¡Date permiso de ser papá!
Hoy día, la paternidad dista mucho de los roles sociales asignados. ¿Qué puedes hacer para ejecutar mejor tus funciones? Lee los siguientes consejos
Si bien, históricamente, el rol del padre ha sido social y culturalmente determinado, y no existen diferencias físicas o psicológicas que afecten esta capacidad, la realidad es que las ideas preconcebidas acerca de la paternidad han ido cambiando con el paso del tiempo, el acceso a la tecnología y la mirada más atenta que se le está dando a los roles de género en esta sociedad cambiante.
Así lo opina la doctora Kevia Calderón, psicóloga clínica y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, quien destaca que este cambio de perspectiva nos ha ido acercando a un rol más equitativo entre mamá y papá, aunque los retos de la paternidad
están centrados no solo en las experiencias, sino también en la etapa de vida en la que se encuentre el padre durante el proceso de crianza.
“La realidad es que, dependiendo de la etapa de desarrollo en la que se encuentre el padre, vamos a tener diferentes retos porque un padre que, por ejemplo, está levantando su negocio, definitivamente va a tener unos retos diferentes al padre que ya está formado”, destaca la psicóloga clínica, a la vez que añade que, en este aspecto, la madurez y la experiencia van a tener un peso muy importante en cómo se van a dar las dinámicas relacionales entre el papá y el niño.
“Siempre hay que detenerse, pensar y analizar qué se está haciendo bien y qué se necesita para mejorar como padre. Y, aunque los retos son los mismos para las diferentes etapas, lo que varía es la madurez con la que cuenta cada padre para enfrentarlos de una forma más tranquila y sabia”, sostiene Calderón, mientras explica que, en este aspecto, el acceso a redes de apoyo sólidas le permitirá al padre funcionar de forma más adecuada.
“Se debe hacer un análisis para determinar qué necesidades tiene el niño y qué necesidades tiene el individuo como padre y cómo las va a manejar”, sostiene Calderón.
“Sabemos que hay unas diferencias en términos del momento histórico y de la generación a la que pertenece el padre porque hay una visión de vida diferente y unas influencias sociales distintas”, agrega, al resaltar que, hoy día, parte de los retos que enfrentan los padres, independientemente de su edad, se concentran en la calidad y la cantidad de tiempo que les dedican a sus hijos, así como en el control de la exposición de los chicos a la tecnología.
“El tiempo de calidad es fundamental y, a veces, también tenemos que tener cuidado porque pensamos que les estamos dando tiempo de calidad en vez de cantidad”, analiza la psicóloga clínica, para destacar que “hay que tener un balance entre las dos cosas, porque, a veces, el tiempo de calidad es muy breve y el niño necesita más”.
De igua manera, para la psicóloga clínica, esas diferencias determinan cómo se van a trabajar el proceso de crianza y la disciplina. Esta visión, a su vez, se ve impregnada por la crianza que tuvieron los padres.
“Dependiendo de cómo fuimos criados, tratamos de alejarnos de ese estilo de crianza, pero, irremediablemente, vamos a reproducir unos patrones porque hay un discurso y un modelaje que hemos recibido y aun cuando estamos batallando contra ciertas cosas, podemos reproducirlos, a veces sin darnos cuenta”, aduce Calderón, pero aclara que, hoy día, hay disponibles recursos que pueden permitirles a los padres buscar ayuda para ejecutar su rol más certeramente, por lo que es importante eliminar el estigma que supone buscar ayuda de un profesional de la conducta humana para obtener herramientas que les permitan convertirse en mejores padres.
“Es necesario discernir y buscar fuentes de información que sean fiables. Estamos expuestos a información y conocimiento que quizás no son del todo correctos”, por lo que se debe analizar cómo estamos utilizando esa información en el día a día y sus implicaciones, expresa finalmente Calderón.