¿Quién fue Santiago R. Palmer?
El 25 de febrero de 2019 marca el 175 aniversario del natalicio de Santiago R. Palmer, líder político y masónico del Siglo XIX y principios del Siglo XX. En varios municipios de Puerto Rico (muchos del oeste de la isla) se ha denominado alguna vía pública como calle Santiago R. Palmer. Desde 1906, la plaza de Caguas lleva su nombre, lo cual se repite en la designación de algunas escuelas públicas. La pregunta de muchos ciudadanos podría ser: “¿Y quién fue Santiago R. Palmer?” Como la información disponible sobre éste líder es escasa y de difícil acceso, compartimos algunos datos sobre la vida del primer Gran Maestro de la Gran Logia Soberana de Libres y Aceptados Masones de Puerto Rico (GLSPR).
Nacido en San Germán, Palmer fue un escribano, notario y filántropo que se involucró desde la década del 1870 en las luchas de los sectores liberales y autonomistas del país, trabajando junto a Román Baldorioty de Castro, Luis Muñoz Rivera, José de Diego, Rosendo Matienzo Cintrón y otros para obtener mayores derechos políticos para los puertorriqueños. Por su verticalidad en defensa de sus creencias fue encarcelado junto a Baldorioty de Castro y otros líderes autonomistas durante el ingratamente recordado “Año del Componte”; y fue denunciado en múltiples ocasiones por funcionarios gubernamentales y eclesiásticos conservadores por ser masón.
Como líder de la GLSPR, fue defensor de la soberanía masónica autóctona frente a los reclamos jurisdiccionales de grandes logias españolas e intentos de invasión de territorio de grandes logias norteamericanas. De hecho, su estrategia de buscar apoyo de otras grandes jurisdicciones masónicas para la GLSPR resultó en obtener uno de los más tempranos reconocimientos internacionales a la identidad nacional de Puerto Rico, similar a lo ocurrido más adelante en el ámbito deportivo.
Durante la década de 1890, residió brevemente en Nueva York, vinculándose con la “Sección Puerto Rico” del Partido Revolucionario Cubano, en la cual varios políticos puertorriqueños colaboraban con sus homólogos cubanos para finalizar el dominio español en Las Antillas.
De regreso a Puerto Rico, sirvió como legislador bajo los regímenes de la Carta Autonómica y la Ley Foraker, y fue designado Alcalde de Mayagüez en 1898. A principios del Siglo XX, fue presidente del Partido Federal y fundador del Partido Unión de Puerto Rico. Falleció siendo legislador y Gran Maestro de la GLSPR, el 31 de mayo de 1906.
Cerramos este escrito citando sus palabras a los masones puertorriqueños en el año 1900, cuando el país experimentaba el caos dejado por la Guerra Hispanoamericana y el azote del huracán San Ciriaco: “Sí, Venerables Hermanos, nuestros esfuerzos deben ir encaminados a levantar de la postración, en que en todos sentidos se encuentra nuestra patria, para que llegue en un lejano día, a gozar de la dicha, a que tiene derecho”. Un llamado a la acción valido hoy tanto para los masones como para los no masones, en estos tiempos post huracán y de crisis fiscal.
“Por su verticalidad en defensa de sus creencias fue encarcelado junto a Baldorioty de Castro y otros líderes autonomistas durante el ingratamente recordado Año del Componte”