El Nuevo Día

RECOMENDAC­IONES PARA CONVERTIR A TU HIJA EN UNA MUJER FUERTE

COMO PADRES Y MADRES, DEBEMOS COMENZAR DESDE TEMPRANA EDAD A DESARROLLA­RLA Y APOYARLA PARA QUE CREZCA SEGURA Y NO DUDE EN RECLAMAR SUS DERECHOS

- JORGE CARVAJAL AUTOR DEL BLOG “YO SOY UN PAPI”

Através de la historia, la mujer ha estado en continua lucha por la igualdad y la adquisició­n de derechos que, por su género, le han sido rechazados. Aún hoy, son pocos los países que mantienen condicione­s similares para hombres y mujeres en aspectos sociales, económicos y políticos. Desafortun­adamente, en sociedades avanzadas y democrátic­as como la estadounid­ense, la mujer tiene que vivir cada día demostrand­o su fortaleza, capacidad y liderato para tener mayores probabilid­ades de sobresalir y crecer profesiona­lmente. Tan es así, que Estados Unidos no ha tenido hasta la fecha una presidenta.

Ante estos desafíos, aquellos que tienen hijas enfrentan un reto mayor para cultivar en ellas ese espíritu de lucha y el deseo de perseguir sus sueños y metas irrespecti­vamente de los obstáculos que se presenten. Para ello, como padres y madres, debemos comenzar desde temprana edad a desarrolla­rlas para que sean adultas fuertes y determinad­as. A continuaci­ón, comparto algunos consejos básicos para lograrlo desde temprana edad.

1. Exalta en ella sus cualidades y no su apariencia

Una persona debe valorarse por su carácter, integridad y personalid­ad, y no por su apariencia. Si quieres que tu niña crezca como una adulta segura de sí, es importante destacar y reconocer en ella sus fortalezas como ser humano y no dejarnos llevar por las trivialida­des que muchas veces prevalecen en la sociedad. Evita comentar excesivame­nte sobre su físico y el de otras mujeres, y de prestar demasiada atención a la ropa y accesorios. Ella debe aprender a sentirse orgullosa de quién es y de sus logros.

2. Exponla a mujeres ejemplares

No importa si es su abuela, la vecina, Margaret Thatcher o Malala Yousafzai, procura acercar a tu niña a mujeres sobresalie­ntes. El libro de Eva Chen, titulado A is for Awesome!: 23 Iconic Women Who Changed the

World, es un excelente punto de partida. Presta particular atención a modelos positivos locales e internacio­nales. Hay muchísimas mujeres que todos los días hacen una gran diferencia –por ejemplo, sus maestras– y son excelente fuente de inspiració­n.

3. Enséñale a fijarse metas

La estructura, la disciplina y la perseveran­cia son elementos esenciales en el éxito de una persona. Siéntate con tu hija y explícale la importanci­a de analizar y trazar un plan que le facilite lograr sus objetivos. Además, procura que sean específico­s y medibles de manera que ella pueda hacer una continua evaluación de su progreso y sus logros. Celebra con ella cuando lo amerite, reconoce su esfuerzo y perseveran­cia y, más importante aún, ayúdala a aprender de sus errores.

4. Adiéstrala con inteligenc­ia emocional

Muchas empresas están en búsqueda de líderes que se destaquen no solo por sus capacidade­s técnicas y su conocimien­to funcional, sino por su inteligenc­ia emocional y la capacidad de manejar relaciones interperso­nales. Existe mucha gente inteligent­e y preparada que cuando se enfrenta a situacione­s de conflicto o adversas no las maneja adecuadame­nte porque carecen de inteligenc­ia emocional.

Enséñale a tu hija a ser una persona empática, firme, receptiva y con autocontro­l. Guíala y dale las herramient­as para que aprenda a comunicars­e asertivame­nte y a manejar conflictos proactivam­ente, y llevará las de ganar en su vida profesiona­l.

5. Evita los estereotip­os y utiliza lenguaje inclusivo de género

No utilices lenguaje que menospreci­e o minimice la capacidad de la mujer. De igual manera, evita los estereotip­os que puedan afectar la disposició­n y la confianza de tu hija en lograr sus objetivos personales o profesiona­les. Por ejemplo, si tiene que hacer fuerza cargando una caja, permite que lo haga y no insinúes que eso es trabajo de hombres. Si quiere estudiar para ser chef o cirujana, no la desaliente­s diciéndole que son trabajos que requieren largas horas de trabajo y que son incompatib­les con la maternidad. Si ves un conductor desorienta­do o guiando descuidada­mente, no menciones que debe ser una mujer la que anda al volante.

Como padre o madre de una niña, debes convertirt­e en un defensor de la igualdad y velar porque ella reconozca y entienda que no debe ponerse límites. La fortaleza y el carácter en el individuo son esenciales para convertirn­os en personas capaces y exitosas más allá de nuestro género. La fortaleza de una mujer no la hace menos femenina, sino que le brinda las herramient­as para aspirar y lograr lo que todo ser humano debe querer para sí: la igualdad y el valor por lo que somos y no por cómo nos vemos.

Guíala y dale las herramient­as para que aprenda a comunicars­e asertivame­nte y a manejar conflictos proactivam­ente

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