Quitan la pintura que dejó Rosselló en La Fortaleza
Sin precisar la cifra exacta, la mansión ejecutiva informó, en un comunicado de prensa, que la obra no excede los $10,000
Las paredes de La Fortaleza ya no serán azul celeste, sino grises.
Desde temprano ayer una brigada de empleados trabaja en el cambio de pintura del Palacio de Santa Catalina, construido en 1539 y reconocido como una estructura histórica por la Unesco.
Los trabajos se realizan “con la colaboración de empleados de distintas agencias públicas, entre los que figuran confinados de custodia mínima y empleados de La Fortaleza, por lo que el costo no excede los $10,000”, informó la mansión ejecutiva sin precisar la cifra exacta.
El exgobernador Ricardo Rosselló Nevares fue quien ordenó pintar las paredes azul celeste, el mismo color que tuvieron durante el mandato su padre, Pedro Rosselló (1993-2000).
Ahora, las paredes de La Fortaleza exhibirán dos tonalidades de gris y blanco.
Los trabajos de pintura se dan previo a la colocación de la decoración navideña en la mansión ejecutiva, que incluirá un pesebre en el espacio que suele ocupar la prensa para estacionarse.
Pero el color original de La Fortaleza no es el azul celeste ni crema con tonalidad de amarillo ni mucho menos gris, sino el blanco por su capa de cal.
La tonalidad blanca de La Fortaleza era producto de la superficie de cal que protegía la construcción que, en gran parte, se edificó mediante el uso de ladrillos.
La estructura fue reconocida por la Unesco como patrimonio histórico de la humanidad en 1983 y se esbozó una serie de disposiciones para su protección, entre ellas, la manera en la que se debía preservar su exterior.
“Cuando tienes una propiedad protegida bajo la Unesco, eso tiene un valor incalculable. El problema aquí es que no se están protegiendo de la forma en que merecen. Los que saben protegerlos no están en el poder y los que están en el poder no saben protegerlo”, expresó a El Nuevo Día el arquitecto Andrés Rivera, quien forma parte de la Puerto Rico Historic Buildings Society.
La entidad sin fines de lucro, que cuenta con ocho arquitectos voluntarios, lleva cerca de 15 años realizando investigaciones y preservando las estructuras históricas
en el Viejo San Juan, a la vez que brinda recorridos históricos por las principales edificaciones.
Rivera sostuvo que La Fortaleza “nunca había sido pintada” hasta el 1954 cuando se establecieron los patrones de colores en el Viejo San Juan como iniciativa para fomentar el turismo.
“El color original de La Fortaleza era blanco. Éramos como Santorini, Grecia, todo blanco, porque se encalaban las estructuras. No era pintura, era una capa de cal. El intercambio de colores está mal”, sentenció Rivera, al referirse a todas las edificaciones que componen el Viejo San Juan, previo a recibir las primeras capas de pintura.
“Aquí saben eso, el Instituto de Cultura
Puertorriqueña (ICP) lo sabe, pero no está haciendo el trabajo correcto en fiscalizar y velar por la manera en la que se mantienen nuestras estructuras de identidad patriótica”, manifestó Rivera. “Ellos (el ICP) gastaron un dineral para hacer un estudio y evaluar cuál era la superficie adecuada para mantener La Fortaleza. Se determinó que era el cal, pero por alguna razón lo abandonaron y le pintan el área de al frente con el color que le da la gana”.
No obstante, La Fortaleza informó, en declaraciones escritas, que “los trabajos de pintura y mantenimiento cumplen con la recomendación del Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Oficina Estatal de Conservación Histórica”.
“El color original de La Fortaleza era blanco. Éramos como Santorini, Grecia, todo blanco, porque se encalaban las estructuras. No era pintura, era una capa de cal”
ANDRÉS RIVERA ARQUITECTO