Múltiples los efectos nocivos del cierre de los recintos
Los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico se han visto nuevamente afectados por la Junta de Control Fiscal y sus decisiones acerca de los ajustes que se realizarán. En el año entrante, se van a recortar $71 millones; hasta el día de hoy hay $300 millones en recortes. Parte del plan aprobado por la Junta es cerrar algunos recintos, de los once que hay o la conglomeración de estos. Hoy día se sigue viendo en el campus cómo los estudiantes se manifiestan y se hacen escuchar para que este plan no se lleve a cabo debido a las consecuencias que traerá esta decisión.
El cerrar recintos afectará a miles de estudiantes. Son muchos los que no tienen dinero para pagar un hospedaje, ni para transportación privada. Al no tener estos recursos esenciales se les complicara aún más la accesibilidad a su derecho como lo es el poder estudiar en el sistema público. Esto los obligará a buscar otras opciones como, por ejemplo, trasladarse a universidades más cercanas a su vivienda, trabajar doble para poder cubrir todos sus gastos extras y optar por carreras cortas que les permitan expandir sus oportunidades de sueldo. Los recintos que queden abiertos también se pueden ver afectados, ya que habrá una sobrepoblación de estudiantes. Si de por sí ya la selección de clases es compleja y muchos se quedan sin cupo, imaginemos si hay tres o cuatro veces la cantidad de estudiantes que hay bajo un mismo recinto. Por otra parte, quieren cerrar ResiCampus ya que van a remodelarlo y dejarán a unos 350 estudiantes sin residencia. Estos se verán afectados ya que el único que quedará abierto sería Plaza Uni y es muy costoso. ResiCampus es una residencia donde se hospeda una gran cantidad de estudiantes dentro de la universidad. La misma será remodelada ya que se encuentra en un estado crítico y tienen que desalojar a todos los estudiantes que se hospedan ahí.
El efecto dominó será reflejado en las economías de los pueblos en las que se cerrarán los recintos. Para tener una mejor perspectiva de esto, imaginemos qué pasaría con los negocios de la avenida Universitaria, al no haber estudiantes que consuman; esto representará una baja en las ganancias de los locales. Incluyo a los arrendadores de esta área, debido a que la gran mayoría de esta población que vive alquilada es estudiantil. Los empleados de mantenimiento se verán afectados ya que muchos de ellos se quedarían sin empleo.
Estamos hablando de una decisión que no solo afectará a la población estudiantil, sino a los profesionales que aportan de una manera u otra a sus diferentes recintos. Es impresionante cómo los estudiantes y los empleados no docentes se verán afectados si cierran recintos. Que quede claro que los jóvenes de hoy día son el futuro de este país y lo primordial es una buena educación. Lo mas ilógico que pueden hacer es cortarnos la educación.
Bianca S. Relta Pabón San Juan