La curva de muertes se eleva
Expertos advierten que sin pruebas, los datos oficiales están incompletos
WASHINGTON.- Estados Unidos está en medio del “pico” de muertes a causa del coronavirus, pero los expertos advierten que esta puede ser solo una primera ola si no se pone en marcha un programa abarcador de pruebas de detección de la enfermedad y rastreo de contactos.
Con cerca de 28,000 muertes en Estados Unidos –casi todas ocurridas en el último mes–, las expectativas de las autoridades estadounidenses han sido que entre la semana pasada y este fin de semana se alcanzaría el nivel más alto de esta crisis.
Pero, la emergencia se manifiesta en momentos diferentes en los estados.
“Esto no se trata de un pico absoluto. Si uno está escalando el monte Everest, este es como el primer campamento al que uno llega, no es la cima”, dijo ayer el neurocientífico puertorriqueño Daniel Colón Ramos, profesor de la Universidad de Yale.
El modelo de la Universidad de Washington –que ha sido utilizado por la Casa Blanca– proyecta ahora 68,000 muertes en Estados Unidos hasta el 4 de agosto, aunque la propagación estaría contenida en junio. Son unos 8,000 más que lo que proyectó hace unos días, pero unas 30,000 menos que su análisis original.
De acuerdo con CNN, solo el martes ocurrieron 2,405 muertes en Estados Unidos como consecuencia del novel virus.
En los últimos ocho días, han muerto sobre 15,000 personas debido al coronavirus, casi la mitad en el estado de Nueva York, donde las fatalidades han promediado 750 en los últimos 10 días.
El presidente Donald Trump –quien el martes anunció la creación de grupos de trabajo por distintas áreas de la economía para buscar reabrir la economía a partir de mayo– ha insistido en dar la impresión de que el retorno a cierta normalidad está cerca.
Aunque reconocen que puede tardar meses abrir los comercios, gobernadores crean sus propios grupos de trabajo para estudiar, de la mano de los expertos de salud –según dicen–, cómo reabrir la economía.
Aunque confía en que la curva de casos de coronavirus se aplana y ve optimismo en la baja de las hospitalizaciones, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció ayer, por ejemplo, que firmará una orden ejecutiva para obligar que todo ciudadano utilice una mascarilla o se cubra la boca y nariz cuando esté en público, si no le es posible guardar seis pies de distancia de otra persona.
La orden entraría en vigor este fin de semana.
Al igual que Cuomo, el gobernador de California, Gavin Newsom, ha indicado que solo a través de pruebas masivas de detección del virus, el rastreo de los contactos y capacidad para aislar los casos positivos permitirá suavizar las medidas de distanciamiento social.
El gobernador Cuomo reconoció que cuando piensa en una futura reapertura de la sociedad, será un nuevo escenario. “Vamos a una situación nueva”, afirmó.
Sin una vacuna, la única opción para los gobiernos evitar una segunda ola del coronavirus pronto será “seguir la ciencia”, dijo el profesor Colón Ramos.
“Tienen que poner los científicos al frente (de este debate). Esta es la pandemia del siglo. La sociedad no se va a poder reabrir de la manera en que estaba en diciembre. ¿Cuándo vamos a poder salir como lo hacíamos en diciembre pasado? La respuesta es en dos años”, afirmó el profesor boricua.
Pero, acentuó que puede reabrirse la sociedad “de manera inteligente para minimizar el número de muertes”.
620,000 CASOS
Hasta ayer, los casos confirmados de coronavirus en Estados Unidos eran más de 620,000. La falta de pruebas de diagnóstico, sin embargo, hacen impredecible el número real.
Menos del 1% de los estadounidenses han sido sometidos a la prueba del novel virus.
Para Colón Ramos, junto con la capacidad para rastrear los contactos y aislar a los contagiados, se requerirán por lo menos 6,000 pruebas por cada millón de habitantes.
El director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, reiteró, por su parte, que el coronavirus volverá a dar “otra dura batalla en el invierno”.
“La manera en que se puede contener el virus es con la vacuna”, que puede tardar de 12 a 18 meses, acentuó Colón Ramos, pero aunque “el tema del pico de casos se ha malinterpretado, pues es un punto de la oscilación del
“Si uno está escalando el monte Everest, este es como el primer campamento al que uno llega, no es la cima”
DANIEL COLÓN RAMOS PROFESOR UNIVERSIDAD DE YALE
virus dado el distanciamiento social, es importante aplanar la curva para que estemos más cerca de que no colapse el sistema de salud, y tratar de comprar tiempo”.
Sin pruebas de contagio suficientes, se hace difícil prever cómo será la situación en una o dos semanas, explicó Colón Ramos. Pero, sostuvo que las pocas pruebas de detección del COVID-19 que se han hecho en Estados Unidos y Puerto Rico reflejan falta de preparación y prioridad.
El martes, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard advirtió que algún nivel de distanciamiento social puede ser necesario de forma intermitente hasta 2022.
El alcalde de Los Ángeles, Eric
Garcetti, ha indicado que es una posibilidad real que no pueda haber reuniones multitudinarias hasta 2021, incluidos eventos deportivos, festivales y conciertos.
Colón Ramos coincidió en que acabar con el distanciamiento social de un golpe sería “la solución más tonta” y sacrificaría muchas vidas. “Los países que lo hagan mejor van a tener las mejores economías”, subrayó.
PREOCUPADOS LOS HISPANOS
Datos demográficos preliminares han reflejado que los afroamericanos e hispanos han sido comunidades con una alta tasa de casos de coronavirus.
Los primeros informes sobre la ciudad de Nueva York indican que la mayoría de los muertos por coronavirus son hispanos.
Una encuesta del Pew Research Center reflejó que los hispanos están más preocupados que la población en general en torno a que la pandemia represente una amenaza tanto para su salud como para sus finanzas.
Un 65% de los hispanos entrevistados consideró que el virus es una amenaza grave para su salud, en comparación con un 47% de la población estadounidense en general. Mientras, el 50% de los hispanos entrevistados afirmó que esta emergencia es una amenaza grave para sus finanzas, frente a un 34% de la población en general.