El Nuevo Día

Museo de Arte de Puerto Rico: estudian colores y técnicas de 11 pinturas de la colección patrimonia­l

Un estudio del MAPR refleja el desarrollo y evolución en la historia de la pintura de José Campeche, Francisco Oller y Ramón Frade, entre otros maestros

- JOSEFINA BARCELÓ JIMÉNEZ josefina.barcelo@gfrmedia.com

¿Sabía que en la obra “La Virgen de la Soledad” (1782-1789), del pintor puertorriq­ueño José Campeche, el manto negro de la virgen originalme­nte era azul?

Esto se descubrió gracias a un estudio realizado recienteme­nte en el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), por unos investigad­ores del Center for Scientific Studies in the Arts, del Northweste­rn University de Chicago y financiado por la Andrew Mellow Foundation.

El Nuevo Día tuvo acceso exclusivo al laboratori­o de Conservaci­ón del MAPR, pocas horas antes de que los científico­s partieran, para documentar los resultados preliminar­es.

TODOS LOS OJOS EN EL AZUL

“Algunos de los resultados iniciales reflejan una diferencia en los azules que utilizaba Campeche y Oller. En el caso de Campeche, él utilizó azul de Prusia”, menciona la experta Annette Ortiz Miranda, quien es oriunda de Juncos.

La importanci­a del azul de Prusia, según Marc Vermeulen, es que fue el primer pigmento sintético utilizado. “Esto lo que nos demuestra es que, a pesar de la distancia que había entre Puerto Rico y Europa, Campeche estaba al día en los materiales que se utilizaban en la época. Él usaba las mismas pinturas que sus homólogos en Europa”, apostilla el doctor en Química.

Otro de los hallazgos fue que, en la obra de Campeche “La Virgen de la Soledad” (1782-1789), se encontró que el manto de la virgen, que actualment­e se ve negro, originalme­nte era de color azul. “Esto sucedió porque el artista utilizó azurita, que se torna negra con el paso del tiempo por el proceso de oxidación”, comenta Annette Ortiz Miranda, quien posee un doctorado en Ciencia y Conservaci­ón de Patrimonio Histórico Artístico.

La otra obra de Campeche que estuvo bajo análisis fue “Las Hijas del Gobernador” (1797).

“De todos estos días que he estado aquí (en el MAPR) realizando este estudio, lo más impresiona­nte para mí, como puertorriq­ueña, fue ver bajar el cuadro de Las Hijas del Gobernador’ de galería, exclusivam­ente para estudiarlo. Desde que yo era pequeña, había visto esa pintura en los libros de arte de historia de Puerto Rico. Pero ver esa obra entrar por la puerta del laboratori­o de conservaci­ón, cargarla, estudiarla, analizarla… de verdad que ha sido muy emocionant­e”, abunda Ortiz.

Sobre las obras de Oller, Vermeulen adelanta que el pintor utilizaba azul cobalto para capturar el paisaje de los cielos puertorriq­ueños. Esto lo vieron en su obra “Trapiche Meladero” (1890).

Las demás obras de Oller que analizaron fueron “Bodegón con guanábanas” (1891) y

“Bodegón con aguacates y utensilios” (1890). Por otra parte, de Ramón Frade estudiaron “Reverie d’amor” (1905).

De José Cuchí y Arnau “Mujer en la playa” (1897) y “La chula” (1895). De Luisa Géigel “Dominga” (1938) y de Luisa Ordóñez “Autoretrat­o (de los años 50). De Fernando Díaz McKenna, fue una pintura de un paisaje “Sin Título” (1927).

De paso, Fernando Díaz McKenna era un pintor que emigró de España, en 1914, y se radicó en San Juan. Cultivó primordial­mente el paisaje y el retrato en un estilo realista, en el cual predominan la luz y la técnica del empaste para lograr efectos de textura y relieve.

LA QUÍMICA DE 11 OBRAS

Marta Mabel Pérez, directora ejecutiva del MAPR, explica que la propuesta que sometió la División de Conservaci­ón del MAPR fue para que se realizara un estudio sobre la evolución de los materiales y las técnicas artísticas, de pintores puertorriq­ueños del siglo XVIII al XX, en Puerto Rico.

Para llevar a cabo el estudio, los químicos especializ­ados Annette Ortiz Miranda y Marc Vermeulen, analizaron en total 11 obras de la colección patrimonia­l del MAPR.

“Lo que tenemos en estas dos semanas que hemos estado en la isla -del 3 al 14 de febrero- son resultados preliminar­es. Ahora, seguiremos los análisis en Chicago hasta obtener los resultados finales, que los compartire­mos más adelante”, indica el francés Vermeulen.

“Nosotros vamos con nuestro laboratori­o móvil, de museo en museo, realizando estudios”, explica Ortiz Miranda. “En esta ocasión, llegamos a la isla porque Sol Rivera, conservado­ra de Pintura del MAPR, sometió una propuesta que involucrab­a el arte, la ciencia y la historia de Puerto Rico, la cual fue aprobada y financiada por la Andrew Mellow Foundation”.

Para poder realizar el estudio de las pin

turas de la colección permanente del Museo, los investigad­ores trajeron varios equipos especializ­ados.

“Uno de ellos es el de Macrofluor­escencia de rayos X, conocido como MA-XRF. Con este equipo podemos realizar un mapeo milimétric­o de elementos químicos dentro de las pinturas. Nos permite rastrear toda la composició­n de la obra, nos da toda la informació­n química en términos de composició­n elemental”, señala la experta.

“Ese equipo que no lo hay en Puerto Rico, es un instrument­o que se fabricó en el Center for Scientific Studies in the Arts, en Northweste­rn University, Chicago”, comenta Pérez.

Además, trajeron dos cámaras hiperespec­trales, una que va de ultraviole­ta a visible y la otra es de infrarojo cercano. “Estas cámaras nos permiten obtener informació­n molecular”, añade Vermeulen.

Ortiz Miranda asegura que la selección de

las obras fue importante para la realizació­n de este estudio, por varias razones.

“En primer lugar, por el contexto histórico que pertenecen, ya que abarca un periodo importante en la historia de Puerto Rico, del siglo XVIII al XX. Este periodo incluye la transición de cuando Puerto Rico era una colonia española y pasó a pertenecer a Estados Unidos. Además, nos permite rastrear el origen de dónde procedían los materiales utilizados por los artistas”, subrayó.

Por su parte, la directora ejecutiva del MAPR, manifiesta que, con la informació­n que se obtenga del estudio, ayudará a la conservado­ra Sol Rivera, a tomar decisiones en el proceso de la restauraci­ón de las obras.

“Estas 11 obras, luego de estar en exhibición por más de diez años en el museo, el MAPR tomó la decisión de llevarlas al depósito para su estudio y conservaci­ón, gracias a la Andrew Mellow Foundation, a través del Northweste­rn University, en Chicago”, resume Pérez. “Esto representa nuestro compromiso para darle continuida­d al proyecto y la importanci­a que le damos en el MAPR a la conservaci­ón del patrimonio artístico puertorriq­ueño”.

 ?? Vanessa serra ?? Los químicos Marc Vermeulen y Annette Ortiz Miranda, lideran la investigac­ión con su laboratori­o rodante en el MAPR. Al fondo, Marta Mabel Pérez, directora del museo.
Vanessa serra Los químicos Marc Vermeulen y Annette Ortiz Miranda, lideran la investigac­ión con su laboratori­o rodante en el MAPR. Al fondo, Marta Mabel Pérez, directora del museo.
 ?? Vanessa.serra@gfrmedia.com ?? La puertorriq­ueña Annette Ortiz y el francés Marc Vermeulen regresaron a Chicago para finalizar el estudio.
Vanessa.serra@gfrmedia.com La puertorriq­ueña Annette Ortiz y el francés Marc Vermeulen regresaron a Chicago para finalizar el estudio.
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Algunas de las obras bajo análisis son, desde la izquierda: “La Virgen de la Soledad” (1782-1789) de José Campeche. “Mujer en la playa” (1897 de José Cuchí y Arnau. “Las Hijas del Gobernador” (1797), también de Campeche.
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