El reporte del senador Charles E. Grassley
La carta que el senador federal Charles E. Grassley, presidente del poderoso Comité de Finanzas del Senado federal, le envió a la gobernadora constitucional Wanda Vázquez Garced no es una carta: es un reporte cronológico de alegados eventos de corrupción que han ocurrido bajo su tutela.
No solo como gobernadora constitucional sino también como secretaria de Justicia, lo cual hace esta recolección de eventos más contundente contra la gobernadora, contra la transparencia de los procesos de compra y contratos adjudicados en su gobierno.
Es como si Chuck Grassley tuviese una casa de verano en la isla, leyese los periódicos locales diariamente y estuviese en este momento participando de las vistas del representante Juan Oscar Morales.
Antes de analizar los puntos más importantes de la carta de Chuck Grassley, me siento en el deber de comenzar por la contestación de la gobernadora en un comunicado.
La gobernadora trata de escudarse con el pueblo de Puerto Rico, como si nosotros hubiésemos sido atacados por el senador Grassley. Nada más lejos de la verdad. El primer párrafo de la carta del senador es claro y muestra mucha empatía con los puertorriqueños por los desastres ocurridos en la isla desde 2017.
Mientras, la gobernadora reconoce en su comunicado que “alguien o algunos(as)” personas colaboraron en la elaboración cronológica de esta carta del senador.
Esto añade elementos de intriga y conspiración, al igual que las vistas de Juan Oscar Morales. Atender dos conspiraciones mortales a la vez es mucho, sin contar los retos de las órdenes de compras, el COVID-19, gobernar y una primaria.
El senador Grassley le deja saber en su carta a las autoridades federales que él no puede esperar de tres a cinco años para saber qué ha pasado en Puerto Rico.
Indica, no solo a la gobernadora, sino también al jefe de Fiscalía Federal en Puerto Rico, Stephen Muldrow, que quiere respuesta en siete días, no en el lapso protocolar de 30 días.
El senador recalca en dos ocasiones las responsabilidades del general José Burgos en el Negociado de Manejo de Emergencias, como si le apuntara a los federales dónde comenzar su investigación, o como si hubiese recibido una transcripción de las declaraciones del general Burgos en las vistas.
El reporte de Grassley es un recuento desde Whitefish y el huracán María, los almacenes de Ponce, Vieques, hasta el escandalo de las compras de las pruebas rápidas del COVID-19.
Su enfoque está en la falta de transparencia de los procesos de compras, contrataciones y la alta incidencia de corrupción en el gobierno. Como evidencia están los acusados a nivel federal por presuntos delitos en el Departamento de salud.
Grassley declara que en el liderato gubernamental de Puerto Rico existe inestabilidad.
Independientemente de quién ayudó o no ayudó a Grassley a escribir la carta, la verdad es que describe muy bien el padecer del pueblo por los altos niveles de corrupción en la isla.
Este es el senador que decide, junto al Comité de Finanzas federal, sobre los fondos que se asignan para Medicare, Medicaid y otros programas importantes para nuestra isla. El mismo Grassley nos lo recuerda antes de establecer la fecha de contestación y delinear los 13 puntos que le interesa que le contesten.
¿Por qué el senador pone una fecha tan cercana y exige que le contesten por escrito preguntas cuyas contestaciones conoce?
Solo nos queda deducir que esa contestación es necesaria para continuar las investigaciones federales en Salud y otras dependencias gubernamentales.
Cabe notar que la carta no se la dieron a la comisionada residente Jenniffer González. Por ende, su integridad no está en duda.
El reporte de Grassley es más que merecido. Lo peor de todo esto es que siguen haciendo mismo. Es inexcusable utilizar como excusa que la corrupción ocurre allá y en otras partes del mundo.
¡Juzgue usted!