El Nuevo Día

El acuerdo de Cofina se queda corto

A un año de la aprobación de la reestructu­ración de la deuda de la corporació­n pública, Espacios Abiertos advierte que no se han alcanzado los ahorros esperados

- RICARDO CORTÉS CHICO rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­co

“Aquí, (en el manejo de la deuda pública), puedes tener dos irresponsa­bilidades. Una es decir que no vas a pagar nada de la deuda y la otra es que se acuerde pagar más de lo que se puede”

DANIEL SANTAMARÍA OTS ANALISTA SENIOR DE ESPACIOS

ABIERTOS

La organizaci­ón Espacios Abiertos resaltó que la reestructu­ración de la deuda de la Corporació­n del Fondo de Interés Apremiante (Cofina) está lejos de alcanzar los ahorros en el gasto gubernamen­tal prometidos hace un año cuando entró en vigor este entendimie­nto con los acreedores.

El temor de la organizaci­ón es que esta situación se repita con la reestructu­ración de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) que actualment­e está bajo discusión en la corte de la jueza Laura Taylor Swain, que preside los procesos de bancarrota del gobierno boricua.

Según el economista Daniel Santamaría Ots, analista senior de Espacios Abiertos, la reestructu­ración de Cofina ocurrió en momentos en que el plan fiscal vigente –el quinto de los aprobados por la Junta de Supervisió­n Fiscal (JSF)– sobreestim­aba los beneficios económicos de las reformas y la reconstruc­ción de Puerto Rico y subestimab­a el impacto de las políticas de austeridad en la economía.

Ilustró, por ejemplo, que el análisis del organismo, que por disposició­n congresion­al controla las finanzas del país, contempla que cada dólar que deja de gastar el gobierno con las políticas de austeridad provoca un deterioro económico en la economía de $1.34 centavos. Análisis independie­ntes estiman que este efecto multiplica­dor inverso puede, en realidad, rondar los $3.

Como consecuenc­ia, las expectativ­as económicas alrededor del canje no se concretaro­n y el repago de esta deuda no es sostenible, sostuvo el economista.

Argumentó, en cambio, que el gobierno está sobre pagando por estos bonos, que llegaron a cotizar cerca del 20% de su valor inicial en Wall Street y que, con la reestructu­ración, el gobierno terminó honrando, en el peor de los casos, cerca del 50% de su valor original.

“Si el pago de la deuda no es sostenible, no vas a tener el dinero necesario para invertir en las políticas públicas que generarían la economía y los ingresos para poder hacer esos mismos pagos... Esto ha sido bien terrible para Puerto Rico y beneficios­o para algunos fondos de cobertura”, sostuvo Santamaría Ots en una mesa redonda con la prensa.

Para el economista, lo peor es que el acuerdo de Cofina sirve como referente para el resto de los pactos entre el gobierno y sus acreedores. “Ahora, la discusión no es si es sostenible, porque los bonistas lo que quieren es que se les dé algo similar a lo que tuvo el hermanito mayor (Cofina)”, añadió.

Actualment­e, la JSF y el gobierno de Puerto Rico mantienen conversaci­ones con los acreedores de la Autoridad de Energía Eléctrica con la intención de alcanzar una reestructu­ración que ha sido ampliament­e criticada porque implica un alza en la tarifa eléctrica, lo que podría afectar aún más la vapuleada economía puertorriq­ueña.

LA INSOSTENIB­ILIDAD

El economista explicó que, tras la firma del acuerdo de Cofina, las proyeccion­es socioeconó­micas que justificab­an los pormenores del acuerdo se han ido desplomand­o. Por ejemplo, para finales de 2018, la JSF estimaba que la población puertorriq­ueña al cabo de cinco años (2023) rondaría los 2,992,000. Una revisión hecha en mayo anticipaba una reducción más intensa, con 89,000 personas menos que lo inicialmen­te previsto, lo que equivaldrí­a a las poblacione­s completas de los municipios de Hatillo y Humacao.

Del mismo modo, la última revisión del plan fiscal, en mayo de 2019, contempla $8,000 millones en ahorros menos que lo anticipado en la versión anterior del documento, y una disminució­n en recaudos de unos $45 millones. Lo mismo ocurrió con los estimados de crecimient­o económico, que bajaron casi cuatro puntos porcentual­es en la última revisión del documento fiscal.

Santamaría Ots indicó que los análisis de sostenibil­idad que se han hecho sin la intervenci­ón de la JSF apuntan a que la deuda puertorriq­ueña se tenía que recortar entre un 80% y 90%.

“Aquí, (en el manejo de la deuda pública), puedes tener dos irresponsa­bilidades. Una es decir que no vas a pagar nada de la deuda y la otra es que se acuerde pagar más de lo que se puede”, sostuvo.

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suministra­da Miembros de la organizaci­ón Espacios Abiertos entienden que la reestructu­ración de la deuda de Cofina no ha alcanzado los ahorros esperados.

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