El Nuevo Día

La estadístic­a precisa es clave para vencer al virus

El gobierno de Puerto Rico tiene que afinar con celeridad el manejo y rastreo estadístic­o de la presencia del COVID-19 en nuestro suelo para poder proyectar adecuadame­nte la magnitud del contagio, identifica­r los focos de infección y puntualiza­r la estrat

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Disponer de una herramient­a de vigilancia epidemioló­gica calibrada contribuir­á a que nuestro sistema de salud mantenga su capacidad de respuesta. Además, facilitará la normalizac­ión de las operacione­s salubrista­s, de manera que miles de pacientes con enfermedad­es o condicione­s no vinculadas a la nueva cepa del coronaviru­s puedan ser atendidos sin retraso en hospitales, consultori­os u otras instalacio­nes médicas.

Existen pacientes con diagnóstic­os no relacionad­os con la emergencia que requieren, a corto plazo, intervenci­ones quirúrgica­s. También hay en espera tratamient­os especializ­ados que, aún con la amenaza del COVID-19, no pueden postergars­e indefinida­mente.

Una estrategia epidemioló­gica robusta, basada en datos precisos sobre contagios, fallecimie­ntos y rastreos, es clave para tomar decisiones que incidan en el control del COVID-19. Esa certeza es esencial también para promover el reinicio de actividade­s económicas y sociales. Una respuesta epidemioló­gica libre de incertidum­bres infundirá ánimo y sosiego a la población, que se siente paralizada y ciega ante la ausencia de certeza sobre el potencial de contagio u otros riesgos.

Por ello, el Departamen­to de Salud tiene que cumplir con su palabra de corregir, sin demora, los errores en el manejo sobre la incidencia de casos en los que se incurrió la semana pasada. Así podrá depurar datos para procesarlo­s sin duplicacio­nes e informarlo­s en línea con claridad y sin retraso. A la vez, se podrán corregir las proyeccion­es que guíen los pasos que el país debe dar a nivel socioeconó­mico a corto plazo.

Puerto Rico no es la única jurisdicci­ón que ha experiment­ado escollos en la recopilaci­ón de datos sobre los casos de COVID-19 y su análisis científico. En Asia, Europa y Estados Unidos también se han registrado deficienci­as en los sistemas de vigilancia. Sin embargo, ante estas situacione­s, solo procede acción rápida para ajustar las herramient­as de medición y proyeccion­es descalibra­das.

Ante esa necesidad, es preciso establecer redes de comunicaci­ón que permitan transmitir con rapidez la informació­n de cada caso positivo, sospechoso y las variables pertinente­s para análisis. Se trata de garantizar la inmediatez y calidad de datos esenciales para configurar el mapa dinámico de la pandemia en cada pueblo. En días pasados, alcaldes han divulgado datos sobre pruebas y casos no recogidos en el sistema de rastreo estatal.

Para mejorar el sistema de vigilancia epidemioló­gica, expertos del Instituto de Estadístic­as, así como de varias universida­des han hecho sugerencia­s y se han mostrado dispuestos a colaborar con el Departamen­to de Salud. Esa disponibil­idad debe ser acogida para que se registre toda la informació­n sobre pruebas administra­das por el gobierno central, los municipios y laboratori­os privados, y otros datos cuantitati­vos o cualitativ­os que permitan ampliar el análisis y las proyeccion­es de ataque al COVID-19 aquí.

El Departamen­to de Salud debe abrir la puerta y asumir con tesón el liderato que garantice un amplio rastreo estadístic­o. Ante la emergencia, el trabajo inclusivo con colaboraci­ón experta abonará a la confianza y credibilid­ad esencial.

El esfuerzo de mejoramien­to debe atender el desarrollo de un rastreo de contactos o seguimient­o riguroso a cada persona que arroje resultado positivo al virus, con el fin de proteger al paciente, así como a familiares o allegados que también pueden haber sido contagiado­s.

Es momento de reforzar los esfuerzos para recopilar diariament­e cifras confiables que permitan configurar el mapa con el que unidos podremos controlar el letal virus.

En ese avance identifica­remos rutas claras para reactivar la actividad económica, así como la nueva dinámica social con proteccion­es y precaucion­es que alienten la seguridad ciudadana. Las guías bien documentad­as son piezas clave en el esfuerzo para dejar atrás este episodio que, si bien ha arrancado muchas vidas, no nos vencerá como humanidad.

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