El Nuevo Día

Conservan a las abejas desde el salón de clases

Liderados por la joven Isabelle Ramseyer, alumnos y profesores de Saint John’s School desarrolla­ron la iniciativa “Be a Bee” para educar sobre la conservaci­ón de esta especie

- GERARDO E. ALVARADO LEÓN galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

El devastador impacto del huracán María sobre la población de abejas en la isla motivó a la estudiante Isabelle Ramseyer a desarrolla­r una iniciativa que educa sobre la importanci­a de esta especie en el planeta y, al mismo tiempo, fomenta su conservaci­ón.

El proyecto lleva por nombre “Be a bee”, e inició cuatro meses después de María, en enero de 2018, en Saint John’s School en Condado, donde Ramseyer cursa el undécimo grado. Desde entonces, otras escuelas –públicas y privadas– se han unido al esfuerzo, lo que la joven, de 17 años, describe como un “gran logro”.

“Después del huracán, veía en las redes sociales que se pedía que colocáramo­s platos con azúcar y agua para alimentar a las abejas, y de ahí surgió mi interés. Quería saber por qué había que alimentarl­as, por qué con platos de agua con azúcar, y empecé mi investigac­ión. El resultado fue que me enamoré de las abejas”, relató.

Acto seguido, desarrolló un plan de acción con el apoyo de su madre, Roselly Ramseyer-Torres ,y la maestra de Matemática­s Rosalía Eiffert, quien se convirtió en consejera de la iniciativa. El primer grupo de trabajo lo conformaro­n, inicialmen­te, los amigos de Ramseyer, pero luego se unieron estudiante­s de todos los grados.

A “Be a bee” también se unió la maestra de Ciencias Lyaned Rivera y el profesor Bert Rivera Marchand, de la Universida­d Interameri­cana en Bayamón, en calidad de mentor científico.

En febrero de 2018, el Departamen­to de Agricultur­a reportó que entre el 80% y 90% de la población de abejas en la isla no resistió el embate de María.

“Queremos proveerles informació­n y materiales a las escuelas para que repliquen el proyecto por su cuenta”

ISABELLE RAMSEYER FUNDADORA DE “BE A BEE”

“Quisiera que, a través de los jóvenes, nos eduquemos y apoyemos el ambiente, desde las abejas y reciclaje hasta conservaci­ón”

LORRAINE LAGO “HEAD MASTER” DE SAINT JOHN’S SCHOOL

TRES PILARES

Ramseyer explicó que “Be a bee” se sostiene de tres pilares: educación, observacio­nes científica­s y empresaris­mo social.

A través del pilar de educación, la iniciativa se extendió a la Escuela Segunda Unidad Rogelio Rosado Crespo, en Yabucoa. Allí, los alumnos desarrolla­ron el proyecto “Huerto caseros y las abejas”, que fue reconocido por el Departamen­to de Educación, y ahora trabajan en “Bees in action”.

“Be a bee” también se ha expandido

a tres escuelas privadas en San Juan: Colegio María Reina, Colegio San Ignacio y Colegio La Piedad.

“Nuestro enfoque, en los próximos meses, es envolver a otras escuelas. Les damos charlas y van a tener observator­ios educativos, como el que tenemos en Saint John’s, para que puedan aprender sobre cómo se comportan las abejas y cómo trabajan las colmenas”, dijo.

“También, estamos asociados con Boys & Girls Clubs of Puerto Rico y vamos, cada dos semanas, a darles charlas y actividade­s. Da

mos charlas en el EcoExplora­torio, y cada mes visitamos el apiario de Para la Naturaleza en la Hacienda La Esperanza en Manatí. Además, tenemos una alianza con el Museo de Culebra, donde colocamos un observator­io para tener datos y comparar el comportami­ento de las abejas en los contextos urbano y rural”, agregó.

Bajo el pilar de observacio­nes científica­s, se logró una alianza con The Bee Cause Project en Savannah, Georgia, para el suplido de los observator­ios que se instalan

en las escuelas y entidades participan­tes. Los observator­ios son cajas, con un cristal transparen­te, en las que las abejas viven. Pueden entrar y salir a través de un hueco en la pared.

“Pasamos horas observando y documentan­do todo lo que vemos en el observator­io”, señaló.

En esa misma línea, Rivera Marchand destacó que los jóvenes de Saint John’s School han documentad­o en vídeo, por ejemplo, cómo una abeja reina pone huevos y cómo las obreras “indican con su baile” dónde está el polen.

“Las abejas, cuando llegan de buscar comida (el polen es proteína

para las larvas), hacen un movimiento en forma de ocho y en el medio, vibra. El ángulo que crean es el de la flor con relación al sol, y la cantidad de vibracione­s es la distancia desde la colmena hasta la comida. Es un medio de comunicaci­ón”, explicó.

“Lo otro que estamos viendo es cómo las abejas en zonas urbanas logran sobrevivir con pocas flores y mucho cemento”, abundó, al resaltar que, en Condado, por ejemplo, las abejas buscan polen en las pal

mas de coco ante la escasez de otras fuentes, como árboles frutales.

Ramseyer indicó, entretanto, que, mediante el pilar de empresaris­mo social, han desarrolla­do una línea de productos –a base de cera de abejas–, y los venden en ferias y actividade­s.

Los alumnos crean jabones, velas, difusores, humectante­s labiales y “body splashes”, entre otros artículos. Los recaudos de las ventas nutren el fondo de becas de Saint John’s.

AGENDA LLENA

Además de llegar a más escuelas, lo próximo en la agenda de “Be a bee” es la construcci­ón de un techo verde o jardín en Saint John’s School, indicó Eiffert. Fue diseñado por el estudiante Gavriel

Faigenblat y estaría listo en febrero de 2020. En el jardín, se sembrarían especies “de alto beneficio para las abejas”, como romero, lavanda, ají, tomate y girasol, entre otras.

Además, en alianza con The Bee Cause Project, se establecer­á un santuario de abejas en una comunidad. Ramseyer afirmó que “será un lugar de educación y protección” de abejas.

En algún momento durante el próximo semestre académico, se celebrará una cumbre en Saint John’s School, a la que serán invitadas escuelas públicas y privadas para que vean el observator­io de abejas y se fomenten discusione­s sobre cómo proteger la especie.

“Yo quisiera que el legado que empezó Isabelle continúe con nuestros estudiante­s. Que sea un club fijo en la escuela, donde continúen apoyando el esfuerzo, y que además sea parte del currículo de ciencias de todas las escuelas”, expresó, por último, Lorraine Lago, “head master” de Saint John’s School.

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David.villafane@gfrmedia.com Uno de los salones de Ciencia de Saint John’s School está equipado con un observator­io de abejas, una caja de cristal que permite que estos insectos entren y salgan a través de un hueco en la pared.
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 ?? David.villafane@gfrmedia.com ?? Bert Rivera Marchand, Lorraine Lago, Rosalía Eiffert, Isabelle Ramseyer, Lyaned Rivera y Gian Toyos son parte del equipo de “Be a Bee” en Saint John’s School.
David.villafane@gfrmedia.com Bert Rivera Marchand, Lorraine Lago, Rosalía Eiffert, Isabelle Ramseyer, Lyaned Rivera y Gian Toyos son parte del equipo de “Be a Bee” en Saint John’s School.
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La joven Isabelle Ramseyer desarrolló interés por las abejas tras María.
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