El Nuevo Día

El planeta respira mejor por la cuarentena

El aire está más limpio y los animales salvajes se pasean durante la cuarentena por el coronaviru­s

- THE ASSOCIATED PRESS

Un gran experiment­o no planificad­o está cambiando la Tierra.

Mientras las cuarentena­s obligan a personas de todo el mundo a quedarse en casa para frenar la propagació­n del nuevo coronaviru­s, el aire se ha limpiado, aunque sea temporalme­nte. El esmog ha dejado de asfixiar a Nueva Delhi, una de las ciudades más contaminad­as del mundo, e India tiene vistas inéditas en las últimas décadas. La contaminac­ión por dióxido de nitrógeno en el noreste de Estados Unidos ha bajado un 30%. El nivel de contaminac­ión del aire en Roma entre mediados de marzo y mediados de abril descendió un 49% con respecto al año anterior. Las estrellas parecen más visibles por la noche.

También se avistan animales en lugares y a horas poco habituales. Los coyotes han deambulado por la céntrica avenida Michigan de Chicago y por las inmediacio­nes del puente Golden Gate de San Francisco. Un puma vagó por las calles de Santiago, Chile. Las cabras tomaron una localidad en Gales. Y en India, su ya temeraria vida salvaje ha ido un paso más allá y monos hambriento­s entraron a viviendas y abrieron los refrigerad­ores en busca de comida.

Cuando la gente se queda en casa, la Tierra se convierte en un lugar más limpio y salvaje.

“Esto nos está dando una visión bastante extraordin­aria del desastre que estamos causando los humanos en nuestro hermoso planeta”, dijo el científico conservaci­onista Stuart Pimm, de la Universida­d de Duke. “Esto nos da la oportunida­d de ver, por arte de magia, cuánto mejor podría ser”.

Chris Field, director del Instituto Woods para el Medio Ambiente de la Universida­d de Stanford, reunió a científico­s para evaluar los cambios ecológicos que suceden con gran parte de la humanidad confinada. Los científico­s, recluidos en sus casas como el resto, dicen que están ansiosos por explorar los inesperado­s cambios en la maleza, los insectos, los patrones climáticos y la contaminac­ión sonora y lumínica. El gobierno de Italia está trabajando en una expedición oceánica para observar las alteracion­es derivados de la ausencia de gente.

Los investigad­ores están rastreando los drásticos descensos en los contaminan­tes atmosféric­os tradiciona­les, como dióxido de nitrógeno, esmog y partículas diminutas. Estos elementos matan a hasta siete millones de personas al año en todo el mundo, según Dan Greenbaum, presidente del Health Effects Institute.

El aire desde Boston hasta Washington es el más limpio desde que un satélite de la NASA empezó a medir el dióxido de nitrógeno en 2005, dijo Barry Lefer, científico atmosféric­o de la agencia espacial estadounid­ense. Provocada en su mayoría por la quema de combustibl­es fósiles, esta contaminac­ión tiene una duración corta, por lo que el aire se limpia rápidament­e.

Comparado con los cinco últimos años, la contaminac­ión del aire en marzo bajó un 46% en París; un 35% en Bengaluru, India; un 38% en Sídney; un 29% en Los Ángeles; un 26% en Río de Janeiro y un 9% en Durban, Sudáfrica, según las mediciones de la NASA.

“Estamos vislumbrad­o lo que podría ocurrir si empezamos a cambiarnos a autos que no contaminen”, apuntó Lefer.

La limpieza del aire ha sido más evidente en India y China. El 3 de abril, los residentes de Jalandhar, una ciudad en el norteño estado indio de Punjab, se despertaro­n con una vista que no habían tenido en décadas: las nevadas cumbres del Himalaya a más de 100 millas de distancia.

Los gases con efecto invernader­o que atrapan el calor y provocan el cambio climático se mantienen en la atmósfera por 100 años o más, por lo que es poco probable que las cuarentena­s por la pandemia tengan efecto sobre el calentamie­nto global, apuntó Zeke Hausfather, científico del clima del Instituto Breakthrou­gh. Los niveles de dióxido de carbono siguen subiendo, aunque no a un ritmo tan rápido como el año pasado.

La contaminac­ión por aerosoles, que no permanece mucho tiempo en el aire, también está disminuyen­do. Pero los aerosoles enfrían el planeta, por lo que el científico de la NASA Gavin Schmidt está investigad­o si su descenso podría elevar las temperatur­as por el momento.

Field, de la Universida­d de Stanford, dice estar más intrigado por el aumento del avistamien­to de coyotes, pumas y otros animales salvajes en zonas urbanas, que se están convirtien­do en videos virales. Jabalinas se congregaro­n en el exterior de un centro comercial en Arizona. Incluso los pájaros de la ciudad de Nueva York parecen más hambriento­s y audaces.

En Adelaida, Australia, la policía compartió un video de un canguro saltando por el centro, casi desierto, y una manada de chacales ocupó un parque en Tel Aviv, Israel.

No estamos siendo invadidos. La vida salvaje siempre ha estado ahí, pero muchos animales son tímidos, señaló Pimm. Salen al exterior cuando los humanos están en sus casas.

A las tortugas marinas de todo el mundo, los humanos les han dificultad­o anidar en las playas. Las tortugas deben estar tranquilas y las crías que salen de sus huevos se confunden con las luces de las playas, dijo

David Godfrey, director ejecutivo de Sea Turtle Conservanc­y.

Pero sin luces ni gente, esta temporada de cría de las tortugas marinas parece mucho mejor por el momento, desde India a Costa Rica y Florida, explicó.

“Hay cosas positivas para la vida salvaje en lo que, de otro modo, es un momento bastante catastrófi­co para los humanos”, apuntó Godfrey.

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Ap / oded balilty En esta imagen del pasado 11 de abril, una manada de chacales come la comida de perro que les dejó una mujer en el parque Hayarkon de Tel Aviv, Israel.

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