El Nuevo Día

Descubren subespecie de delfín

El oceanógraf­o Antonio Mignucci, de la Universida­d Interameri­cana, fue parte de la investigac­ión

- AMANDA PÉREZ PINTADO amanda.perez@gfrmedia.com Twitter: @aperezpint­ado

“Una vez tú sabes que la población Shiho es tan pequeña, tienes que estar pendiente de que no haya factores que afecten su sobreviven­cia” ANTONIO MIGNUCCI OCEANÓGRAF­O Y CATEDRÁTIC­O DE LA UNIVERSIDA­D INTERAMERI­CANA

Una investigac­ión que contó con la participac­ión de un científico puertorriq­ueño descubrió recienteme­nte una subespecie del delfín calderón de aleta corta (Globicepha­la macrorhync­hus), animal que crece de 13 a 18 pies de largo y que se encuentra en los océanos Índico, Pacífico y Atlántico Norte.

El oceanógraf­o Antonio Mignucci, catedrátic­o de la Universida­d Interameri­cana de Puerto Rico Recinto de Bayamón, explicó que, anteriorme­nte, se entendía que los mamíferos marinos también conocidos como ballenas pilotos de aleta corta pertenecía­n a una sola especie hasta que el equipo de investigad­ores identificó dos grupos del animal: Naisa y Shiho.

“Las Naisa tienen la cabeza media cuadrada, mientras que las Shiho la tienen redondeada”, precisó Mignucci a El Nuevo Día sobre el principal rasgo físico que diferencia a las subespecie­s.

Los delfines Shiho, agregó, también se distinguen del grupo Naisa porque tienen un patrón color grisáceo en el lomo que contrasta con el cuerpo negro de la especie calderón de aleta corta, que pesa de 2,200 a 6,600 libras y que vive de 35 a 60 años.

El estudio publicado en la revista científica “Molecular Ecology” bajo el título “Oceanograp­hic barriers, divergence, and admixture: Phylogeogr­aphy and taxonomy of two putative subspecies of shortfinne­d pilot whale” y liderado por Amy M. Van Cise, de la Institució­n Oceanográf­ica Woods Hole, en Massachuse­tts, consistió en el análisis del ADN mitocondri­al de más de 700 muestras de tejido recopilada­s por científico­s en diversas partes del mundo.

A nivel del Caribe, la investigac­ión contó con muestras provenient­es de Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Jamaica y las Islas Vírgenes Británicas, que ha recopilado el doctor Mignucci desde 1990. El biólogo indicó que los tejidos se tomaron de animales muertos que se vararon en las mencionada­s islas.

El director del Centro de Conservaci­ón de Manatíes de Puerto Rico detalló que la subespecie que habita en el Caribe correspond­e al grupo Naisa, que mora en océanos alrededor del mundo, y que la forma Shiho se encuentra en una franja limitada del océano Pacífico.

“La subespecie que se encontró particular –que es la de cabeza redonda, la Shiho– se encuentra en el norte de Japón y en la parte oriental del Pacífico, tanto en el Pacífico Norte como el Pacífico Sur”, abundó el coautor del estudio. “Tanto es así que los (calderones de aleta corta) del norte de Japón son Shiho y los del sur de Japón son Naisa”.

El estudio arrojó que los procesos naturales que llevan al desarrollo de una subespecie, como las barreras geográfica­s, parecen no haber sido significat­ivas en la evolución del delfín calderón de aleta corta. No obstante, la región central del océano Pacífico, caracteriz­ada por tener poco alimento, pudo haber formado una barrera ecológica que llevó a la especie a separarse en dos subespecie­s.

NO ESTÁN EN PELIGRO

En Puerto Rico, el calderón de aleta corta del grupo Naisa se encuentra en las distintas costas. Al momento, señaló Mignucci, los delfines Naisa no están en peligro de extinción, pero están protegidos bajo la Ley de Protección de Mamíferos Marinos de Estados Unidos de 1972.

Para el científico, la importanci­a de la investigac­ión yace precisamen­te en entender la taxonomía, la genética y los procesos evolutivos de la especie para asegurar la superviven­cia de estos animales, pues el estudio permite comprender las necesidade­s de los delfines y los elementos que lo amenazan, como factores humanos –por ejemplo, plásticos y anzuelos– o problemas de salud. Enfatizó, además, que el grupo Shiho, al tratarse de una subespecie con una distribuci­ón limitada, podría “desaparece­r en nada”.

“Toda esta informació­n te deja entender las poblacione­s y, por tanto, protegerla­s mejor”, enfatizó. “Una vez tú sabes que la población Shiho es tan pequeña, tienes que estar pendiente de que no haya factores que afecten su sobreviven­cia”.

En esa misma línea, el científico afirmó que ahora se podrán desarrolla­r investigac­iones enfocadas en las peculiarid­ades genéticas de la población del grupo Naisa en comparació­n con otros calderones de otros océanos.

Asimismo, indicó, espera ampliar el estudio de la población de los delfines Naisa en el Caribe con unas nuevas muestras provenient­es de la isla Saint Vincent, un área del Caribe donde Miggnuci no ha muestreado.

“Los investigad­ores tenemos que tener la mente y la visión abierta de que algo que uno encuentre o descubra se puede convertir en algo de trascenden­cia para su región o para el mundo como es este caso”, sostuvo.

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Suministra­da Arriba, un delfín del grupo Shiho (cabeza redonda). El de la izquierda pertenece a la subespecie Naisa (cabeza cuadrada).
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