Trump suspende la emisión de “green cards”
El presidente busca que los estadounidenses recuperen los empleos perdidos por la pandemia
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer que suspende la emisión de permisos de residencia permanente para inmigrantes, conocidos como green cards, como consecuencia de la destrucción de empleo sin precedentes provocada por la pandemia de COVID-19.
Pese a que Trump aseguró el lunes que tenía intención de pausar toda la inmigración, la medida aprobada por el gobierno, que tendrá una duración inicial de 60 días, excluye de la suspensión los visados especiales temporales, como los agrícolas o los de especialistas tecnológicos.
“Pausando la inmigración, ayudaremos a que los estadounidenses desempleados sean los primeros en la búsqueda de empleos mientras Estados Unidos reabre. Sería incorrecto e injusto que los estadounidenses despedidos fuesen reemplazados por inmigrantes llegados desde el extranjero”, dijo Trump en la rueda de prensa diaria del grupo de trabajo de la Casa Blanca para el COVID-19.
“Tenemos el solemne deber de asegurar que estos estadounidenses desempleados recuperen sus trabajos y sus sustentos”, agregó.
Las medidas de confinamiento contra el nuevo coronavirus han destruido 22 millones de empleos en todo el país en un periodo de cuatro semanas, según datos del Departamento de Trabajo, una cifra sin precedentes en las anteriores crisis.
El presidente detalló en la conferencia de prensa que la suspensión se hará efectiva tras la firma hoy de una orden ejecutiva que se estaba redactando anoche y que contendrá algunas excepciones. También dijo que la extensión o no de la orden más allá de los 60 días iniciales dependerá de las “condiciones económicas”.
Las excepciones, según medios locales, permitirán que familiares extranjeros de ciudadanos estadounidenses sigan recibiendo sus green cards.
Cada año, el gobierno de EE.UU. emite más de un millón de permisos de residencia permanente para ciudadanos extranjeros, entre ellos unos 50,000 por sorteo a través de un programa de diversidad que Trump ha tenido entre ceja y ceja desde que llegó al poder en enero de 2017.
Desde el inicio de la pandemia, el gobierno de Trump ha cerrado las fronteras terrestres con Canadá y México, a la vez que el tráfico aéreo internacional está suspendido en la práctica, y los consulados y embajadas han limitado sus servicios de visados.
Además, EE.UU. ha suspendido leyes migratorias y devuelve de inmediato a México a todos los solicitantes de asilo y los inmigrantes sin papeles que cruzan su frontera, por lo que el gobierno está utilizando desde hace semanas la pandemia para endurecer su política migratoria.
MÁS DE 800,000 CASOS
Mientras, el número de casos de coronavirus en EE.UU. superó ayer los 800,000, el cuádruple de los detectados en el segundo país con más contagios, España; al tiempo que los muertos en territorio estadounidense pasaban los 43,000, según el recuento de la Universidad de Johns Hopkins.
Varios de los estados más afectados, como Nueva York, insisten en la necesidad de hacer test a gran escala antes de reabrir el país, y el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, planeaba subrayar ese punto durante una reunión en la Casa Blanca ayer con Trump, quien ha minimizado el problema de suministro de pruebas.
El número de muertes en el estado de Nueva York por el COVID-19 ayer (481) experimentó un leve repunte respecto al día anterior (478), manteniendo su tendencia descendiente de los últimos días.
Las hospitalizaciones (1,308) registraron su cuarto día seguido a la baja y el número de personas a las que retiraron la intubación superó por octavo día consecutivo al número de pacientes intubados, confirmado el descenso de la curva de la enfermedad y aliviando las exigidas unidades de cuidados intensivos.
Sin embargo, el gobernador advirtió de que en algunos condados como el de Erie, en Búfalo, la curva se mantiene aplanada y todavía no ha entrado en fase descendente.
En este sentido, explicó que se volverá a permitir la práctica de operaciones quirúrgicas no esenciales en lugares donde el descenso de las hospitalizaciones por coronavirus lo permita, aunque explícitamente descartó la ciudad de Nueva York y los condados de Erie, Albany, Dutchess, entre otros, donde la incidencia de la enfermedad continúa siendo aún muy alta.
Con las nuevas cifras, el número total de fallecidos en el estado se sitúa en 14,825, una cifra que la Universidad Johns Hopkins eleva a 18,776 porque incluye los casos de las muertes domiciliarias y sospechosas de coronavirus.
Cuomo, que mantiene una muy tensa relación con el presidente del país, sostiene que la reapertura paulatina de la economía en el país debe ir acompañada de una extensa campaña de análisis clínicos y seguimiento de casos para evitar un repunte de la COVID-19.
Según el gobernador, el gobierno federal debería encargarse de resolver el problema de la cadena internacional de suministros de equipos para hacer pruebas clínicas, para evitar la competencia entre los distintos estados del país, mientras las regiones deberían concentrarse en realizar dichos análisis.
Mientras, Florida registró más de 800 nuevos casos de COVID-19 en la jornada de ayer, una cifra menor al millar pero todavía elevada, mientras el grupo creado por el gobernador Ron DeSantis para estudiar la manera de acometer la “reapertura” del estado sigue con sus reuniones, no exentas de polémica.
De acuerdo con las últimas cifras del Departamento de Salud de Florida (EE.UU.), los casos confirmados de COVID-19 totalizaban ayer 27,495 y las muertes, 839.
Cientos de personas protestaron ayer frente al capitolio estatal de Misuri contra las medidas de confinamiento impuestas por la pandemia de COVID-19.
“Sería incorrecto e injusto que los estadounidenses despedidos fuesen reemplazados por inmigrantes llegados desde el extranjero”
DONALD TRUMP
PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS