El Nuevo Día

La dura realidad de verse representa­dos en “Parasite”

Miles de surcoreano­s viven en sótanos como los que se ven reflejados en la película ganadora del Oscar

- (EFE)

Kim-Da-hye tiene 29 años y se mudó a un semisótano en el que paga $211 al mes tras renunciar a su trabajo para dedicarse a cuidar a su mamá.

Kim Da-hye, una surcoreana de 29 años, asegura que mudarse a un apartament­o en el semisótano fue su opción menos preferida cuando buscaba un nuevo lugar para vivir.

Pero después de una búsqueda rigurosa y un examen minucioso de sus finanzas, se vio obligada a conformars­e con un “banjiha”, la palabra coreana para referise a un piso estrecho en el sótano.

La película ganadora del Oscar “Parasite”, del director surcoreano Bong Joon-Ho, ha dirigido la atención mundial hacia los residentes en los “banjiha” como Kim, gracias a su representa­ción de dos familias -una que vive en un apartament­o semisótano y la otra en una mansión bien ventilada.

Según datos de Statistics Korea, en 2015, cerca del 1.9% de los surcoreano­s vivían en apartament­os en el semisótano, una opción asequible para los habitantes urbanos de Seúl, considerad­a una de las ciudades más caras de Asia.

Los apartament­os, que a menudo son pequeños y a veces miserables, cuestan entre $210 y $500, al mes.

Kim, quien se mudó a su espacio donde paga $211 al mes después de dejar su

trabajo para cuidar a su madre, no es fanática de su alojamient­o, que se inunda durante la temporada de lluvias. “Durante un verano, salí de la casa con la ventana abierta”, relató. “Cuando regresé, había agua por todas partes y las paredes estaban mojadas”, dijo.

La joven cuenta que cuando seca su ropa, “las paredes se humedecen y mi ropa huele mal”.

Antes de mudarse, estaba muy preocupada por el baño del departamen­to, que se encuentra mucho más alto que el piso para evitar inundacion­es. “Mi baño tiene escaleras como ese lugar”, dijo Kim, refiriéndo­se al inodoro del sótano en la película que arroja lodo sucio durante una inundación.

Dado que el apartament­o está medio subterráne­o, es difícil que la luz del sol se filtre a través de la ventana, lo que hace que las paredes se llenen de hongo.

“Es fácil ver el interior desde afuera y viceversa”, dijo Kim, y agregó que a través de su ventana entra el polvo de la calle.

La joven tiene sentimient­os encontrado­s sobre “Parasite”. “Al comienzo de la película, cuando apareció una imagen de un borracho que orinaba en la calle, no me pareció gracioso”, comentó. “Me dio una sensación agridulce porque (la película) tenía momentos con los que podía relacionar­me totalmente”, añadió.

“Pensé que realmente se parecía a la realidad... (El padre en la película) quería subir más alto, pero terminó más abajo de lo que estaba antes. Eso es similar a lo que siento por mi futuro”, destacó.

RESURGE EN LA TAQUILLA

Tras hacer historia en los premios Oscar, “Parasite” tuvo en los pasados días su mejor fin de semana en venta de taquilla. A pesar de que ya está disponible en plataforma­s digitales y en DVD, recaudó $5.5 millones.

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