Aportación universitaria sobre el cambio climático
Un nutrido grupo de universidades ha asumido un papel muy pertinente en las investigaciones sobre el cambio climático, uno de cuyos efectos sobre nuestra región es el aumento en la formación de eventos atmosféricos extremos como el huracán María.
Aplicar lecciones derivadas del golpe propinado por el fenómeno que azotó la isla en 2017 es el propósito aglutinador de 114 universidades de Estados Unidos, Bahamas, Japón y Puerto Rico. Las instituciones acordaron crear un consorcio para ayudar a las comunidades a las que sirven a prepararse, crear resiliencia y responder ante los temporales.
Las entidades se reunieron en la conferencia “Transforming University Engagement in Pre-and Post-Disaster Environments: Lessons from Puerto Rico” este mes en el campus de Albany de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY, por sus siglas en inglés).
Algunas de las instituciones participantes, entre ellas, la anfitriona SUNY, enviaron representantes a la isla para ayudar e investigar, desde distintos enfoques académicos, las secuelas del ciclón. La meta es crear una plataforma interdisciplinaria y multisectorial a nivel de todo Estados Unidos con miras a promover investigación, y la inserción de sus resultados en las políticas públicas y las actividades ciudadanas de prevención y manejo de eventos climáticos extremos.
Esta alianza importante significará para Puerto Rico aprendizaje sobre la respuesta tras azotes atmosféricos. La propuesta creación de un repositorio de investigaciones puede dar pie a nuevas iniciativas. La firma de acuerdos universitarios para la etapa pre-desastre facilitaría la movilización en casos de fenómenos en comunidades y municipios.
La influencia y la conexión de los centros educativos con sus entornos es palpable en el compromiso de 70 agencias gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro de integrarse al esfuerzo interuniversitario.
Este activismo tiene precedentes. Dio paso, por ejemplo, a la fundación en 1996 del Centro Internacional de Investigación de Huracanes de la Universidad Internacional de la Florida. No obstante, el anticipado aumento del poder de destrucción y de recurrencia de los fenómenos ha expuesto la necesidad de compartir datos e información que abarquen desde la mitigación de inundaciones hasta la actualización de las políticas públicas.
Por eso la Universidad de Houston y otras seis instituciones ubicadas en estados de la cuenca de Golfo de México crearon el Instituto de Investigación y Recuperación de Huracanes. Al hacer el anuncio, los directivos de la entidad explicaron que la idea surgió a raíz del impacto de los huracanes Harvey, Irma y María sobre Texas, Florida y Puerto Rico.
El que varias iniciativas se nutran de las vivencias puertorriqueñas les da una dimensión especial, y por doble vía, a los esfuerzos. Por un lado, se aprovecha y magnifica el valor de las plataformas académicas e investigativas ya desarrolladas con base en la isla. En este contexto, hay que reconocer el liderazgo del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. Sus profesores figuran destacadamente entre los organizadores de la conferencia auspiciada por la universidad niuyorquina, la que ha demostrado su compromiso con la recuperación puertorriqueña.
Mientras, los países de la cuenca del Caribe y del Golfo de México se beneficiarán del espíritu de cooperación que guiará el urgente y exhaustivo estudio de los fenómenos climáticos que afectan la vida de las comunidades.
Entender la relación entre el calentamiento global y los huracanes ayudará a prevenir la pérdida de vidas y los daños materiales.
La comunidad científica alerta que el cambio climático es un factor crucial en la intensificación de los huracanes. Se anticipan temporadas ciclónicas más potentes, con movimientos de traslación sumamente lentos y eventos extraordinarios de lluvia. Incluso se considera crear una categoría 6 de la escala Saffir-Simpson, desarrollada en 1969 en circunstancias climáticas menos agresivas.
El desarrollo sostenible de nuestras comunidades requiere conocer sobre los fenómenos atmosféricos, en nuestro caso, los huracanes. Apreciamos la contribución de la academia en la búsqueda de soluciones a este serio problema.
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