Danny García raya la perfección
No es fácil encontrar un boxeador con las aptitudes técnicas del excampeón de las 140 y 147 libras, Danny García, que se especializa en el contragolpe sin necesidad de bailotear: sus reflejos afilados por movimientos de torso y su poder de concentración en la defensa son sus armas naturales.El sábado pasado en el Barclays Center de Brooklyn, donde ahora tiene marca de 6-2, perdiendo por decisión dividida con Keith Thurman y por puntos más ampliamente con Shawn Porter, no tuvo jamás peligro de recibir golpeo fuerte de Ivan Redkach, ucraniano que reside en Los Ángeles y se hace llamar The Killer, pero quien lució más como un chata para el púgil nacido y criado en Filadelfia de origen puertorriqueño.
García, apodado Swift, hizo lo que le vino en ganas, jabeándole rápida y duramente, pegando con su derecha al cuerpo y la cabeza en repeticiones, además de evadirlo, repito, sin verse obligado a moverse en demasía, sino anticipándose a los envíos del zurdo Redkach, 23-5-1 y 18 nocauts, que hacía su segunda actuación en la categoría welter tras ser liviano desde 2009, aprovechando un KO sobre Devon Alexander, ex soberano que venía de perder en cinco ocasiones, más un empate, en sus anteriores ocho pleitos.
Entretanto, García debía haber combatido con Errol Spence, 26-0, y 21 victorias antes del límite que reina en el CMB y la FIB, pero un accidente automovilístico en octubre en su Ferrari que volaba bajito causó su suspensión. Spence, también de guardia zurda, se ha mencionado asimismo como adversario del invicto Terence Crawford, sentado en el trono de la OMB y considerado una estrella por su polivalencia.
Se espera que García no espere por él y se enfrente en el verano al matusalénico Manny Pacquiao, 62-7-2, y 39 KO’s, y quien ha gobernado mundialmente en cuatro décadas.
De concretarse, sería una riña de alto voltaje por la ofensiva veloz y furiosa del filipino, unido a un maestro del escape como García, manejado y entrenado por su padre Ángel, polémico hasta durmiendo.
Danny tendría que descifrar la agresión en ángulos de Manny, que solamente tiene una desventaja clara con él: su mandíbula no es de granito, aunque asimila y se recupera con celeridad.
Venga, pues, este duelo que augura emociones a granel.