Científica boricua estudia arañas en Eslovenia
La científica boricua lleva más de tres años en Eslovenia, donde analiza el comportamiento de estos animales
La idea de trabajar con arañas generaría reacciones extremas en aquellas personas que las relacionan comúnmente con fobias, un asunto que la puertorriqueña Shakira Quiñones Lebrón enfrenta a diario, pues dedica su vida a estudiar estas criaturas.
La científica, de 32 años, analiza el comportamiento de los arácnidos, cómo se aparean y los conflictos que surgen a partir de esa relación.
“Yo no soy experta en arañas como tal, sino que simplemente estoy interesada en estudiar el comportamiento animal y las arañas tienen muchos comportamientos, sobre todo, comportamientos sexuales y comportamientos de caza, que son muy interesantes. Es un sistema muy interesante para estudiar”, contó Quiñones Lebrón al El Nuevo Día mediante una llamada de Skype desde Eslovenia, donde reside hace más de tres años.
“A mí me interesan más las preguntas sobre la evolución de comportamientos o evolución de ciertas características que son extremas. Por ejemplo, yo trabajo con arañas que tienen un dimorfismo sexual de tamaño bien extremo. Es decir, las hembras son bien grandes y los machos son bien pequeños. Para mí, es interesante estudiar cuáles son las fuerzas selectivas que influyen en el tamaño de los machos”, añadió.
Desde que se mudó a Eslovenia, Quiñones Lebrón –oriunda de Villa Palmeras, Santurce– realiza un doctorado en la Universidad de Liubliana. Allí, la puertorriqueña se dedica a tiempo completo a la interacción con las arañas. En específico, su trabajo abarca aparear las arañas adultas y luego, cuando las hembras producen los huevos, los segrega. Una vez eclosionan, separa a cada araña recién nacida y las coloca en contenedores plásticos para estudiarlas.
“En el laboratorio, hay como 500 vasitos o más. Probablemente, entre 500 o 1,000 en cualquier momento del año. Entonces, en un día normal, cuando uno llega al laboratorio, coge una botella de ‘spray’ y les echa agua a todas las arañas y, si ese día le toca alimentarlas, son dos o tres horas echándole comida”, detalló la boricua.
Quiñones Lebrón estudió Ciencias Generales en la Universidad de Puerto Rico Recinto Río Piedras, de donde se graduó en 2010. También, realizó su maestría allí y, durante ese tiempo, se dedicó a estudiar el comportamiento de los delfines “nariz de botella”, con muestras que recibía desde Panamá.
La estudiante contó, además, que mientras cursaba la maestría, conoció a un estudiante esloveno que estaba de intercambio. El alumno, que al momento estudiaba las arañas, se había trasladado a la isla para utilizar una máquina fotográfica que no estaba disponible en su país.
Años después, ese amigo le recomendó a la boricua mudarse a donde reside actualmente para hacer el doctorado.
“Estoy interesada en estudiar el comportamiento animal y las arañas tienen muchos comportamientos, sobre todo, comportamientos sexuales y comportamientos de caza, que son muy interesantes”
SHAKIRA QUIÑONES LEBRÓN CIENTÍFICA PUERTORRIQUEÑA EN ESLOVENIA
TODAVÍA LES TEME
Pese a que se especializa en el comportamiento sexual de las arañas, la científica comentó que las trata con mucho “respeto”, pues aún les tiene algo de miedo.
“Yo les tenía miedo y todavía les tengo miedo a algunas. Yo trabajo con arañas que viven en las redes, y son bastantes grandes. Son bien tranquilas. Yo les digo ‘gigantes gentiles’ porque no son agresivos para nada. Pero, si son arañas como tarántulas o como las arañas lobos, que son las que no viven en telaraña y caminan por el piso, esas sí que no”, dijo entre risas, al hacer la admisión.
Parte de la rutina diaria incluye cargar a las arañas en sus manos. Contó, incluso, que, debido a la constante interacción que tiene con las arañas, si ve alguna en su residencia, ya puede intervenir con ellas sin ningún problema.
ENFRENTA SU MAYOR RETO
Quiñones Lebrón interrumpió la entrevista para relatar que, aunque cursa un doctorado, su carrera universitaria siempre fue cuesta arriba porque nunca se enteró que padece de Trastorno de Déficit de Atención (ADHD, por sus siglas en inglés).
“A mí no me fue tan bien como estudiante. Sí, ya estoy haciendo un doctorado ahora, pero durante mi maestría, incluso durante mi bachillerato, pues yo no fui como la mejor estudiante y tuve problemas con el GRE (examen estandarizado requerido para escuelas graduadas)”, explicó. Cuando llegó a Eslovenia, comenzó nuevamente a tener problemas para concentrarse y, entonces, decidió buscar ayuda. Cuando la examinaron, por fin entendió la razón por la que siempre tenía problemas para estudiar. “Yo siempre tuve un montón de oportunidades, pero no siempre las supe aprovechar, aun queriendo. Yo podía tratar de sentarme a hacer algo y no podía. A mí me diagnosticaron a los 30 años, finalmente”, subrayó.
La entrevistada es miembro de la red de Ciencia Puerto Rico.