Erdogan deportaría a miembros de ISIS
PARÍS — Al tiempo que Turquía liberaba a principios de este mes a miembros del Estado Islámico detenidos, algunos países de Europa Occidental enfrentaban un problema: qué hacer con el posible retorno de europeos radicalizados y endurecidos por la guerra a países que definitivamente no los quieren de vuelta.
Con una férrea oposición a la repatriación de detenidos y temores respecto a la amenaza a largo plazo que plantean, los líderes europeos han buscado maneras alternativas de procesarlos —en un tribunal internacional, en Irak o en cualquier lado menos en el continente.
Sin embargo, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, vuelto más poderoso gracias a un cambio repentino en las políticas estadounidenses, está resuelto a endilgar el problema de los combatientes europeos capturados del Estado Islámico, o ISIS, a sus países de origen.
A inicios de mes, Turquía envió a una docena de exmiembros y familiares de excombatientes del Estado Islámico a Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania y Estados Unidos, y Erdogan asegura que cientos más van justo detrás de ellos.
El problema repentino para Europa es consecuencia de la decisión precipitada del presidente Donald J. Trump el mes pasado de retirar a las fuerzas estadounidenses del norte de Siria, lo que abrió la puerta para que Turquía tomara control del territorio, así como de muchos de los miembros de ISIS que habían estado detenidos allí por los kurdos.
La cuestión es complicada por el hecho de que unos 700 de los detenidos son niños.
Ahora que más de los excombatientes están en manos turcas, Erdogan ha usado la amenaza de devolverlos como una carta contra los países europeos que han criticado su incursión, y que han amenazado con imponer sanciones a Turquía por la perforación petrolera no autorizada en el este del Mediterráneo, frente a las costas de Chipre.
Europa ya le está pagando al gobierno de Erdogan miles de millones de dólares para frenar el flujo de buscadores de asilo provenientes de Irak, Siria y Afganistán.
Turquía es hogar de unos 3 millones de refugiados del conflicto de Siria, y Erdogan está resuelto a aligerar la carga de su país. Pero, ¿realmente planea enviar de vuelta a Europa a todos los combatientes extranjeros? ¿O acaso trata de obtener concesiones de Europa?
Los funcionarios turcos señalan que Turquía ahora tiene en custodia a 2,280 miembros de ISIS de 30 países, y que todos serán deportados.
Se cree que más de 1,100 ciudadanos europeos están detenidos en el norte de Siria en territorio alguna vez controlado por ISIS.
Su potencial regreso ha enfrentado a los sistemas de justicia europeos con exigencias en competencia de seguridad y libertades civiles al tiempo que tratan de revisar a los devueltos, decidir si deben ser detenidos y armar casos en su contra por delitos que a menudo sucedieron a cientos de kilómetros de distancia en Siria.
Algunos expertos en seguridad han advertido que la repatriación de milicianos —y su procesamiento en tribunales europeos y detención en prisiones— sería la única forma de garantizar la seguridad de Europa.
La situación en deterioro en el norte de Siria aumenta la necesidad de una repatriación ordenada a Europa, afirman los expertos. De ser dejados en Siria, más detenidos podrían caer en manos de fuerzas turcas o del gobierno sirio, que podrían usarlos como monedas de cambio para negociar con Occidente.
Otros podrían tratar de reagruparse o ser tomados de vuelta por células durmientes del Estado Islámico. Francia ha repatriado a más de 250 miembros de ISIS de Turquía desde el 2014. Pero se cree que 400 ciudadanos franceses continúan detenidos en Siria.
Unas 100 personas ya han sido juzgadas en Francia y recibido sentencias que promedian 10 años en prisión, indicó Jean-Charles Brisard, del Centro para el Análisis del Terrorismo. Algunos de los que purgaban las sentencias más breves ya han sido liberados, comentó.
“Definitivamente, serán liberados un día”, señaló Brisard. “Pero es preferible que sean encarcelados en prisiones francesas de las que no pueden escapar”.
Países europeos enfrentan regreso de milicianos.