¿Qué ocurre CON LOS TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD en tiempos de coronavirus?
● ESPECIALISTA EN ENDOCRINOLOGÍA REPRODUCTIVA E INFERTILIDAD INFORMA SOBRE LAS NUEVAS GUÍAS DE MANEJO ANTE EL CORONAVIRUS Y BRINDA SUS MEJORES CONSEJOS
Ciertamente, la propagación del coronavirus ha provocado un disloque en todos los aspectos de la vida, incluyendo el cuidado de la salud. Las organizaciones médicas mundiales han establecido guías puntuales para asegurar que, en la medida de lo posible y con las debidas precauciones, los pacientes continúen recibiendo el cuidado y las evaluaciones que necesitan.
Este es el caso de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM, por las siglas en inglés de American Society of Reproductive Medicine entidad que, de acuerdo con el doctor Nabal Bracero, especialista en endocrinología reproductiva e infertilidad y director médico de GENES Fertility Institute, emitió unas guías para el cuidado de este grupo de pacientes.
“Temprano en la pandemia, la ASRM sacó unas guías que iban acorde con las guías de las demás academias médicas y que envuelven a los tratamientos quirúrgicos y prácticamente todo el mundo se puso de acuerdo en que se detuvieran los procedimientos electivos”, explicó el también presidente de PROGyn, Inc., una organización sin fines de lucro que aboga por la salud reproductiva y los derechos de salud de la mujer, quien agregó que, “para todos los efectos, dentro de los que se consideran procedimientos electivos, están los tratamientos de fertilidad”.
Sin embargo, aclaró que, cada caso debe ser evaluado individualmente porque hay ciertos tipos de pacientes que no van a tener la alternativa de esperar y posponer por tanto tiempo su tratamiento.
“Una paciente por encima de los 40 años y, definitivamente, una paciente con cáncer, que vaya a recibir tratamiento que la deje estéril y quiera preservar su fertilidad. Esos se vislumbran entre los casos que deberían tener prioridad y no posponer”, manifestó el doctor Bracero, quien es catedrático auxiliar del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico y Chairman de la ACOG en Puerto Rico.
En este aspecto, resaltó que, siguiendo las recomendaciones de la ASRM, se están respetando con mucha seriedad la disminución del contacto con otras personas, así como las reglas de distanciamiento social, por lo que el uso de la telemedicina se ha incrementado para continuar evaluando pacientes, aprovechando tiempo valioso. Y, como enfatizó el doctor Bracero, en el campo de la medicina reproductiva, la inclusión de esta tecnología ha venido a convertirse en una útil herramienta.
“Todo lo que podemos hacer por telemedicina lo estamos haciendo y, curiosamente, en medicina reproductiva hay mucho que se puede hacer por este medio porque en nuestros tratamientos, como hay mucha tecnología envuelta y hay muchas partes en las que el paciente no ve lo que está ocurriendo, todo este componente toma mucho tiempo explicarlo, tiempo que dedicamos a hacer telemedicina y a contestar todas las preguntas con más detenimiento”, destacó el doctor Bracero.
“Ahora mismo, yo te diría que estamos haciendo toda esta parte de evaluación, de hacer historial y de repasar tratamientos anteriores, para hacer un análisis de cuál va a ser el tratamiento idóneo para esa paciente. De esa manera, ya estaremos listos cuando nos den un ambiente un poco más seguro para hacer los tratamientos”, acotó.
¿QUÉ OCURRE CON LAS PACIENTES QUE YA ESTABAN BAJO TRATAMIENTO?
De acuerdo con el galeno, “lo que pidió la ASRM fue que, esas pacientes que estuvieran ya en medio del tratamiento se terminaran porque son esfuerzos que han implicado una inversión física, emocional y económica grande”, resaltó para agregar que si se podían congelar embriones y evitar la transferencia, que se congelaran para evitar que el paciente siguiera exponiéndose.
“En el caso de las pacientes con cáncer que se encuentran en una fase de preservación de la fertilidad, pues esos casos sí se deben continuar y tratar de completar su curso”, detalló.
LOS RETOS DE UNA URGENCIA DIFERENTE
Si bien la situación de salud pública actual han probado ser un reto tanto para los especialistas en medicina reproductiva y fertilidad, como para las pacientes — al igual que para el resto de los profesionales de la salud y para todos aquellos pacientes que tenían un procedimiento electivo en agenda —, para el doctor Bracero, todo lo que es electivo se puede convertir en una urgencia y todo lo que es una urgencia se puede convertir en una emergencia.
Así, pues, “aunque nuestras urgencias son un poco menos dramáticas, siguen siendo igual de importantes porque nuestras emergencias pueden ser que un paciente perdió su capacidad de poder tener familia, utilizando sus óvulos o sus espermatozoides”, subrayó.
“Es preciso buscar una ventana de entendimiento para que el paciente comprenda la seriedad de la situación”, resaltó el doctor Bracero, al mencionar que posiblemente dos terceras partes de su consulta actual está dedicada al tema de la fertilidad, pero una tercera parte la dedica a aclarar las dudas que tienen las pacientes y sus esposos acerca de lo que es el COVID-19 y su impacto en el embarazo.
“Como es un virus nuevo, todas las pacientes me preguntan: ‘doctor, ¿me puedo embarazar ahora?’, ¿Se parece este virus al Zika y causa malformaciones congénitas en el bebé?’ y ‘Si el embarazo avanza, ¿voy a verme más afectada más adelante?’”, dijo el doctor Bracero, al añadir que esta es una dinámica muy compleja porque es un virus cuya transmisión y letalidad son muy altas, por lo que las pacientes deben estar bien informadas.
“Entonces, nosotros tenemos que dejarle saber al paciente, que no sabemos cosas tan sencillas como si el virus se transmite en el semen, en las secreciones vaginales, o en un procedimiento de los que nosotros hacemos a través de los óvulos o los espermatozoides y, ante este escenario, uno tiene que ser bien cauteloso”, aceptó el subespecialista.
Sin embargo, enfatizó que, hasta el momento, no hay evidencia de que el virus se transmita al bebé en el primer o en el segundo trimestre a través del cordón umbilical.
“Estamos también acumulando data porque la cantidad de preguntas que tenemos es bastante y la velocidad con la que este virus se mueve es súper rápida”, indicó,