A correr la rueda con los fondos CBDG-DR
El impacto que tendría la asignación de $20 mil millones en fondos del programa de desarrollo comunitario para atender desastres (CBDG -DR, por sus siglas en inglés) en la economía de la Puerto Rico es determinante para salir del estancamiento secular que nos encontramos tras catorce años en recesión.
Esta es quizás la única oportunidad que tengamos en décadas de disponer de tal magnitud de fondos. Con estos, el país podría renovar su infraestructura eléctrica, construir y reconstruir viviendas e invertir en proyectos que propicien la resiliencia.
Luego de los huracanes Irma y María, y los recientes terremotos en la región sur, existe una mayor necesidad y urgencia de canalizar estos fondos para proveer viviendas, escuelas, hospitales y carreteras resistentes. Sobre esto creo que existe consenso entre todos los sectores del país.
Donde no parece haber consenso y aceptación es en que se siga deteniendo la inversión fondos en actividad productiva. Cabe indicar que la tasa de inversión (Inversión Interna Bruta / Producto Nacional Bruto) durante la actual recesión se ha reducido a 13% (2018) en comparación con 23% en el año fiscal 2005. Los fondos CBDG-DR son necesarios para revertir esta tendencia negativa en la tasa de inversión y sentar las bases para la creación de capacidad productiva futura y crecimiento económico a corto plazo.
No existen razones para que no hayan comenzado los programas de viviendas que se incluyeron en el Plan de Acción de Recuperación de Desastres del gobierno de Puerto Rico (2018) hace casi dos años. Particularmente aquellos relacionados con la primera asignación de $1,500 millones y que ya el gobierno federal a través del Departamento de la Vivienda de los Estados Unidos (HUD) hizo disponibles al gobierno local. De haber sido invertidos en actividad de construcción por lo menos una tercera parte de estos fondos ($500 millones), se hubiesen creado alrededor de 6,000 empleos directos y 11,700 empleos indirectos e inducidos en el sector de la construcción y la economía, según los Multiplicadores de Empleo de la Junta de Planificación. Es decir, nuestra economía y el mercado laboral han perdido la oportunidad de crear en los pasados años cerca de $18,000 empleos directos, indirectos e inducidos. Además, los salarios hubiesen sido una inyección directa en la economía de alrededor de $160 millones y un impacto indirecto de $400 millones. Este impacto se refiere al efecto del poder adquisitivo de los salarios generados mediante la creación de empleos y su impacto en las ventas de los negocios relacionados.
Por tanto, es hora ya de arrancar y poner a correr la rueda con la inversión de los fondos CBDG- DR. Nuestra economía y la clase trabajadora del país no pueden seguir perdiendo oportunidades por la falta de acción asertiva del
gobierno y de las agencias concernidas.
Confiamos que el nuevo secretario de la Vivienda, Luis C. Fernández Trinchet, pondrá de inmediato a correr la rueda, ya que conocemos de su excelencia profesional, experiencia y compromiso con la reconstrucción de la isla.
“Nuestra economía y la clase trabajadora del país no pueden seguir perdiendo oportunidades por la falta de acción asertiva del gobierno y de las agencias concernidas”