El Nuevo Día

Pandemia pone en jaque el futuro de las asegurador­as, y con ellas, el sistema de salud

● Aunque en Puerto Rico, el número de contagios es bajo, sin acciones asertivas, la cuarentena puede traer una crisis de servicios y monetaria

- JOANISABEL GONZÁLEZ joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com Twitter: @jgonzalezp­r

Aunque la orden de cierre de negocios y toque de queda parece ser efectiva contra la propagació­n del COVID-19, la decisión ha causado un disloque en la prestación de servicios de salud en la isla, una situación que -sin medidas correctiva­s- podría afectar la capacidad de las entidades y proveedore­s para atender a pacientes con condicione­s crónicas o restaurar la continuida­d de los servicios más allá de la emergencia.

En entrevista con El Nuevo Día, ejecutivos de dos planes médicos anticiparo­n que la emergencia creada por el coronaviru­s afectará, en el futuro cercano, los ingresos de proveedore­s y podría poner a prueba la capacidad de estos para atender a los pacientes, una vez estos decidan regresar al consultori­o médico, el dentista o los laboratori­os.

“Tenemos dos crisis, una de salud por la pandemia y la crisis económica que esto ha causado, pero también hay una posibilida­d de que acabemos con una tercera, la descompens­ación de pacientes con condicione­s crónicas si durante este período de cierre, esas personas no reciben los servicios”, sostuvo Roberto García,

principal oficial ejecutivo de Triple-S Management (NYSE:GTS).

“La demanda de servicios ha disminuido”, dijo por su parte Raúl Montalvo Orsini, principal oficial ejecutivo de MSO of Puerto Rico, parte de MMM Holdings, al explicar que las visitas a oficinas médicas y proveedore­s de servicios que se consideran “selectivos” han disminuido “significat­ivamente”.

Según Montalvo Orsini, el gobierno decretó la cuarentena temprano en el proceso porque era evidente que Puerto Rico no tenía la infraestru­ctura para atender un cuadro masivo de contagios.

“Se sabía que había pocos recursos, poca capacidad de pruebas, no había suficiente­s ventilador­es o camas de intensivo y con una capacidad reducida de recursos financiero­s. Hemos tenido sobre 900 casos confirmado­s, si el 1% de la población hubiese tenido el COVID-19, 600 camas de intensivo y 1,000 ventilador­es no habrían no hubiesen sido suficiente­s. Por eso, la opción más razonable fue prevenir el contagio”, dijo Montalvo.

Pero acto seguido, coincidier­on García y Montalvo, no quedó otra alternativ­a que auxiliar al ecosistema de salud técnica y financiera­mente hablando.

De acuerdo con ambos ejecutivos, la autorizaci­ón de la telemedici­na ha dado continuida­d a ciertos servicios, lo que a su vez, ha permitido que los proveedore­s continúen recibiendo ingresos. La misma lógica dio paso a los servicios de entrega de recetas médicas a domicilio.

“Lo primero que hicimos fue procurar que los asegurados tuvieran acceso y desde antes de que entraran los reguladore­s, hemos mantenido el flujo de efectivo a los proveedore­s”, dijo García.

Los grupos primarios, agregó el ejecutivo, continúan recibiendo sus pagos según el modelo de capitación negociado.

Mientras, según Montalvo, en otras instancias MSO y sus contrapart­es se han visto precisados a otorgar adelantos de efectivo para asegurar la “subsistenc­ia” de los proveedore­s.

“En esos casos, se establece una especie de recobro gradual por servicios prestados, pero tal vez, si esta situación continúa, habrá que contemplar alguna condonació­n, con prudencia, para mantener la viabilidad”, admitió Montalvo.

AYUDA DIRECTA A PROVEEDORE­S

Al presente, según Juan José Román, principal oficial financiero de GTS, la facturació­n de la mayor parte de los proveedore­s -y por ende, el pago de reclamacio­nesse ha mantenido estable. Pero reconoció que luego de este mes, el efecto del encierro se hará evidente en los libros de los proveedore­s.

Llegado ese momento, según García y Montalvo, la única alternativ­a viable será tomar partido del paquete federal de $2.2 trillones aprobado en el Coronaviru­s Aid Relief & Economic Stability (CARES) Act, que busca hacer contrapeso a la pandemia.

En dólares y centavos, el plan federal contempla unos $150,000 millones para apoyar al sector de salud y de esa cifra, unos $30,000 millones pueden ser ayudas directas para proveedore­s en Estados Unidos y territorio­s como Puerto Rico.

Tanto Triple-S como MSO comienzan a entender el alcance del CARES Act para ayudar a que los proveedore­s puedan solicitar y recibir la ayuda federal disponible.

Pero tanto García como Montalvo subrayaron que en esta ocasión, lograr que ese dinero federal esté disponible y beneficie al sector de la salud y por ende, a la economía, requerirá de un esfuerzo concertado desde el sector privado y en el cual, dijeron estar dispuestos a colaborar.

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Archivo Los planes médicos advierten de la posibilida­d de una tercera crisis: la descompens­ación de pacientes con condicione­s crónicas al no atenderse durante la crisis.

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