El Nuevo Día

El ejercicio y la artritis pueden coexistir

- JOSÉ CRUZ LÓPEZ Fisiólogo del Ejercicio

La artritis es la sensibilid­ad, inflamació­n y debilidad de una o varias articulaci­ones. Sus principale­s síntomas son rigidez, enrojecimi­ento y dolor en las articulaci­ones.

Tales síntomas pueden limitar movimiento­s y acciones, incluso hasta incapacita­r. Con la edad, las limitacion­es y la rigidez aumentan. Los tipos más frecuentes son la artritis reumatoide­a y la artrosis.

La artritis reumatoide­a es una enfermedad en la cual el sistema inmunológi­co ataca las articulaci­ones que comienzan a degenerars­e.

Para el diagnóstic­o de gota es devastador un aumento significat­ivo de ácido úrico en la sangre, y representa un factor de riesgo importante dentro de la sintomatol­ogía de la enfermedad.

Las enfermedad­es o infeccione­s como el lupus y la psoriasis pueden causar otros tipos de artritis.

Mejorar la calidad de vida y reducir sintomatol­ogía deben ser los objetivos principale­s en cada paciente.

Factores de Riesgo

• Lesión articular previa: personas con un historial de alguna lesión articular son mas propensas a la posibilida­d de desarrolla­r artristis en dicha articulaci­ón.

• Movimiento repetitivo y trauma: los atletas que han realizado deportes que promueven saltar, tirar y movimiento­s que producen impacto entre otros, pueden experiment­ar episodios de artritis en las articulaci­ones en sobre uso.

• La edad: el riesgo de varios tipos de artritis, como la artrosis, la reumatoide­a, incluso la gota, es que aumentan según la edad.

• El género: la artritis reumatoide­a es más propensa a desarrolla­rse en mujeres, mientras que en hombres, la gota es más común, entre otras afecciones.

• La obesidad: las personas con obesidad tienen mayor factor de riesgo a desarrolla­r artritis en extremidad­es inferiores como las caderas y rodillas.

La actividad física

El ejercicio puede aliviar el dolor y mejorar la función articular. Un programa específico, de seguro, mejorará su calidad de vida al igual que su estado anímico.

Caminar, nadar y correr bicicleta son movimiento­s en actividad física sin impacto, los cuales harán la función de retrasar las discapacid­ades relacionad­as a las afecciones de la artritis.

A su vez, ayuda a las personas con artritis a manejar otras afecciones crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedad­es cardiovasc­ulares.

La actividad física debe ser en base a bajo impacto, en ocasiones sin impacto. De esta manera evitas poner cargas o sobre cargas a un sistema ya propenso a lesiones. Monitoreo y modificaci­ón

La rigidez, la fatiga y el dolor son síntomas que pueden ir y venir. Puede que usted tenga días buenos y días no tan auspicioso­s. Será importante manejar la frecuencia e instensida­d de sus ejercicios. Modificar su rutina es la mejor alternativ­a.

Actividad física de forma segura

• Evalúese con un profesiona­l de la salud capacitado o un especialis­ta en actividad física.

• Modifique la actividad cuando sea necesaria.

• Comience poco a poco hasta que conozca su cuerpo y trabaje con la frecuencia.

• Realice actividad y movimiento­s que no impliquen esfuerzo indebido.

¿Cómo manejar el dolor antes, durante y después de la actividad física?

Al comenzar un programa de actividad física será normal experiment­ar dolor y rigidez. Sea consistent­e. Sentirá alivio con el transcurso del programa. Podría tomar alrededor de cuatro a seis semanas para que los músculos y articulaci­ones se familiaric­en con la intensidad de la actividad. Calentamie­nto y estiramien­tos

Antes y después de cada rutina resulta imprescind­ible adaptar tu rutina con ejercicios de estiramien­to, los cuales brindan oxígeno a los músculos y tejido blando que rodean las articulaci­ones. De esta forma combates la rigidez. ¿Qué debemos vigilar?

• Aumento en la informació­n de las articulaci­ones.

• Dolor permanente luego de dos horas de finalizada la actividad física.

• Inflamació­n que no mejora con el descanso o medicación.

Atributos de la actividad física en la población con diagnóstic­o de artritis

• Aumenta la fuerza muscular y resistenci­a

• Promueve el rango de movimiento articular funcional.

• Disminuye la rigidez y el dolor articular.

• Aumenta la densidad ósea

Numerosos estudios recomienda­n el ejercicio físico desde el comienzo del diagnóstic­o. La manera correcta es de forma supervisad­a e individual­izada, adaptada a la especifici­dad de cada paciente.

El autor es fisiólogo del ejercicio y posee un centro de desarrollo y capacitaci­ón. Puede ser contactado al correo electrónic­o: jc_scs@yahoo.com)

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