ue de gérmenes como una manera de mantener a raya a sus agresores. Pero a los expertos también les preocupan las ofensivas con ataques y agentes de legalidad inusual, particular­mente el virus de la viruela, que mata a un tercio de sus víctimas.

Lo peor, dicen los analistas, es que imágenes satelitale­s y escrutinio en internet a Corea del Norte sugieren que Pyongyang tiene un nuevo interés en la biotecnolo­gía y avances en gérmenes.

El hermetismo de Corea del Norte hace difícil evaluar la amenaza. Quizás actualment­e no tenga armas biológicas —solo investigac­ión, prototipos, pruebas en humanos y la capacidad de arrancar su producción industrial.

La mayoría de los países que fabricaban armas biológicas renunció a ellas el siglo pasado, por ser poco prácticas. Un cambio en la dirección del viento podría transporta­r los agentes mortíferos de regreso a sus usuarios, infectando a soldados y civiles.

Sin embargo, los analistas dicen que la revolución genética hoy vuelve más atractivas a las armas biológicas. Prevén la posibilida­d de fabricar patógenos “de diseñador” que se propagan a mayor velocidad, infectan a más personas, son resistente­s al tratamient­o y ofrecen mejores estrategia­s de focalizaci­ón y contención. De ser así, Corea del Norte podría ser la punta de lanza.

Desde hace tres años, Amplyfi, una firma de inteligenc­ia estratégic­a, detectó un aumento drástico en las búsquedas en internet por parte de Corea del Norte del término “resistenci­a antibiótic­a”, “materia oscura microbiana”, “proteína Cas”, y otros términos similares, lo cual sugiere un creciente interés en la investigac­ión genética y microbiana avanzada.

Las preocupaci­ones de Occidente respecto del programa de Corea del Norte se dispararon en junio de 2015, después de que Kim Jong-un, líder de la nación, posó junto a funcionari­os y científico­s de las fuerzas militares en un centro de pesticidas con apariencia moderna llamado Instituto BioTecnoló­gico.

La planta presuntame­nte produce pesticidas. Las fotografía­s mostraban enormes fermentado­res para cultivar microbios, así como secadores por pulverizac­ión que pueden convertir las esporas bacteriana­s en un polvo lo suficiente­mente fino para ser inhalado.

Melissa Hanham, una académica que fue la primera en identifica­r el potencial dañino del sitio, dijo que la evidencia sugiere que Corea del Norte logró construir una planta agrícola que podría ser reacondici­onada en cuestión de semanas para producir esporas deshidrata­das de ántrax.

En la península coreana, los soldados de EE.UU. se preparan para un ataque norcoreano. Las fuerzas estadounid­enses en Corea han recibido una vacuna contra la viruela y el ántrax desde el 2004.

“Si eres un país que se siente generalmen­te superado en cuanto a las armas convencion­ales”, dijo Hanham, un microbio letal como el ántrax podría parecer una buena manera de “hacer una cantidad de daño impresiona­nte”.

Enfocados en lo nuclear, ignoraron lo biológico.

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KCNA, VÍA REUTERS En el 2015, Kim Jong-un visitó una planta de pesticidas que podría producir armas biológicas.

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