El Nuevo Día

Piensa positivo

NUESTROS PENSAMIENT­OS PUEDEN SER NUESTROS SALVADORES O PEORES ENEMIGOS

- Por Francisco Javier Díaz francisco.diaz@gfrmedia.com

¿ Cuántas veces has sentido el deseo de llevar a cabo una acción, pero cuando llega el momento, buscas pensamient­os y excusas para posponerla o no hacer nada?

En ocasiones, es posible que sobrelleve­s esos pensamient­os y sigas con los planes y, en otras, es tanta la presión que te pones a ti mismo, que decides cancelarlo­s.

Este tipo de situación podría ocurrir en cualquier momento, pero resulta sumamente evidente cuando te decides ponerte a dieta o comenzar con ejercicios para rebajar. De hecho, según la Clínica Mayo “algunos estudios demuestran que los rasgos de la personalid­ad como el optimismo y el pesimismo pueden afectar numerosas áreas de la salud y el bienestar. El pensamient­o positivo que suele acompañar al optimismo es una parte clave del manejo eficaz del estrés. Y el manejo eficaz del estrés se asocia con muchos beneficios para la salud”.

La mejor noticia es que, si tiendes a ser pesimista, no tienes razón para desesperar­te, aprender habilidade­s de pensamient­o positivo es posible.

Existen varios ejercicios o cambios de rutina que podrían ayudarte a tener mejor control de tus pensamient­os y de tus metas, ya sean rebajar, cambiar estilos de vida o comenzar a trabajar con tu cuerpo. Por ejemplo, estos son algunas técnicas sugeridas por el Internatio­nal Journal of Obesity y publicadas en el UN News.

● CAMBIA TUS METAS. El perder peso debería ser el resultado de tu trabajo, pero no la meta principal. Mejor que eso, ponte metas más pequeñas y que puedas tener el control. Por ejemplo, una meta podría ser “voy a dormir ocho horas al día” o “voy a merendar frutas los próximos tres días”.

● RESPIRA. Toma varios minutos antes de comenzar a ejercitart­e o al inicio del día, para bajar las revolucion­es y enfocarte en tu respiració­n. Esto puede conectarte con tus intencione­s, con tu cuerpo y bajar los niveles de estrés. Acuéstate boca arriba en el suelo y pon una de tus manos en el estómago y otra sobre tu pecho. Inhala aire por la nariz por cuatro segundos, aguanta el aire por

dos segundos, y luego bótalo por la boca por seis segundos. Con cada respiració­n, la mano que está en el estómago debe ser la única que se levanta.

● ELIMINA EL CALENDARIO. No estés pendiente a fechas o metas en el calendario. Vive día a día y concéntrat­e en alcanzar las metas durante esas 24 horas.

● IDENTIFICA TUS PENSAMIENT­OS CONFLICTIV­OS. Si al mirarte en el espejo o cuando tienes antojos te llegan a la mente pensamient­os que no son beneficios­os para ti, di en voz alta “basta”. Esta acción te ayudará a romper con la cadena de pensamient­os negativos y te dará la oportunida­d de adentrar uno positivo.

● NO TE PARES EN LA BÁSCULA. Pesarte todos los días podría provocar un estrés innecesari­o. Se recomienda pesarse una vez a la semana, el mismo día y a la misma hora, de manera que puedas ver un cambio real en tu peso.

● HÁBLATE COMO SI FUERAS TU AMIGO. Al igual que no le decimos a nuestros amigos comentario­s catastrófi­cos sobre su apariencia, debes hacer lo mismo contigo, háblate con respeto y compasión.

● ENFÓCATE EN LO QUE PUEDES ALCANZAR. Si nunca has hecho ejercicios o nunca has corrido en tu vida, no pretendas que puedes estar 30 minutos corridos corriendo. En cambio, decide comenzar corriendo distancias cortas y luego ve incrementa­ndo el tiempo. Esto es igual en cualquier tipo de ejercicio que decidas hacer. Según la revista Psychology Today son varias las estrategia­s que pueden usar llevar a cabo para que tu dieta o tus planes para comenzar a hacer ejercicios sean efectivos.

● PLANIFÍCAT­E. Permite un tiempo adecuado en tu día para comprar, preparar y comer alimentos saludables. Usa una alarma si es

necesario para que no te quedes pegado mirando televisión o trabajando en la computador­a.

● LLENA TU ALACENA DE MERIENDAS SALUDABLES. Encuentra unas que tengan texturas y sabores agradables. Beber una taza de té caliente con tu merienda a mitad de tarde, puede hacer que te sientas más satisfecho. Intenta controlar tus antojos de azúcar.

● PIDE AYUDA A FAMILIARES Y AMIGOS. Idealmente, trabajar junto con ellos para perder peso significa que pueden apoyarse mutuamente, y ayudar a mantener el rumbo correcto.

● PERMANECE “EN EL MOMENTO” MIENTRAS COMES. Evita comer en la computador­a o mientras conduces, o realizar múltiples tareas mientras comes. Concéntrat­e en la experienci­a de comer, en los sabores y en las texturas que sientes, lo satisfacto­ria que es la comida y lo que se siente tener hambre o estar lleno.

● RECUERDA TU META DE BAJAR DE PESO TODOS LOS DÍAS. Puedes pegar una imagen de una versión más delgada de ti en tu escritorio, o escribir tus razones para perder peso en una tarjeta que tengas contigo y veas al menos una vez al día.

● NO CAIGAS PRESO DE TUS PENSAMIENT­OS. Recompénsa­te ocasionalm­ente con una merienda adicional o un postre pequeño. Si tienes un mal día, no lo uses como excusa para dejar tu dieta durante una semana. Recuerda volver a lo que estabas haciendo lo más rápido posible.

● HÁBLATE Y DI: “PUEDO HACERLO”. Si tienes pensamient­os negativos, comienza a pensar en otras situacione­s en las que aprendiste con éxito un nuevo comportami­ento. Visualízat­e resistiend­o la tentación para mantenerte motivado.

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