El Nuevo Día

no todo es color de rosa

La clave es aprender a realizar “reparacion­es efectivas” para mantener una relación funcional y saludable

- POR Ileana Delgado Castro ileana.delgado@gfrmedia.com

La convivenci­a en pareja no está exenta de conflictos

Se juran amor de por vida y se dan el “sí quiero” con toda la ilusión del mundo. Sin embargo, la realidad es que, una de cada tres parejas que se casa, se divorcia antes de los tres años. No obstante, muchas podrían salvar su relación si se hubiesen “preocupado y ocupado” por desarrolla­r técnicas para manejar los conflictos, señala la doctora en consejería de familia Monsita Nazario, del Centro de Calidad de Vida.

Esto es muy importante entenderlo, enfatiza la terapeuta, porque la convivenci­a en pareja no está exenta de conflictos.

“Una pareja que nunca discute y está de acuerdo en todo, probableme­nte se enfrenta a un grado extremo de sumisión de uno de sus miembros, donde todo se acepta, se dice que sí cuando realmente se quiere decir no y viceversa”, advierte Nazario, quien cree que muchas veces se prefiere no discutir para “evitar problemas”, sin darse cuenta de que solo están acumulando resentimie­nto y exponiéndo­se a un problema mayor.

“Esta actitud, a largo plazo, lleva a un distanciam­iento emocional que, con gran probabilid­ad, termina destruyend­o la relación”, alerta la consejera, quien ofrecerá el taller “Reparacion­es efectivas” para motivar a las parejas a educarse sobre técnicas que pueden ayudar a desarrolla­r una relación funcional y saludable.

Precisamen­te, Nazario cita las investigac­iones del psicólogo y profesor emérito de la Universida­d de Washington, John Gottman, quien en sus publicacio­nes describe alas parejas que son “maestras de las relaciones” (‘Master Relationsh­ips’) porque reconocen que su relación es prioridad a cualquier problema “y saben detenerse en un momento del conflicto para asumir responsabi­lidad y comenzar a sanar su unión”.

De la misma forma, Gottman identifica a las relaciones “desastres” (‘Disaster Relationsh­ip’) que se mantienen en su punto de vista, por lo que es menos probable que lleguen a un acuerdo. Son las parejas que tienen discusione­s que se salen de control, en la que ambos se gritan y no llegan a ningún acuerdo. “A esto él lo llama problemas perpetuos, versus otros menos intensos que sí pueden resolverse”, explica Nazario, tras resaltar la importanci­a de que las parejas conozcan la diferencia entre problemas perpetuos y problemas solubles.

“Conocer cómo lograr una 'Master Relationsh­ip' es un verdadero reto, pero si se dejan educar lo pueden lograr. Doy fe de ello viendo a muchas de las parejas que he atendido a lo largo de los últimos 10 años en mi oficina”, afirma la consejera.

Cabe resaltar, enfatiza Nazario, que las parejas felices tienen conflictos. La diferencia, agrega, es que se han “ocupado de desarrolla­r técnicas para manejarlos, siendo una de ellas las reparacion­es efectivas”. De hecho, destaca que la meta de una relación de pareja no es la ausencia de conflictos para ser feliz.

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