Toca guerrillear si se quiere ser mejor baloncelista

Días atrás, durante una presentación de su libro Raymond Dalmau: from Harlem a Puerto Rico, le pregunté al exjugador del Equipo Nacional de Baloncesto su opinión sobre la poca presencia de jugadores puertorriqueños en la NBA.

Ahora mismo, solo un jugador desarrollado en la isla, José Juan Barea, forma parte de una plantilla enebeísta.

Y la contestación de Dalmau, que básicamente la afirma y la reconfirma a lo largo de su libro —que publicó en colaboración con Hiram Sánchez Martínez—, me sorprendió. Dalmau fue enfático en decir y utilizar el concepto ‘guerrilla’, como arma principal para que los nuevos jugadores del patio puedan abrirse paso rumbo a la NBA. Dijo que ese desdén por no querer guerrillear, así como la pobre disciplina en el entrenamiento a nivel profesional, son las dos razones básicas para que no haya más boricuas en la NBA.

La palabra que me sorprendió fue ‘guerrillear’ o jugar ‘guerrilla’, ya que de momento chocó con el concepto insular que de ordinario conocemos aquí. Para mí, jugar guerrilla es jugar un baloncesto sin estructura, sin deberes defensivos, el que coge la bola la tira, de escasos patrones defensivo y ofensivas... En fin, o a lo loco.

Y Dalmau, tal vez por su crianza hasta los 17 años en Estados Unidos, no tiene este concepto de la palabra.

Jugar guerrilla —y esta palabra es harta repetitiva en el libro— Dalmau lo plantea como la mayor destreza que puede tener y/o desarrollar un jugador. Es tener el coraje, la malicia, la entereza, de enfrentar en un ‘uno a uno’ al adversario, y vencer su defensa y hacerle un canasto, que es el objetivo principal del juego. Jugar cocinas es vital para el desarrollo.

Dalmau destacó que desde su adolescencia en las canchas en Nueva York hasta nivel profesional, guerillear fue la clave de su éxito. Entrenar duro, también.

Retaba al contrario, y si era vencido, volvía a entrenar y a practicar duro. Se los dejó saber a sus hijos, Richie y Christian, cuando ambos tuvieron la oportunidad de ir a campos de entrenamientos de la NBA. Si jugaban como lo hacían en Puerto Rico, serían otros jugadores más. Tenían que ser atrevidos, guerrillear, y además poder aguantar el ritmo de los duros entrenamientos. Ambos le dijeron que las prácticas eran muy fuertes. Y Dalmau sabía de lo que hablaban. Vivió lo mismo cuando practicó para hacer el equipo de Utah.

Explicó que eso es lo que se ve día a día en la NBA. Jugadores guerrilleando, con gran condición física, retándose unos a otros, con muy pocas jugadas montadas.

Toca, pues, a los jóvenes jugadores que sueñan en grande, adueñarse del concepto guerrillear y entrenar por largas horas…Digo, si es que quieren llegar al otro nivel.