Crisis de Boeing refleja las dinámicas de la industria
●●● La competitividad extrema entre la empresa y Airbus sale a relucir, mientras que el efecto en Puerto Rico es mínimo
El accidente fatal de un vuelo comercial de Ethiopian Airlines en Etiopía el pasado domingo ha desencadenado una crisis para el fabricante de la aeronave, Boeing Co., así como cuestionamientos sobre la seguridad de su modelo, el 737 Max 8.
Cinco meses antes, un incidente similar ocurrió en un vuelo de Lion Air en dirección a Yakarta, Indonesia, y las circunstancias en común entre ambos eventos fatídicos provocó que varias naciones y aerolíneas ordenaran mantener el resto de las flotas del 737 Max 8 y modelos similares en tierra, mientras se lleva a cabo una investigación sobre los accidentes.
Aunque al cierre de esta edición todavía no se han determinado las causas los accidentes, la evidencia preliminar apunta a una falla en el software del sistema de estabilización de vuelo. Dándole peso a esta teoría, la compañía anunció que estaría llevando a cabo una actualización del software, durante esta semana.
No obstante, el profesor universitario y exdirector ejecutivo del Instituto de Aeronáutica y Aeroespacial de Puerto Rico, Wilmer Arroyo, opinó que todavía no se debe adjudicar una causa hasta tanto no concluyan las investigaciones pertinentes. “Los aviones actualmente son una tecnología sumamente compleja”, indicó Arroyo en entrevista a Negocios. “Hay muchos sistemas que están interactuando, no solamente internamente sino con el ambiente que hay afuera. Por lo tanto, causas externas e internas pudieron haber contribuido en ambos accidentes porque todavía no se sabe a ciencia cierta lo que pasó”.
El pasado jueves, luego de que la Agencia Federal de Aviación (FAA, en inglés) ordenara mantener los Max 8 en tierra en los Estados Unidos —entre las últimas entidades en llevar a cabo esta decisión— Boeing también anunció la suspensión temporera de entregas de aviones 787 Max 8 a clientes. Al presente, Boeing tiene más de 4,600 órdenes pendientes para el modelo, lo que representa un ingreso de casi un billón (trillion, en inglés) de dólares que la empresa podría perder.
POCO EL EFECTO LOCAL
Aunque las consecuencias del accidente en Etiopía se han sentido a lo largo de todo el segmento de trasporte aéreo, el efecto en la esfera local ha sido relativamente mínimo. En Puerto Rico, solamente un vuelo de American Airlines entre San Juan y Miami utilizaba este modelo, el pasado miércoles el mismo se sustituyó con un avión modelo 738-800. American cuenta con 24 aviones 737 Max 8 en su flota, mientras que Southwest Airlines, otra aerolínea estadounidense que sirve a Puerto Rico, tiene 34.
Tampoco se prevé que la industria aeronáutica local se afecte significativamente, indicó Arroyo. “No se espera que haya ningún tipo de efecto adverso o inmediato, porque (el sector en) Puerto Rico todavía no tiene una relación tan estrecha con Boeing” dijo. En el caso de Lufthansa, el cual opera una de las instalaciones más im- de este segmento en la isla, se llevan a cabo reparaciones de aviones de la empresa Airbus, la principal competidora de Boeing.
En la región sur de Puerto Rico, mayormente en el municipio de Santa Isabel, se fabrican piezas de motor de aeronave y componentes electrónicos, abundó el experto. Mientras, en la región noroeste, la mayoría de las compañías son de ingeniería y diseño de piezas de motores y sistemas de comunicación.
“Sí se puede presentar la oportunidad para Puerto Rico en términos de cómo se puede resolver el problema o mejorar los sistemas, qué hace falta reparar o rediseñar. Puerto Rico está preparado para eso”, subrayó Arroyo.
COMPETENCIA SIN CUARTEL
La controversia en torno a Boeing además ha enfocado mayor atención a la industria a nivel global, así como su alto nivel de competitividad. A juicio de varios expertos, el segmento de manufactura de aeronaves consiste esencialmente de un duopolio, con Boeing y Airbus controlando el 99% del mercado, dividido casi equitativamente. Siguiendo el patrón de grandes rivalidades comerciales tales como Coca-Cola y Pepsi, ambas empresas se han definido en parte por su relación altamente competitiva entre ellos.
Mientras que Boeing, con sede en Chicago, ha existido como empresa desde 1916, el consorcio que compone la compañía Airbus es más reciente formación, habiéndose incorporado en 1970 luego de un acuerdo que los gobiernos de Reino Unido, Francia y Alemania firmaron tres años antes, en aras de fortalecer los lazos de cooperación entre los tres países en el desarrollo de tecnología de aviación.
Boeing es el mayor exportador industrial de los Estados Unidos y consistentemente ha rebasado a Airbus —con sede en Toulouse, Francia— en cuanto a entregas de aeronaves se refiere. Boeing realizó 806 entregas de aviones durante 2018, levemente rebasando las 800 aeronaves que entregó Airbus durante el mismo periodo y sobrepasando su propia cifra de 763 el año previo, según el Financial Times. En cuanto a órdenes, Boeing también rebasó a su rival en 2018, luego de estar en segundo lugar durante los pasados cinco años. Mientras Airbus registró 747 órdenes durante el año, Boeing reportó 893. No obstante, ambos fabricantes e han mantenido a la par en entregas y encargos, tanto en aeronaves de cuerpo ancho (wide-body) como angosto (narrow-body)
Gran parte del éxito de Boeing —hasta días recientes— se basa en la popularidad de su línea de aeronaves 737. El éxito de esta línea refleja la tendencia que la industria de aviación ha experimentado durante las pasadas tres décadas, en el cual las aeronaves grandes tipo “jumbo” han sido reemplazadas por aviones bimotores más pequeños, eficientes en el uso de combustible y capaz de viajar distancias más largas, según un análisis de The New York Times.
Por su parte, los modelos 737 Max representan la cuarta geneportantes
ración de la afamada línea, así como los más vendidos de la empresa desde que comenzaron a fabricarse en 2011, con un precio de al menos $100 millones por aeronave. En cuanto al Max 8, el mismo fue diseñado para competir directamente con el modelo A320neo, uno de las más avanzados fabricados por Airbus.
Finalmente, en cuanto a los cambios que la actual crisis en Boeing pueda provocar a nivel de industria, Arroyo enfatizó la consideración principal en el segmento. “La prioridad de la industria, como todo lo de la tecnología, es proteger las vidas humanas que la están utilizando o que están afectados por el uso de esta”, dijo. “Por eso es una industria altamente regulada. Como todos los accidentes en el pasado, esto servirá de ejemplo y como fundamento para establecer unas nuevas políticas de seguridad y de manufactura con tal manera que siempre se proteja la vida humana”.