El Censo cambia su estrategia para la isla
⤑ Los huracanes y terremotos que se han registrado en Puerto Rico provocaron que el Negociado del Censo estableciera un proceso especial para contar a las personas que viven aquí ⤑ En lugar de enviar cuestionarios por correo, serán entregados casa por ca
Los huracanes y terremotos que se han registrado en Puerto Rico en los últimos años provocaron que el Negociado del Censo estableciera un proceso especial para contar a las personas que viven en Puerto Rico el próximo 1 de abril, día del Censo Decenal.
El cambio más drástico es que el Censo descartó llevar a cabo un inventario de las residencias ocupadas y desocupadas en la isla. Los daños causados por estos desastres naturales a las casas alrededor de todo Puerto Rico hacían que la elaboración de ese registro fuera una tarea onerosa y poco práctica, explicó María Olmedo Malagón, portavoz de la Oficina de Coordinación y Comunicaciones del Censo Decenal.
Para evitar que haya duplicidad en la entrega de los cuestionarios, estos no se enviarán por correo, como ocurrirá en el resto de las jurisdicciones estadounidenses, sino que serán entregados, casa por casa, por los funcionarios del Censo. De ese modo, los empleados de la agencia federal podrán verificar cuáles viviendas están ocupadas y cuáles no, y así controlar la entrega de cuestionarios para que no haya conteos dobles.
“Era mejor enviar a la gente a todas las casas que hacer el proceso. Es un poco a la antigua, y es un proceso más complicado porque necesitas más gente y cuesta un poco más, pero es la mejor forma de obtener todas las respuestas dadas las circunstancias”, sostuvo Olmedo Malagón en una entrevista con El Nuevo Día.
Del mismo modo, se establecerá un proceso especial para obtener las respuestas de las personas desplazadas de sus hogares por los huracanes Irma y María o por el terremoto del 7 de enero y las réplicas subsiguientes.
Olmedo Malagón expresó que el Censo entiende como lugar de residencia aquel sitio donde las personas pasan o pernoctan la mayor parte del año. Si un desplazado, por ejemplo, tiene la expectativa real de regresar a su vivienda al cabo de pocas semanas, por ejemplo, podría marcar la casa averiada como su hogar.
“Vamos a ir a los sitios que sirvan de refugio. Si la expectativa es regresar a la casa pronto pues, en estos casos, deben contestar como si las personas ya estuvieran allí”, sostuvo. Ese recorrido por los refugios se llevará a cabo en los primeros días de abril.
Olmedo Malagón expresó que, en casos como los que vive Puerto Rico, la expectativa es que se refleje en el Censo un aumento en la cantidad de casas habitadas por más de una familia. Sostuvo que eso es algo que han identificado con relativa recurrencia durante los estudios focales que han llevado a cabo en Puerto Rico como antesala del Censo Decenal.
“Hay muchos hogares con escenarios complejos, con varias familias viviendo bajo el mismo techo. Tenemos que recordar que, en este proceso, no se cuenta solo a los dueños de las casas, sino a todos los que viven en la residencia”, apuntó la portavoz del Censo.
El resto de la gestión, sin embargo, será relativamente similar al resto de las áreas censadas. La expectativa es que las personas, en primera instancia, completen el formulario en línea a través del portal del Censo. Como opciones alternas, pueden contestar las preguntas a través del teléfono o con el método ya tradicional del formulario impreso que se repartirá casa por casa.
El Censo es la principal herramienta usada por el gobierno estadounidense para determinar la distribución de fondos entre los estados y territorios.
Dependiendo de la cantidad de personas es que se adjudican, por ejemplo, fondos para construir carreteras, autopistas y escuelas, entre otra infraestructura indispensable para el desarrollo social y económico.
Olmedo Malagón resaltó que, entre las preguntas del Censo Decenal, no está la interrogante sobre la ciudadanía de las personas, como originalmente planificó la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
Del mismo modo, recordó que el Censo mantiene las garantías “extremas” de confidencialidad en las contestaciones individuales de las personas. Es decir, los empleados del Censo no pueden, bajo escenario alguno, revelar las contestaciones de las personas en los cuestionarios. Si lo hacen, tienen que pagar una multa de $250,000 y cumplir cinco años de cárcel.
Del mismo modo, en el análisis estadístico se provee trato especial a aquellos casos en que una persona pueda ser identificada en las estadísticas del Censo porque sus circunstancias socioeconómicas son una anomalía en la comunidad donde vive.
Por ejemplo, si una persona adinerada vive en una comunidad con limitados recursos económicos, sus contestaciones podrían deducirse porque no hay más individuos que diluyan las respuestas en promedios, medianas o cualquier otro indicador estadístico. Para evitar que sea identificada, se establecen unos mecanismos para disfrazar esa anomalía estadística de modo que el individuo no sea identificado y los datos, comoquiera, reflejen las características básicas del lugar.
Estas disposiciones buscan proveer confianza entre las personas, de modo que se sientan libres de contestar y no queden personas excluidas del conteo decenal.