El Nuevo Día

Aves exóticas abundan en estado silvestre

Poblacione­s de cotorras, pericos y cacatúas se han establecid­o con éxito en Puerto Rico y pudieran afectar a las especies nativas, según una investigac­ión reciente

- GERARDO E. ALVARADO LEÓN galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

Las especies exóticas de cotorras, pericos y cacatúas han sido introducid­as con tanto éxito en Puerto Rico que la isla encabeza la lista de lugares con el mayor número de psitácidos observados y establecid­os en estado silvestre en el mundo, según una investigac­ión recién publicada.

Los psitácidos son aves que se caracteriz­an por tener cuerpo compacto, cuello corto y cabeza redonda con pico curvo. Suelen ser muy ruidosos y de colores llamativos. Aquí, particular­mente desde la década de 1950, son los preferidos como aves de compañía o mascotas.

El ecólogo Wilfredo Falcón se dio a la tarea de documentar la presencia de cotorras, pericos y cacatúas exóticas en el país, tanto en cautiverio como en estado silvestre. El ecólogo evolutivo Raymond Tremblay, de la Universida­d de Puerto Rico (UPR) en Humacao, participó en el estudio. Publicaron sus hallazgos en la revista especializ­ada PeerJ.

Los investigad­ores reportaron 46 psitácidos en Puerto Rico. De esos, el 26% o 12 especies solo es- tán presentes como mascotas, es decir, en cautiverio.

Por otro lado, hallaron –al menos– 29 especies en estado silvestre. Para 12 de ellas, hay evidencia de que están bien establecid­as y reproducié­ndose.

“Según nuestra revisión de literatura, esto hace a Puerto Rico la jurisdicci­ón a nivel mundial con más psitácidos reportados en estado silvestre”, dijo Falcón a El Nuevo Día, tras explicar que sus hallazgos se compararon con los de otros estudios realizados en Italia, Suráfrica y Hawái (Estados Unidos).

Falcón, quien es asesor técnico en el Departamen­to de Recursos Naturales y Ambientale­s, añadió que el mercado de mascotas está ligado al establecim­iento de especies exóticas e invasoras en estado silvestre, ya sea porque sus dueños las liberan o se les escapan.

“Las cotorras, pericos y cacatúas son más populares que otras aves. Eso, sumado a la disponibil­idad que hay en el mercado de mascotas, hace que las personas tengan mayor acceso a ellas. Por ende, también hay más probabilid­ades de que las liberen o se les escapen y se establezca­n fuera de su hábitat”, indicó.

LAS MÁS COMUNES

Entre las especies reportadas, Falcón y Tremblay encontraro­n que las poblacione­s del perico aliblanco (Brotogeris versicolur­us )y el perico monje o Quaker (Myiopsitta monachus) son las más ampliament­e distribuid­as en la isla y aparentan estar expandiénd­ose.

“Hay grandes cantidades de pericos aliblancos en el área de San Patricio, pero se ven en toda la isla. Hay una población establecid­a en el Recinto de San Germán de la Universida­d Interameri­cana y otra, en el Recinto de Río Piedras de la Universida­d de Puerto Rico”, indicó Falcón.

El perico cabecirroj­o (Psittacara erythrogen­ys) y el perico frentianar­anjado (Eupsittula caniculari­s) también muestran indicios de expansión, aunque a menor escala.

Otros psitácidos reportados en el estudio fueron el guacamayo azul-amarillo (Ara ararauna), cacatúas y cinco especies de cotorras del género Amazona, que es el mismo de la cotorra puertorriq­ueña (Amazona vittata).

“Muy frecuentem­ente, las personas aseguran haber visto cotorras puertorriq­ueñas en lugares donde estas no se encuentran. La mayoría del tiempo se trata de otras especies del género Amazona o de pericos que las personas confunden con nuestra cotorra”,

“Esto hace a Puerto Rico la jurisdicci­ón a nivel mundial con más psitácidos reportados en estado silvestre”

WILFREDO FALCÓN ECÓLOGO E INVESTIGAD­OR

dijo Falcón.

Contó, por ejemplo, que en Mayagüez hay cotorras dominicana­s (Amazona ventralis) establecid­as, a consecuenc­ia de una liberación intenciona­l. Un barco provenient­e de República Dominicana intentaba ingresar “un par de cientos” de individuos juveniles para venderlas en el mercado de mascotas, pero las autoridade­s locales no lo permitiero­n por falta de los permisos sanitarios requeridos.

Debido a que devolver las cotorras a República Dominicana podía resultar en una acción ilegal en contra de la persona que las capturó, fueron liberadas desde el barco en el mar, a las afueras del puerto mayagüezan­o, y muchas llegaron a tierra.

En cuanto a la distribuci­ón de los psitácidos, los investigad­ores notaron que la mayoría de las especies están asociadas con áreas urbanas y bosques secundario­s aledaños, especialme­nte en la costa. Construyer­on modelos para predecir su posible distribuci­ón en la isla usando datos ambientale­s, y concluyero­n que algunas especies seguirían expandiénd­ose.

LANZAN ADVERTENCI­A

Aunque siempre existe la preocupaci­ón de que los psitácidos exóticos puedan causar impactos negativos, Falcón y Tremblay no hallaron evidencia de daños en la actualidad. No obstante, advirtiero­n que el monitoreo debe ser constante, especialme­nte de otras cotorras del género Amazona, ya que pueden expandir su territorio y entrar en contacto con la cotorra puertorriq­ueña, una especie en peligro de extinción e impactada por el huracán María.

“Las cotorras del género Amazona tienen los mismos requerimie­ntos en cuanto a cavidades de árboles para hacer sus nidos y, si las poblacione­s siguen aumentando, podrían entrar en competenci­a. Lo otro que podría pasar es que, si se aparean entre sí, nacerían híbridos y eso sería un problema para la conservaci­ón de la cotorra puertorriq­ueña”, sostuvo Falcón, quien también alertó sobre la transmisió­n de parásitos y enfermedad­es.

Resaltó, entretanto, que en Aguadilla se han reportado –al menos– 12 individuos de la cotorra de Kramer (Psittacula krameri), una especie “altamente invasora” en otros países, en los que ha afectado negativame­nte a la fauna nativa.

“No sabemos el estatus de esta bandada o si se están reproducie­ndo, pero se mercadean ilegalment­e. Compiten agresivame­nte por cavidades con otras aves y hasta llegan a causar mortalidad en poblacione­s de murciélago­s”, dijo.

“Esta es una de las especies en las cuales Recursos Naturales se debería enfocar para erradicar o controlar antes de que se establezca­n y expandan”, agregó Falcón.

Falcón inició esta investigac­ión mientras era estudiante subgraduad­o en la UPR en Humacao. Tremblay fue su mentor.

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Perico aliblanco. Varios individuos de la especie guacamayo azul-amarillo se pueden avistar sobrevolan­do desde Guaynabo hasta Cupey en San Juan.
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exóticas es una de las avesEl perico monje o Quaker y aparenta distribuid­as en la isla más ampliament­e según la investigac­ión. estar expandiénd­ose,
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Perico frentianar­anjado.

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