Padre realizado en cinco corazones
El cantante Ricardo Montaner se siente orgulloso del estrecho vínculo de amor, lealtad y respeto que sostiene con sus cinco hijos adultos
El cantautor Ricardo Montaner es un hombre pleno. Lo proclama al hablar de su carrera, del matrimonio con Marlene Rodríguez y lo grita al conversar sobre sus hijos Mauricio, Alejandro, Ricardo Andrés, Héctor y
Evaluna. Sus diferentes roles como artista y esposo lo gratifican, mientras que el de padre lo lleva a sentirse un hombre realizado en cinco corazones distintos.
La paternidad no llega con una guía, por lo que ue en su caso la clave ha sido siempre estar presente en sus vidas.
En el hogar de los Montaner la ausencia es inaceptable. Cuando sus hijos eran pequeños era habitual verlos detrás de los escenarios, correteando en los pasillos de los hoteles, en estudios de grabación y en los aeropuertos, junto a su padre y Marlene. Tampoco se percibe esa separación entre hermanos de un primer o segundo matrimonio; todos son Montaner.
“Como papá soy un tipo pleno. Soy pleno en todos los sentidos, pero como papá soy un tipo realizado en todas las cosas. Tengo algo que me encanta y me hace vivir que es el amor y el respeto de ellos. Cuando un hijo te ama de la manera que me aman tratas de sacarle el jugo en el sentido más amoroso de la palabra. Me miran con los ojos que me miran y eso me hace estar realizado. Por ejemplo, ellos festejan mis logros. Al salir el nuevo disco estaban desde las 12:00 a.m. escribiendo y enviando mensajes”, señala con la certeza de misión cumplida.
Sus hijos, ya todos adultos y con destinos definidos, no han dejado a la pareja sola. El nido vacío no se siente en su residencia, ya que sigue siendo la casa de todos, incluyendo la de los amigos de sus hijos. La voz de “Será” ha evolucionado con el amor de su prole y se ha enriquecido con el manifiesto de aconsejar, apoyar y consentir a su familia. Eso sí, aclara que la paternidad ha sido fenomenal, ya que cuenta con unos hijos que no le han dado dolores de cabeza. Su experiencia paterna la alimenta con la reciprocidad del amor de cada uno de ellos.
“Nosotros (Marlene y él) sentimos que nuestros hijos han sido buenos y nos han hecho un trabajo muy fácil en realidad. Sin lugar a duda siempre hemos estado asesorándolos, acompañándolos, aconsejándolos… se han equivocado y se han echado para atrás y han rectificado. En todo momento sin importar cuál de las cosas suceda hemos estado como papá y mamá presente y apoyándolos en todos. Mi rol es estar presente en la vida de ellos”, afirma la voz de “Castillo azul”.
Todos los miembros de su prole han seguido los pasos del baladista en la música. Mau y Ricky se desempeñan como un dueto, Alejandro, Héctor y Evaluna son solistas.
Al igual que otros padres los temores lo invadieron en algún momento de la crianza de sus hijos. El artista revela que en dos ocasiones el miedo lo consumió. Las dudas y los temores llegaron al convertirse en primerizo, ya que apenas tenía 18 años y descubría la paternidad en medio de la ignorancia de la juventud. El otro temor llegó con el nacimiento prematuro de Mauricio, pesando dos libras.
“Hoy día la lección es que Mau es hermoso y que la fe no se puede titubear. Con él me tocó enfrentar ese típico miedo que nos da a los padres y no paraliza”, confiesa el artista que reconoce que el amor a sus hijos es en partidas iguales, pero su consentida es Evaluna.
Desde su nacimiento, la joven de 21 años es la luz de los ojos del cantautor. Al ser la única hija, no ha tenido reparos en dejarlo saber. Al hablar de ella suelta una sonrisa inmediata y su cuerpo asume una postura de relajación.
“Sigue siendo mi niña”, suelta para luego asumir la resignación que le provoca que Evaluna se case en febrero del 2020. “El día de la boda, absolutamente que voy a llorar y el día antes también”, concluye entre risas.
“Como papá soy un tipo pleno. Soy pleno en todos los sentidos, pero como papá soy un tipo realizado en todas las cosas ”
RICARDO MONTANER CANTANTE