Recuperan los nueve cuerpos en la zona del accidente
El domingo fueron encontrados los primeros tres y el lunes los restantes seis
La Oficina Forense de Los Ángeles informó ayer que lograron recuperar los seis cuerpos que restaban, tras el accidente del helicóptero el pasado domingo que cobró la vida de nueve personas, incluyendo la del exjugador de los Lakers de Los Ángeles, Kobe Bryant, y la de su hija Gianna, de apenas 13 años.
Originalmente, la Oficina había informado que el domingo lograron recuperar a tres de los nueve cuerpos en una zona montañosa de Las Virgenes Road en Calabasas, una ciudad al noroeste de Los Ángeles.
En lista de las víctimas, junto a la exestrella de la NBA y su hija Gianna, se encuentran la entrenadora de baloncesto, Christina Mauser, las jugadoras Alyssa Altobelli junto a sus padres John y Keri Altobelli, Payton Chester también deportista y su madre Sarah Chester y el piloto Ara Zobayan.
“Actualmente, los investigadores están trabajando activamente en la identificación de los fallecidos. Además, se están realizando exámenes corporales”, informó el organismo.
Según un informe de la investigadora del accidente, el piloto —que murió junto con el exbaloncelista— había dicho a los controladores de tráfico aéreo, en su última comunicación por radio, que buscaría elevar su helicóptero para evitar una capa de nubes.
El radar indica que el helicóptero llegó a una altura de 701 metros (2.300 pies) el domingo por la mañana, antes de descender. Los restos de la aeronave se encontraron a 331 metros (1.085 pies), dijo Jennifer Homendy, investigadora de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), durante una conferencia.
Los investigadores de la NTSB se presentaron durante la jornada en el lugar del accidente para recabar evidencias.
“La zona donde hay restos del helicóptero es bastante extensa”, explicó Homendy. “Una pieza de la cola está al pie de la colina. El fuselaje está en el otro costado de esa colina. Y el rotor principal se encuentra a unas 100 yardas (91 metros)”.
Algunos expertos sugirieron que el piloto pudo haberse desorientado debido a la niebla, pero Homendy comentó que los equipos de investigación analizarán todo, desde los antecedentes del operador de la nave hasta los motores.
“Observamos el factor humano, las máquinas y el ambiente”, indicó. “Y las condiciones meteorológicas son sólo una parte pequeña de eso”.
Tras solicitarlo, el piloto recibió el permiso especial para volar en condiciones de niebla espesa, apenas minutos antes del desastre del domingo, y volaba a unos 427 metros de altura (1.400 pies) cuando viró al sur y luego al oeste, indicó Homendy.
Luego, el piloto pidió que los controladores le proporcionaran asistencia de radar a fin de dar “seguimiento al vuelo”, pero se le dijo que la aeronave volaba muy bajo para brindarle esa ayuda, dijo Homendy.
Unos cuatro minutos después, “el piloto avisó que estaba ascendiendo para evitar un estrato de nubes”, refirió la investigadora. “Cuando el control de tráfico aéreo preguntó qué planeaba hacer el piloto, no hubo respuesta. Los datos del radar indican que el helicóptero subió a 2.300 pies (701 metros) y luego hizo un giro descendente a la izquierda. El último contacto con el radar fue alrededor de las 9:45 a.m.”.
Dos minutos después, una persona en tierra llamó al teléfono de emergencias 911 para reportar el accidente.
Randy Waldman, instructor de vuelo en helicóptero que imparte clases en el aeropuerto cercano de Van Nuys, dijo que un piloto desorientado puede disponer apenas de un momento para evitar una caída fatal.