Interrogantes en el plan de recursos
Mientras la AEE alega que su propuesta es costo efectiva, expertos insisten en la generación distribuida
El plan diseñado por la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) contempla invertir en unidades de rápida respuesta, minirredes y microrredes para restablecer la electricidad después de un evento mayor.
Sin embargo, esas soluciones continúan atadas a fuentes fósiles, dijeron expertos ayer durante las vistas evidenciarias que conduce el Negociado de Energía de Puerto Rico (NEPR).
De acuerdo con el consultor y ejecutivo de Siemens Energy, Nelson Bacalao, el Plan Integrado de Recursos (PIR) diseñado para la AEE ha incorporado diversos elementos que deben contribuir a una red eléctrica resistente y flexible.
Según Bacalao, las decisiones y recomendaciones en el PIR son producto de diversos análisis, estudios previos en torno a la AEE y la información provista por las distintas unidades de la corporación pública, luego de la experiencia que les dejó el huracán María hace dos años.
A grandes rasgos, el PIR contempla que la AEE invierta en la instalación de casi una veintena de unidades de respuesta rápida (conocidas como “peakers”).
El elemento que completaría la ecuación sería el desarrollo de minirredes y microrredes cerca de comunidades o instalaciones críticas como hospitales, centros urbanos, áreas turísticas o industriales, para procurar que estas áreas puedan ser energizadas a la mayor brevedad después de un desastre.
Se trata de una inversión, según el documento de la AEE, de sobre $3,800 millones solo para fines de resiliencia.
Pero, a juicio de Agustín Irizarry, profesor de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y experto en temas energéticos, al igual que otros interventores vinculados con organizaciones ambientales y empresas de energía renovable, la hoja de ruta trazada por la AEE no resultará en un sistema más confiable o resistente.
“Lo que la AEE está pidiendo es regresar a la flexibilidad que tenía antes”, indicó Irizarry. Señaló que la propuesta de la corporación pública insiste en el gas natural y en generar electricidad de manera centralizada cuando ya se ha demostrado que la forma más confiable y costoefectiva es facilitar la generación en hogares, comercios e instituciones.