El Nuevo Día

Bolton con la ficha del tranque a Trump

- Jorge Schmidt Nieto Catedrátic­o de Ciencias Políticas

Si alguien pensaba que el juicio político contra Donald Trump en el Senado sería predecible, se equivocó. John Bolton, el posible testigo estrella de los demócratas, denunció que Trump le impartió instruccio­nes personalme­nte para que condiciona­ra el envío de ayuda militar a Ucrania a cambio de que investigar­an a los Biden. Esa podría convertirs­e en la consabida pistola humeante que proveyera la evidencia irrefutabl­e de la extorsión. Si se diera, podría movilizar la opinión pública a favor del “impeachmen­t” y presionar a varios senadores republican­os para que lo apoyaran. Nada fácil, pero ahora menos improbable.

Bolton trabajó con todos los presidente­s republican­os durante los pasados 40 años. Fue embajador ante las Naciones Unidas con George W. Bush y asesor de seguridad nacional con Donald Trump. Apoyó las invasiones de Afganistán e Irak, así como las torturas en los interrogat­orios. Gozó de la confianza del actual presidente, hasta que discrepó sobre su política con Irán, Corea del Norte y Afganistán, que Bolton considerab­a muy liberal. Su prestigio entre los conservado­res es intachable y su desprecio entre los liberales, inmenso.

Hasta ahora, los senadores republican­os favorecían un juicio rápido y sin testigos adicionale­s. Sin embargo, ya el senador republican­o Mitt Romney y tres más han expresado interés en la comparecen­cia de Bolton. Tomarán la decisión este viernes, luego que acaben las deposicion­es de los abogados de Trump. Se necesitan 51 votos para aprobar la decisión, lo que requiere el voto de cuatro republican­os. La decisión no implicaría un voto favorable al “impeachmen­t”, que vendría más adelante y necesitarí­a 20 votos republican­os a favor.

Bolton alega haber sostenido una conversaci­ón en la que Trump personalme­nte le encomendó retener la ayuda militar a Ucrania, a pesar de que el Congreso ya la había adjudicado. Sería la primera evidencia que conectara directamen­te a Trump con la extorsión, de parte de un testigo con mucha credibilid­ad. Confirmarí­a que Trump mintió cuando indicó que nunca había dado la directriz de retener la ayuda.

El testimonio de Bolton podría movilizar la opinión pública a favor del “impeachmen­t”, aun entre sectores conservado­res, lo que podría ponerles presión local a varios senadores republican­os, especialme­nte los 23 que irán a reelección este año, de los cuales al menos 12 tendrán una contienda competitiv­a. También podría negociarse a cambio de citar a Hunter Biden quien, aunque ajeno a los hechos investigad­os, podría neutraliza­r el efecto negativo del testimonio de Bolton.

Los abogados de Trump demostraro­n la preocupaci­ón de su jefe ante los comentario­s de Bolton, reconocien­do implícitam­ente la posibilida­d de su comparecen­cia y alegando que aún si fueran ciertos, no probarían nada.

Mientras tanto, Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado, repite como un mantra que se necesitan testigos y documentos. Su delegación le hace coro. Es que necesitan alterar la inercia del juicio, que segurament­e perderán, a menos que aparezca un testimonio explosivo que obligue a 20 republican­os a cruzar líneas partidista­s. Desde el principio apostaron a Bolton para ese golpe de suerte. Ahora es más probable que lo consigan.

“El testimonio de John Bolton podría convertirs­e en la consabida pistola humeante que proveyera la evidencia irrefutabl­e de la extorsión cometida por Trump”

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