Bolton con la ficha del tranque a Trump
Si alguien pensaba que el juicio político contra Donald Trump en el Senado sería predecible, se equivocó. John Bolton, el posible testigo estrella de los demócratas, denunció que Trump le impartió instrucciones personalmente para que condicionara el envío de ayuda militar a Ucrania a cambio de que investigaran a los Biden. Esa podría convertirse en la consabida pistola humeante que proveyera la evidencia irrefutable de la extorsión. Si se diera, podría movilizar la opinión pública a favor del “impeachment” y presionar a varios senadores republicanos para que lo apoyaran. Nada fácil, pero ahora menos improbable.
Bolton trabajó con todos los presidentes republicanos durante los pasados 40 años. Fue embajador ante las Naciones Unidas con George W. Bush y asesor de seguridad nacional con Donald Trump. Apoyó las invasiones de Afganistán e Irak, así como las torturas en los interrogatorios. Gozó de la confianza del actual presidente, hasta que discrepó sobre su política con Irán, Corea del Norte y Afganistán, que Bolton consideraba muy liberal. Su prestigio entre los conservadores es intachable y su desprecio entre los liberales, inmenso.
Hasta ahora, los senadores republicanos favorecían un juicio rápido y sin testigos adicionales. Sin embargo, ya el senador republicano Mitt Romney y tres más han expresado interés en la comparecencia de Bolton. Tomarán la decisión este viernes, luego que acaben las deposiciones de los abogados de Trump. Se necesitan 51 votos para aprobar la decisión, lo que requiere el voto de cuatro republicanos. La decisión no implicaría un voto favorable al “impeachment”, que vendría más adelante y necesitaría 20 votos republicanos a favor.
Bolton alega haber sostenido una conversación en la que Trump personalmente le encomendó retener la ayuda militar a Ucrania, a pesar de que el Congreso ya la había adjudicado. Sería la primera evidencia que conectara directamente a Trump con la extorsión, de parte de un testigo con mucha credibilidad. Confirmaría que Trump mintió cuando indicó que nunca había dado la directriz de retener la ayuda.
El testimonio de Bolton podría movilizar la opinión pública a favor del “impeachment”, aun entre sectores conservadores, lo que podría ponerles presión local a varios senadores republicanos, especialmente los 23 que irán a reelección este año, de los cuales al menos 12 tendrán una contienda competitiva. También podría negociarse a cambio de citar a Hunter Biden quien, aunque ajeno a los hechos investigados, podría neutralizar el efecto negativo del testimonio de Bolton.
Los abogados de Trump demostraron la preocupación de su jefe ante los comentarios de Bolton, reconociendo implícitamente la posibilidad de su comparecencia y alegando que aún si fueran ciertos, no probarían nada.
Mientras tanto, Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado, repite como un mantra que se necesitan testigos y documentos. Su delegación le hace coro. Es que necesitan alterar la inercia del juicio, que seguramente perderán, a menos que aparezca un testimonio explosivo que obligue a 20 republicanos a cruzar líneas partidistas. Desde el principio apostaron a Bolton para ese golpe de suerte. Ahora es más probable que lo consigan.
“El testimonio de John Bolton podría convertirse en la consabida pistola humeante que proveyera la evidencia irrefutable de la extorsión cometida por Trump”