Vive una “locura de amor” con sus nietos
El salsero Domingo Quiñones se siente bendecido gracias a su prole y regocijado con la oportunidad de disfrutar una segunda paternidad
El cantante Domingo Quiñones abraza el ser abuelo como una segunda paternidad. La oportunidad de volver a verse reflejado en los ojos de algunos de sus nietos y a la vez encaminarlos mediante madurez, experiencias y sabiduría resulta ser una prioridad para el exponente apodado como “El más que canta”.
La voz de “No voy a dejarte ir” es padre de tres hijos adultos Marisol, Josh y Marquéz que lo convirtieron en abuelo de tres nietos Anushka, Joycemarie y Lucas Alonso, este último de apenas un mes de nacido.
El nuevo miembro de la familia es hijo de Marquéz, quien a su vez es el vástago menor del matrimonio de Sonia Ortiz y el salsero, juntos desde hace 40 años.
El intérprete está tan feliz, que se trasladó a Puerto Rico para disfrutar del infante.
Domingo reside en Massachusetts, estado donde vive su madre, quien sufrió recientemente un derrame y requiere de cuidados especiales.
“Pienso cómo Dios ha dividido mi tiempo para poder combinar mi carrera y mis cosas. La verdad es que solo Dios tiene una explicación para poder cumplir. Ahora estoy entre Massachusetts y Puerto Rico. Recuerdo un mes que hice 69 shows y a la vez asistíamos a los juegos de mi hijo y era parte de todos los deportes. Ahora veo a Lucas y no me quiero perder ni un momento de su vida. Casi me he mudado para la isla para gozarme a este niño que me recuerda tanto a Marquéz que ha sido el consentido de la familia”, expresa a solo minutos de acurrucar al infante.
Asegura que vivir esta etapa de abuelo, primero con las nietas y ahora con el bebé es su oportunidad para enseñarles la sabiduría de los años “en un terreno en el que ya recogí cosechas”.
“En esta etapa de mi vida me he quitado muchas presiones y puedo determinar qué es y qué no es importante. Quiero que mis nietos me tengan presente. Mi familia es prioridad en mi vida. He compartido muchas cosas hermosas con mis nietas y ahora con la llegada de Lucas es una locura de amor”, menciona con emoción.
En la crianza de sus hijos, su compañera Sonia tuvo una participación activa, ya que en muchas ocasiones por la carrera del artista y la recaída que tuvo en su adicción a las drogas se ausentó del hogar. A pesar de ello la voz de “Se necesita un milagro” nunca ha escuchado algún reproche de algunos de sus hijos.
Hoy agradece que su prole aprendió por cabeza ajena y no tomaron rumbos equivocados, por los que el artista transitó. De igual forma, tanto él como su esposa, estuvieron atentos a la salud emocional de ellos, ya que por ocho años consecutivos la familia recibió terapia psicológica.
“Me considero un padre justo. Tengo la dicha de que mis hijos pudieron aprender por cabeza ajena. Eso ha sido una bendición increíble porque mis hijos pudieron haber tomado el camino equivocado y justificarlo al reprocharme cosas. Podían recriminar el que hubo momentos en que no estuve y nunca lo hicieron. No son hijos rencorosos. Cuando vino mi problemática luego de 20 años de estar bien, tuve la recaída, ellos entendieron que se trataba de una enfermedad de que si no me atendía era algo progresivo. Claro que se avergonzaron y hubo dolor, pero siempre estuvieron”, narra el artista que reconoce que su familia sufrió mucho su adicción.
“El mero hecho de pensar de que mi hijo menor me iba a ver me aterrorizaba. Cuando salí de todo mi hijo tenía tres meses y cuando volví y tuve mi recaída mi hijo menor tenía 20 años. Eso me hizo un daño increíble y a ellos un dolor inimaginable”.
Mas hoy Día de los Padres se dispone a celebrar en familia dando gracias a Dios por el infante, por mantenerse alejado de las drogas y por los planes venideros: un libro biográfico y un nuevo disco.
“En esta etapa me he quitado muchas presiones y puedo determinar qué es y qué no. Quiero que mis nietos me tengan presente. Mi familia es prioridad en mi vida” DOMINGO QUIÑONES CANTANTE