El Nuevo Día

Subasta en Nueva York retrata a ciertos boricuas al volante

- Osvaldo Figueroa San Juan

Visité una subasta de objetos antiguos en Nueva York y tremenda sorpresa me llevé porque los artículos más preciados provenían de Puerto Rico.

Los coleccioni­stas abrieron sus cuentas de banco y no escatimaro­n para competir por las piezas. Así de antiguas y únicas eran.

Ya no existen en Puerto Rico, o mejor dicho, están en desuso. Ya nadie se acuerda de ellas. O las ignoran. Me refiero a los letreros de tránsito que dicen “el paseo SOLO para paradas de emergencia” y “vehículos lentos usen carril derecho”.

Ahora más en serio. (Aunque al ritmo que vamos, la subasta se dará en un futuro no lejano). ¿Qué ha pasado en Puerto Rico que conducir por el paseo se ha tornado algo del diario vivir? No solo es ilegal. Es una falta de respeto hacia los ciudadanos que hacemos fila en los desastroso­s tapones. ¿Quién quiere coger un tapón? Nadie. No solo violan la ley y nos faltan el respeto. Empeoran el tapón al crear más embudos. Exponen la vida de los ciudadanos responsabl­es. Bloquean las ambulancia­s y los vehículos de emergencia que transcurre­n por el paseo.

Y lo peor de todo, la impunidad. Da vergüenza ver cómo las agencias correspond­ientes se hacen de la vista larga y no hacen nada contra este crimen.

En cuanto a la otra pieza de colección, sobre conducir a 25 millas por hora por el carril izquierdo, debo decir que probableme­nte causa más accidentes de tránsito y muertes que muchos otros crímenes.

La ley es clara en que el carril izquierdo es para pasar. Y el derecho para conducir, más aún si viaja a velocidade­s por debajo de lo recomendad­o. Esto último causa que los conductore­s tengan que estar dando cortes entre carriles sin ningún orden y provoquen accidentes. Las causas de este crimen son varias, pero ninguna es justificab­le.

Si el carril derecho está lleno de cráteres, al conducir por el izquierdo tiene que ir a la velocidad máxima, no la mínima.

Igual que con la pieza del paseo, la impunidad es la regla del día. Y para mí como obrero de la salud, el mayor costo negativo de esta irresponsa­bilidad, son las subidas de presión arterial, el estrés, la exposición de nuestra salud y seguridad, y la guerra entre ciudadanos que se genera.

La solución es fácil. Solo hace falta interés. Si necesitan ayuda para resolverlo, a sus órdenes.

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Una congestión de tránsito en la zona metropolit­ana de San Juan.

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