Ioniq hace eco de la revolución eléctrica
El híbrido “plug-in” más económico busca ahorrar gasolina sin sacrificar el estilo de vida de los puertorriqueños
Con el sinfín de vehículos nuevos que cada año buscan cautivar la atención de los consumidores boricuas con motores turboalimentados que alcanzan altas velocidades rápidamente y sistemas inteligentes de tracción que se agarran al camino sin importar que no haya brea, es fácil perder de vista que lo más que necesita un conductor de su vehículo de motor es que lo lleve de un punto a otro al menor costo posible a su bolsillo y al medioambiente.
En eso se basó Hyundai cuando en el 2016 comenzó a producir el modelo híbrido, plug-in y eléctrico del Ioniq. Desde ese entonces, cuando rechazó la sabiduría convencional de que la gasolina es el método de propulsión por excelencia, el Ioniq se ha convertido en un caso de estudio para la transformación paulatina de la propulsión vehicular a gran escala.
Ahora, en el 2019, cuando otros grandes jugadores anuncian sus nuevos modelos eléctricos que van de 0 a 60 millas por hora en menos de cuatro segundos a un costo que supera los $40,000, cabe recalcar que el Hyundai Ioniq sigue impulsando la revolución eléctrica en el mercado económico a un costo más accesible, que ronda los $26,000.
Cuando Negocios recogió el modelo híbrido plug-in 2019 para una prueba de manejo, el vehículo lucía un azul intenso mientras recargaba su batería de polímero de litio de 8.9 kilovatios-hora en una estación de carga rápida justo al frente de las oficinas de Hyundai en Cataño.
A simple vista, su nariz baja y sencilla es fácilmente confundible con la del Sonata o la del Elantra, en lo que parece ser una movida para demostrar que los vehículos de propulsión alternativa no tienen que lucir diseños extravagantes que lo griten a los cuatro vientos. Pero el diseño de su parte trasera, que se parece demasiado a la del Toyota Prius, le resta originalidad al Ioniq que luego de tres años en el mercado ya tiene su propia reputación.
Como sus competidores en el mercado económico, el Ioniq combina la tela de sus asientos con el plástico rígido color negro de su consola central, pero el patrón de panel de abeja que permea sus asientos con destellos de blanco y gris es una opción que los consumidores van a amar o a odiar tan pronto lo vean, pero fácilmente pueden cambiar por piel sintética.
El sistema de sonido y entretenimiento cumplen con las expectativas del renglón económico, pero los dos portales de 12 voltios y el cargador inalámbrico fácilmente accesibles son aditamentos prácticos que rara vez se ven en este lado del mercado. El guía tiene una combinación de botones intuitiva y un fondo plano que facilita entrar y salir del vehículo.
Su software protagoniza los datos de propulsión eléctrica y consumo de gasolina, ambos números que sus conductores querrán lucir como una medalla en su pecho cuando vean que es posible conducir casi 30 millas sin oír o sentir el ronroneo del motor de combustión.
Negocios condujo el Ioniq plug-in de Caguas a Guaynabo y de vuelta en modo eléctrico en cuatro ocasiones y registró 36, 29, 30 y 32 millas por carga completa, sin necesidad del motor de combustión.
Aunque Hyundai reporta un rango máximo de 29 millas por carga, el promedio para Negocios fue de casi 32, gracias al sistema que convierte la energía cinética del carro en energía eléctrica al apretar el freno regenerativo, especialmente en el tapón mañanero de la semana laboral.
Cargarlo es tan sencillo como conectarlo a un tomacorriente de 110 voltios por la noche. Incluso, aquellos que tienen sistemas de energía renovable en su casa pueden sincronizar su horario de recarga con las horas de producción pico de sus paneles solares desde el centro de mando del vehículo.
Su motor de 1.6 litros y cuatro cilindros en línea ofrecen 139 caballos de fuerza, que en combinación con la batería de 360 voltios ofrece un millaje por galón combinado de 52 en modo híbrido, solo dos millas por debajo de su competidor más cercano y casi $1,000 más económico.
El Hyundai Ioniq no es un vehículo que evoca pasión y adrenalina, pero presenta a los consumidores prácticos la oportunidad de ahorrarse miles de dólares al año en gasolina y reducir su impacto ambiental sin sacrificar su estilo de vida.