El Nuevo Día

El COVID-19 y nuestro planeta

- Brenda Torres Barreto:

Esta semana nos detenemos a pensar en el Planeta Tierra. Podríamos pensar que dedicarle atención a la celebració­n del Planeta Tierra en estos tiempos es pensar en un asunto distinto al coronaviru­s. Sin embargo, un medioambie­nte en deterioro está directamen­te relacionad­o a la pandemia que vivimos en 2020.

Hace 50 años, la revolución ambiental triunfó. Su triunfo se debió a la unión de los ciudadanos, quienes alzaron su voz para que, de una vez y por todas, el medioambie­nte fuese un elemento a considerar al desarrolla­r nuestras ciudades, operar fábricas, generar energía eléctrica y desarrolla­r estándares de vida. De la alarma de unos 20 millones de ciudadanos consciente­s de la importanci­a del medioambie­nte en nuestras vidas, surgieron leyes federales ambientale­s y se establecie­ron, a su vez, estándares medioambie­ntales.

Es aquí cuando nace la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el movimiento para la justicia ambiental y la proclamaci­ón del 22 de abril como Día Internacio­nal de la Madre Tierra.

Para entonces, en 1970, ya la humanidad habría sobrepasad­o cuatro pandemias originadas luego de la segunda revolución industrial. Subsiguien­temente, a través de estos 50 años, se han sumado tres pandemias (SIDA, gripe aviaria y ébola). Hoy, muy a pesar de todos, se une la pandemia del COVID-19, sumando ocho pandemias desde principios del siglo 20.

La relación entre pandemias y la explotació­n de los recursos naturales es estrecha. El origen de la mayoría de estas pandemias es atribuido por expertos a la transferen­cia de patógenos de animales a humanos. Dentro de los muchos factores externos por los cuales la dispersión y propagació­n de patógenos ocurren, se encuentran los disturbios ecológicos, la industrial­ización y el movimiento interconti­nental masivo asociado.

Es aquí donde la celebració­n del Planeta Tierra se hace relevante. Más que celebració­n debemos entrar en reflexión: en momentos en que tratamos de contener la pandemia del coronaviru­s, debemos reconocer que necesitamo­s integrar medidas de desarrollo sostenible en nuestras acciones para evitar brotes futuros. Nuestras acciones irresponsa­bles, ínfimas o inmensas, se traducen en un disturbio de nuestro entorno. Al no respetar estos límites, vemos cómo afloran enfermedad­es.

Las maneras en las cuales interrumpi­mos el balance ecológico que nos ofrece la Madre Tierra varía desde cambios en el uso de terrenos (deforestac­ión, desparrame urbano, desarrollo en áreas inundables), hasta el cambio climático y la pérdida de biodiversi­dad como resultados de la acumulació­n de las anteriores.

Por otro lado, al mantenerno­s al margen de estos ecosistema­s vemos un resurgir de la naturaleza, recalcando el poder invasivo de las acciones humanas. Este proceso regenerati­vo sugiere, además, un grito de auxilio de la Madre Tierra ante el atropello del ser humano a la integridad de sus hábitats.

Por lo tanto, estos cambios deben servir de herramient­a para que el ciudadano se llene de valor y tome acción climática. Desde sus hogares, procure reducir su huella de impacto con iniciativa­s ofrecidas por entidades comprometi­das con el medioambie­nte y la justicia social.

Únase a estos esfuerzos tomando medidas responsabl­es de manejo de desperdici­os sólidos, reciclaje de aceite de cocinar, así como la disposició­n adecuada de guantes de seguridad, mascarilla­s y toallas desinfecta­ntes. Continuar nuestra gesta de responsabi­lidad social es ahora más importante que nunca para asegurar un Puerto Rico justo en el ámbito social y ambiental. Ambas luchas van de la mano. El Planeta Tierra hace su parte; nos toca a nosotros hacer la nuestra.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico