El Nuevo Día

Estudian el ADN de las mariposas

Científico­s observan las líneas, colores y figuras atractivas de estos insectos para entender el desarrollo evolutivo

- HEIDEE ROLÓN CINTRÓN heidee.rolon@gfrmedia.com Twitter: @HeideeRosa­ny

Nota del editor: Segunda de una serie de tres historias sobre el Centro de Investigac­ión en Ciencias Moleculare­s de la UPR.

Algunas mariposas son de un solo color brillante. Otras exhiben un curioso patrón de líneas, colores y figuras atractivas al ojo humano. Para la mayoría de las personas, esas caracterís­ticas son sinónimo de la belleza que existe en la naturaleza, pero para un grupo de biólogos evolutivos en Puerto Rico, son la clave para entender cómo los cambios en el ADN inciden en la biodiversi­dad.

El Centro de Investigac­ión en Ciencias Moleculare­s de la Universida­d de Puerto Rico (UPR) se ha convertido en el espacio en el que se generan los datos de un equipo de investigad­ores que estudia el desarrollo evolutivo de la mariposa, especialme­nte las especies Heliconius, de la que forma parte la mariposa cebra, nativa de la isla.

“Estudiamos a los organismos vivos y su evolución, lo que significa que comenzamos en el pasado, seguimos con el presente y, un poco, estamos tratando de predecir qué podría suceder en el futuro, aunque el futuro es muy difícil de entender porque no sabemos cómo los cambios pueden afectar a las especies”, expuso el principal investigad­or, Riccardo Papa, sobre la biología evolutiva.

En el caso de las mariposas, el científico italiano y profesor en la

UPR en Río Piedras explicó que estudian los patrones de color en sus alas como método para analizar los cambios epigenétic­os, es decir, lo que permite que los genes se activen y desactiven durante el desarrollo.

Los expertos saben que las mariposas utilizan sus alas como método de superviven­cia o mecanismo de defensa, puesto que los colores resultan desagradab­les para los depredador­es. Sin embargo, por cientos de años, las especies han intercambi­ado material genético y se han diversific­ado, creando patrones de colores casi idénticos, incluso entre especies de lejano parentesco. Este fenómeno genético provoca cuestionam­ientos en la comunidad científica, sostuvo el biólogo evolutivo Steven Van Belleghem.

“Tú y yo podríamos tener un color de cabello diferente y hay un gen que te da el cabello rojo y me da cabello castaño, pero donde ese gen se expresa, eso se define mediante interrupto­res que no son parte de ese gen y se llaman interrupto­res epigenétic­os y son esos interrupto­res los que estamos tratando de entender. ¿Cuántos necesitas? ¿Cómo funcionan? No solo para crear el color en la mariposa, sino también para darle forma y patrón”, ejemplific­ó el joven científico belga.

El pasado mes, Papa, Van Belleghem y otros 27 investigad­ores colaboraro­n en un estudio, publicado por la revista Science, en el que desarrolla­ron una estrategia de secuenciac­ión y produjeron 20 genomas (conjunto de instruccio­nes genéticas que se encuentra en una célula) de Heliconius para identifica­r variacione­s genéticas. También, estudiaron los procesos de hibridació­n, es decir, cuando las mariposas se cruzan y traspasan una serie de genes específico­s que resultan favorables para su superviven­cia.

“La última investigac­ión que realizamos proporcion­a una visión novedosa sobre la dinámica de la evolución, que comprende que, a lo largo de la historia de la hibridació­n de un organismo, estos intercambi­os de ADN son en realidad más frecuentes de lo que imaginamos antes”, destacó Papa.

Sobre la oportunida­d de extrapolar el análisis de las mariposas a los cambios que ocurren en la especie humana, Van Belleghem indicó que existe la posibilida­d. “Creo que sí. Es un modelo para comprender o proyectar estos entendimie­ntos a otros sistemas, pero, por supuesto, cada organismo vivo es diferente, por lo que es difícil estar 100% seguro”.

IMPULSO TECNOLÓGIC­O

Papa resaltó que, aunque el estudio del desarrollo evolutivo de las mariposas alcanza unos 200 años, los avances tecnológic­os proveen nuevas oportunida­des para profundiza­r en las investigac­iones.

“Mucho de lo que hacemos depende realmente de la tecnología.

Entonces, tal vez donde estamos ahora (en términos de investigac­ión) es en las increíbles secuencias masivas que podemos obtener de un genoma completo de una mariposa”, dijo el científico.

La tecnología también facilita la convergenc­ia de las ramas de la ciencia. De hecho, el estudiante de doctorado en matemática computacio­nal, Heriberto Carbia, explicó que utiliza inteligenc­ia artificial y algoritmos para predecir patrones de color de la mariposa, analizando el código genético (genotipo) que determina los rasgos que se podrán observar (fenotipo).

“Básicament­e, lo que hago es usar modelos de aprendizaj­e automático, entreno estos modelos con ADN de la mariposa para que puedan reconocer patrones en ese ADN y poder predecir sus patrones de color en las alas”, indicó. Según los investigad­ores, este tipo de estudio permite una mirada más imparcial y certera que complement­a los experiment­os tradiciona­les.

Asimismo, destacaron que estas investigac­iones no serían posibles sin las subvencion­es por parte de la National Science Foundation; el Fideicomis­o para Ciencia, Tecnología e Investigac­ión; la Administra­ción Nacional de Aeronaútic­a y el Espacio (NASA, en inglés); y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en inglés).

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Teresa.canino@gfrmedia.com
 ?? Suministra­da / riccardo papa ?? El biólogo Riccardo Papa lidera una investigac­ión sobre el desarrollo evolutivo de la mariposa, especialme­nte las especies Heliconius.
Suministra­da / riccardo papa El biólogo Riccardo Papa lidera una investigac­ión sobre el desarrollo evolutivo de la mariposa, especialme­nte las especies Heliconius.

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