Vacaciones de riesgo
Cada país tiene su encanto, pero cuando hay conflictos bélicos la prudencia llama a buscar otro destino. Sin embargo, hay viajeros que piensan distinto.
Tomarse unas vacaciones de riesgo requiere grandes dosis de valor y tal vez un poco de inconsciencia. Una guerra es una guerra, aunque se vaya de vacaciones. Las motivaciones que lleven a alguien a un destino en conflicto oscilan, desde la curiosidad, el morbo, el deseo de conocer la realidad de primera mano o el de meterse en la piel de los demás.
Lo cierto es que existen operadores turísticos que ofrecen escenarios de guerra como destinos vacacionales.
Warzone Tours es uno de estos operadores que ofrece experiencias extremas. En su página web lo venden así: “A pesar del nombre políticamente incorrecto, ofrecemos una experiencia sorprendente y única”. Para los responsables de la agencia, se trata de visitar lugares que solo se han visto en la prensa y que generan interés. Este operador comenzó a funcionar en 1993 y han viajado a más de 50 zonas de riesgo en todo el mundo.
Pero aseguran que “no todas están envueltas en una guerra en el momento del viaje. También realizamos visitas a escenarios de guerras pasadas minimizando el riesgo”.
Entre los destinos que ofrecen se encuentra Iraq, Beirut (Líbano) y algunos países de África, como Somalia. Estos países admiten turistas hoy en día.
“Al limitarnos a la información que los medios deciden que es interesante para nosotros, perdemos la rica experiencia de conocer los países, la cultura y, más importante, la gente que se ve afectada por eventos altamente mediatizados”, dice la firma en su portal al explicar sus viajes.
“Nuestros tours únicos son seguros y adaptados a tu visión, con pocas limitaciones”, sentencian.
SEGURIDAD
El tipo de cliente que se aventura a este tipo de viajes, según contó el fundador de Warzone Tours, Rick Sweeney, al Financial Times es: un hombre que nunca ha estado en el ejército, con alto poder adquisitivo y que puede pagar por la aventura. La mayoría son empresarios de mediana edad que ganan más de 100,000 dólares al año.
La seguridad en este tipo de destinos no es barata. “Muchos de nuestros trabajadores fueron personal militar de operaciones especiales”, reza la publicidad de Warzone.
La empresa envía un equipo de contratistas privados de seguridad, encargado de formar un equipo de guardias locales de confianza.
Todo esto supone un gran esfuerzo de logística y recursos humanos, lógicamente muy costoso.
Quien quiera tener una experiencia como esta debe tener preparados unos 40 mil dólares.
DIFERENTE VISIÓN
Hay otras empresas que ofrecen viajes a países relacionados con las guerras en el imaginario común, pero que huyen del conflicto y del atractivo que esto puede crear en cierta audiencia.
Hinterland Travel, por ejemplo, ofrece experiencias en Afganistán e Iraq. Sin embargo, centran sus ofertas en visitas culturales, arqueológicas e incluso religiosas.
Untamed Borders también ofrece viajes a lugares considerados peligrosos. Entre sus destinos se encuentran la República Centroafricana, Sudán del Sur, Eritrea, Somalia, Siria o Libia.
Sin embargo, prefieren identificarse con viajes de aventura y se alejan de las etiquetas de viajes de guerra. Ofrecen tours culturales, de “trekking” o esquí, entre otras actividades al aire libre.
Para algunos responsables de estos tours, la cobertura de los conflictos en estas zonas distorsiona la realidad diversa de los países.
Lo vital es evaluar los riesgos y no exponer a los visitantes a un peligro inminente e innecesario.